FOTO: LIZ BASALDÚA

8 de octubre 2025
Por: Redacción

Mixcoac, un barrio que resguarda iglesias, plazas y leyendas

Desde el Callejón del Diablo a la Plaza Gómez Farías, cuna literaria de la CDMX, este territorio ofrece grandes lugares para visitar

Por Liz Basaldúa*

El Barrio de Mixcoac, ubicado en la alcaldía Benito Juárez, es uno de los rincones más antiguos y con más tradición de la Ciudad de México. Su nombre proviene del náhuatl mixtli (nube), coatl (serpiente) y co (en), y significa “Lugar de la serpiente de nube”, una referencia a la Vía Láctea y al dios Mixcóatl, deidad de la caza y de los cielos.

Durante el siglo XIX y principios del XX, Mixcoac se convirtió en un refugio para las familias adineradas de la capital. Aquí construían casas de descanso con grandes jardines y hasta albercas, aprovechando el clima fresco de la zona.

Plaza Gómez Farías: la cuna literaria

El corazón de Mixcoac late en la Plaza Gómez Farías, también conocida antiguamente como la Plazuela de San Juan. Rodeada de casonas coloniales, árboles frondosos y bancas, este lugar ha sido testigo de momentos históricos y literarios.

Aquí vivió Octavio Paz, premio Nobel de Literatura en 1990, junto a su abuelo Irineo Paz. Fue el espacio donde el poeta pasó su infancia, rodeado de libros y discusiones intelectuales que marcaron su futuro en el mundo de las letras.

En esta misma zona también se encontraba la casa de José Joaquín Fernández de Lizardi, conocido como “El Pensador Mexicano”, quien escribió en Mixcoac su novela El Periquillo Sarniento, considerada la primera novela picaresca de América Latina.

Además, en la plaza se ubica la antigua residencia de Valentín Gómez Farías, presidente interino de México en varias ocasiones durante el siglo XIX. Su casa del siglo XVIII hoy alberga al Instituto Mora, un centro de investigación histórica con una cafetería que invita a leer y disfrutar del entorno.

Iglesias y patrimonio religioso

Además de grandes personajes literarios y políticos, Mixcoac se caracteriza por conservar dos templos históricos de gran belleza. Uno es la Parroquia de San Juan Evangelista y Nuestra Señora de Guadalupe, construida en el siglo XVII con cantera gris, que fue durante siglos el lugar donde se custodiaba la principal fuente de agua dulce del barrio.

El otro santuario es la Parroquia de Santo Domingo de Guzmán, fundada en 1595 por franciscanos y entregada poco después a los dominicos. Su fachada de color rojo y su atrio, hoy convertido en la Plaza Jáuregui, son un punto de encuentro para locales y visitantes.

Centro Cultural Juan Rulfo

Otro edificio emblemático es el que hoy ocupa el Centro Cultural Juan Rulfo. El expresidente Porfirio Díaz la mandó construir en 1912 como casa de descanso, más tarde fue sede municipal y hoy funciona como un espacio cultural con exposiciones de arte y muralismo.

Callejón del Diablo

Muy cerca se encuentra uno de los rincones más escalofriantes de la ciudad: el Callejón del Diablo. Según la leyenda, en tiempos coloniales este pasadizo oscuro estaba rodeado de árboles y nadie se atrevía a cruzarlo pues se decía que ahí se aparecía el diablo. 

Vecinos cuentan que una sombra negra y risas macabras espantaron a más de uno, y hasta hoy sigue siendo un lugar que despierta la imaginación y el temor.

El Mercado de Mixcoac

Entre los espacios más pintorescos está el Mercado de Mixcoac, famoso por su venta de flores frescas, además de antojitos y productos tradicionales. Es un punto de reunión para la vida cotidiana del barrio.

Secretos ocultos y curiosidades

Bajo este barrio corre la falla Plateros–Mixcoac, responsable de microsismos perceptibles en la zona en los últimos años. Aquí también se erigió el Hospital Psiquiátrico de La Castañeda, que funcionó hasta 1968. En su lugar hoy se encuentran un supermercado, el Parque Deportivo Octavio Paz y la Preparatoria 8 de la UNAM. Este territorio representa una mezcla de raíces prehispánicas, esplendor colonial, leyendas y transformaciones modernas.

*Texto adaptado para Chilango Diario

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