Los mercados públicos se renuevan
27 de junio 2017
Por: Diana Delgado

¡Pásele a lo barrido!

Después de años de abandono y de pérdidas económicas, los mercados públicos estarán mejor equipados para hacer frente a la competencia.

Los mercados quieren modernizarse para reactivar la economía local
y ser más competitivos ante las tiendas de autoservicio

ARTE: ALBERTO MONTT

En los mercados de la CDMX, todos los días son de plaza. Ofrecen calidad, frescura y variedad de productos, incluso se estima que cinco de cada 10 capitalinos compran en estos lugares que identifican al barrio.

Pero después de falta de inversión, abandono y pérdidas económicas frente a las tiendas de autoservicio, los mercados han comenzado a modernizarse. En cuanto a imagen, algunos han sido construidos desde cero, otros renovaron instalaciones y unos más cambiaron su rostro, sin embargo, la modernización va más allá.

Actualmente hay negocios que aceptan tarjetas bancarias y vales de despensa, y algunos comerciantes han sido capacitados sobre organización financiera. Una meta de la Secretaría de Desarrollo Económico es que todos los mercados tengan wifi para que los comerciantes accedan a métodos de pago y aplicaciones que requieran internet y así mejorar su experiencia de venta.

Aunque ahora se habla de modernización, los mercados públicos representan una tradición prehispánica de compra-venta-cambio que aparece incluso en las cartas que Hernán Cortés enviaba a los reyes de España o en las crónicas en las que Bernal Díaz del Castillo narraba cómo era el ambiente en Tenochtitlán. Al paso de los años, estos espacios se convirtieron en corazones comerciales y de identidad que continúan 500 años después.

La prueba está en que en la CDMX hay 329 mercados públicos con 71 mil 496 locales entre tradicionales y especializados —enfocados en productos específicos como artesanías, plantas o ropa—. Y las delegaciones que concentran la mayoría de los centros de abasto son Gustavo A. Madero (50), Venustiano Carranza (41), Cuauhtémoc (39) y Coyoacán (22).

“Durante décadas, los mercados fueron dejados a su suerte y las instalaciones, calidad e incluso gastos fueron absorbidos por los comerciantes. Esto provocó que muchos decayeran, perdieran clientes y los vendedores terminaran por abandonar sus fuentes de empleo”, explica Emanuel Alcántara, especialista en urbanismo por el Instituto Politécnico Nacional.

El atraso continuo generó que no pudieran competir con los 349 supermercados que hasta el año 2014 tenía contabilizados el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (Inegi).

Si a esto se le suma el crecimiento de las tiendas de conveniencia, la desventaja aumenta, pues datos de la Secretaría de Ciencia y Tecnología indican que, por cada minisúper abierto, cuatro pequeños comercios están en riesgo de cerrar, por lo que la inversión y la renovación representan un reto para no dejar morir estos espacios que dan identidad a las colonias y promueven cerca de 300 mil fuentes de empleo en la Ciudad de México.

CAMBIARLES LA CARA

Hablar de zonas como la Merced, Jamaica, la Lagunilla, Tepito o la colonia Central de Abasto sin pensar en sus mercados es imposible. “Tradicionalmente, la urbanización se formó a raíz del comercio, a tal grado que la zona, el barrio y los vecinos se asocian por los mercados, pues en muchos casos sus habitantes siguen viviendo de esa actividad”, menciona el urbanista.

Debido a la importancia de los centros de abasto tradicionales, la Secretaría de Desarrollo Económico (Sedeco) ha impulsado su desarrollo a través de la modernización, ya sea con capacitaciones, facilidades para establecer terminales, puntos de venta y ahora con una imagen única para los 329 mercados capitalinos.

“Habrá mercados para muchos años porque son parte de la tradición, te dan una experiencia de compra que no se puede replicar en ningún otro lugar. Además de que fortalecen las relaciones de la comunidad, se estrechan lazos entre vecinos, comerciantes y clientes, por eso deben estar en condiciones dignas”, comentó Salomón Chertorivski, titular de la Sedeco, durante el arranque del programa de renovación.

El cambio de imagen requerirá una inversión de 26 millones de pesos, de los cuales, 12 millones los pondrá la Secretaría y el resto es una donación gestionada por la asociación Corazón Urbano A.C., quienes además se encargarán de la mano de obra para pintar las 329 fachadas y del balizamiento en banquetas y cruces peatonales. Todo esto se tendrá que realizar en un periodo no mayor a tres meses.

Como parte del programa “Pintemos mi mercado”, la Fundación Proempleo Productivo A.C. capacitará a los locatarios sobre emprendimiento con el objetivo de mejorar sus condiciones económicas a través de alternativas de negocio.

Froylan Zacarías, representante y comerciante del mercado de Santa Cruz Meyehualco, uno de los centros recién intervenidos, opina que la remodelación de los mercados es necesaria para hacer que las personas regresen, compren y el dinero se mueva en la CDMX.

“Queremos que la gente regrese a comprar aquí porque les ofrecemos calidad y amabilidad. Además, muchos vivimos de esto desde hace años”, dice.

Para mejorar la economía, se necesitan condiciones que así lo permitan. Impulsar el comercio local, parece un buen principio.

En cifras: 

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