Emmanuel cumple 50 años de llegar al corazón de la gente como ícono de la balada pop latina, pero confiesa que el cine se convirtió en su asignatura pendiente
Emmanuel ha estado en el soundtrack de los mexicanos durante medio siglo. Fue en 1976 que la carrera del artista mexicano tomó su rumbo cuando ganó el concurso La Voz del periódico El Heraldo de México. A partir de ahí, se dedicó a la música por completo, dejando relegado uno de los sueños que también quería cumplir: el de ser parte del cine.
Este sueño no nació de la nada, pues Jesús Emmanuel Arturo Acha Martínez (su nombre real) conoció lo que era el cine a través de su mamá, la cantante y actriz española Conchita Martínez, quien, como dato curioso, protagonizó la película La morena de mi copla (1946) que inauguró los Estudios Churubusco. Así que desde niño soñó con ser cineasta, pero se convirtió en su asignatura pendiente y, cuenta, nunca supo si podía actuar:
“Me ofrecieron muchas películas en la época en que el cine en México estaba muy de capa caída, con guiones y formas de hacer las películas, la verdad, muy difíciles… De haber dicho que sí hubiera aprendido a hacer muchas cosas y, yo digo, a lo mejor tendríamos unas 4,000 películas hechas por mí”, bromea ante el público reunido para celebrar un homenaje a su trayectoria en el Festival Internacional de Cine Guanajuato (GIFF).
Sin embargo, Emmanuel no hizo “corte y queda” con el mundo cinematográfico, ya que por medio de sus videoclips pudo estar cerca de esa sensación de crear una película. A pregunta expresa por Chilango Diario sobre su faceta desconocida en el cine, explica:
“En el cine empecé con los videos cuando decidí que todos los iba hacer en 35 mm; eso fue hace 40 años. Y desde ahí empezamos a trabajar en las filmaciones para hacer los videos musicales, pero yo quería que todo se hiciera en cine. Mi madre fue cantante y actriz de cine, entonces hay conceptos desde casa. Nunca hice una película, pero actué en todos los videos”.
Asimismo, recuerda que si bien no quedó inmortalizado en un largometraje, su contribución estuvo detrás con el Festival Internacional de Cortometrajes Ambientales, Ecofilm Festival, que impulsó de 2011 a 2020 a través de su asociación civil Hombre Naturaleza. Con este escaparate promovió la conciencia ecológica (uno de sus temas favoritos) desde la pantalla y brindó una plataforma de visibilidad para nuevos talentos en el cine.
“Por cierto, por ahí me encontré a una persona que ganó un premio de movilidad sustentable, estaba aquí y me vino a decir: ‘Yo gané un premio del festival que hiciste de cine, primero fue concepto y luego cortometraje’. Así que tengo bastantes cosas”, añade.
Y tal como dijo, el cine siempre ha estado escondido en sus videoclips. Un ejemplo es el de “Toda la vida”, realizado en un icónico teatro de Madrid con el aura fílmica que siempre ha querido. Además de su amalgama con el director Pedro Torres y el fotógrafo Sergio Yazbek, con quienes logró crear videos como el de “Solo” y “La última luna”, contagiados de la estética ochentera de la época. Tampoco es que la actuación haya quedado de lado, pues como recuerda, en cada clip se ha caracterizado de alguna manera, siendo escultor en “Bella señora” o hasta escritor en “Pobre diablo”.
Por ahora, los filmes de pantalla grande pueden esperar. Pero Emmanuel se mantiene bien activo en el ámbito que le ha dado fama y junto con la celebración de sus 50 años de trayectoria viene un disco sinfónico que describe como “ecléctico”, grabado en Escocia y con el cual promete una sorpresa visual que se podrá descubrir posiblemente en octubre o hasta el siguiente año.
- En 1976 salió el primer álbum de Emmanuel, 10 razones para cantar, mismo año en que comenzó su carrera formal en la música
- El 28 de julio pasado recibió la Cruz de Plata del GIFF, como precelebración y reconocimiento a su trayectoria artística