Los personajes que ha creado el comediante le han abierto las puertas más allá del mundo digital, pero para llegar a eso el camino no ha sido fácil
Por Karla Peckerman*
Todos tuvimos un amigo en la infancia que nos hacía reír imitando a los maestros, a los compañeros o a cualquier personaje de la televisión. En el caso de Paco De Miguel, él era ese amigo.
Paco empezó a hacer reír sin darse cuenta. Ni él mismo sabe exactamente cuándo descubrió su talento, sólo recuerda que cuando tenía 13 años, su hermana le pidió que hablara como señora y lo grabó. “Mi voz se escuchaba entre señora y adolescente”, cuenta entre risas en entrevista con Chilango.
Era la época de Vine, cuando seis segundos eran suficientes para que alguien te encontrara en internet. Subió el video sin pensar demasiado y, de pronto, la viralidad (que en ese entonces no se le decía así) llegó para el joven comediante.
De Miguel recuerda que en esa época (2013-2014) también surgieron otros viners: Juanpa, Giselle, Mario Bautista, Juca. Él era parte de esa ola, pero estaba en otro momento mental. “Ellos tenían 17, 18 (años) y ya sabían para dónde iba esto. Yo no. Yo estaba saliendo de la secundaria para entrar a la prepa, mi desmadre era de prepa, normal”, explica el también influencer sobre por qué no siguió el mismo camino que los demás.
No fue hasta la pandemia, con el encierro y la rutina suspendida, que desempolvó sus traumas escolares y decidió convertirse en una maestra: en Miss Letty. Transformó su casa en un salón de clases, sacó las llaves imaginarias y subió el primer video a TikTok. La gente en internet lo reconoció de inmediato. “Me decían: ‘no mames, yo te seguía en Vine’”.
Ya para 2020 solía subir dos o tres videos diarios. Y mientras muchos se dedicaban a compartir recetas de panqués y tutoriales diversos, él construía un multiverso con todos los personajes que creaba, inspirados en personas reales.
De las redes a la televisión
Paco asegura que su multiverso funciona porque es profundamente humano. “Me encanta que piensen que los personajes son reales”, dice. Y no se equivoca, pues seguramente, al menos una vez has visto a alguien conocido en la mamá, la hija, la abuela, Regina o hasta en Miss Letty.
Los personajes que ha creado nacen del trauma, del recuerdo y de su habilidad de observarlo todo con lupa cómica, pero también de conversaciones familiares. “Mi mamá me ha dicho: ‘haz esto en un video, me pasó con esta cabrona’”, confiesa entre risas.
Ese impulso empezó a abrirle puertas más allá de las redes sociales. En medio de la nueva fama, el mismo Manolo Caro lo llamó para invitarlo a actuar en La Casa de las Flores. Al tratarse de su primer proyecto en televisión, Paco sintió una mezcla exacta entre emoción y ser un impostor. “Dije: ‘¿cómo de las redes me van a hablar para esto?’”. Aún así se preparó, tomó cursos de actuación y se aventó, marcando el inicio de una etapa donde su nombre empezó a verse en series y hasta realities.
Pero detrás de todas las cosas buenas que llegaron con la fama, Paco revela que hay retos que no todos imaginan. El principal, dice, es reinventarse. “Tienes que estar buscando cosas nuevas para el público”, y a eso se suma la ansiedad que llegó con la exposición: “Eso nadie te lo dice”, confiesa.
Aunque recibe cientos de mensajes positivos y de agradecimiento en sus videos, también existe el comentario hiriente de que se clava más de lo que debería. Parte de su trabajo mental ha sido entender que no a todos les gustará su contenido y que eso está bien.
El proceso creativo
Respecto a su proceso de creación, el influencer sigue siendo el cerebro detrás del guion, la intención y la edición; y aunque está en condiciones de delegar eso último, acepta sin pena: “La edición me cuesta soltarla. Ese tema sí me ha costado mucho soltarlo porque estoy enfermo. No quiere decir que es porque crea que alguien más lo haría mal, es porque yo tengo un problema. Quiero hacerlo tal cual lo visualizo en mi mente”.
Su obsesión es una forma de cuidado, una manera de construir con precisión la cadencia del chiste y el ritmo de cada sketch. Cuando los personajes conversan entre sí, cuando la cámara brinca de mamá a hija y vuelve, hay una estructura quirúrgica que sólo él ve.
En ese mismo espíritu nació su libro, una guía delirante y profundamente familiar sobre las señoras mexicanas, pues está escrito por su personaje de la señora, quien asegura “te va a hacer mierda”. Lo escribió durante más de un año, en un proceso que combinó memoria, sátira y observación obsesiva. Su intención es simple, que quien lo lea diga “sí soy” o “sí es mi mamá” y pase un rato divertido.
¿Qué viene ahora? Sin dar muchos detalles, Paco está trabajando en un show en vivo que llevará su multiverso a un formato más teatral, además quiere seguir explorando la actuación. “Gracias a las redes se me han abierto puertas”, asegura. Ahora sueña con una serie donde sus personajes tengan una historia familiar completa y no descarta que más adelante pueda escribir su propia biografía. “La persona que se convirtió en señora sin saberlo”, dice en tono de broma, ¿o no?.
Entre risas, humor y personajes que se volvieron espejo nacional, Paco De Miguel sigue mutando sin perder lo esencial: convertir lo cotidiano en carcajadas.
Paco es fan de los lugares locales, ama caminar por Coyoacán, comer barbacoa en Azcapotzalco o Lindavista y cae seguido por los tacos del Borrego Viudo. Dice que en la ciudad se come increíble “en cualquier esquina, no sólo en la Condesa”
- 14 millones de seguidores tiene el comediante en todas sus redes sociales: 2.9 M en Instagram, 7.5 M en TikTok, 3.7 M en Facebook y 148 K en YouTube
*Texto adaptado para Chilango Diario
