Donar sangre por altruismo
13 de junio 2017
Por: Diana Delgado

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La CDMX es una entidad autosuficiente en reservas de sangre, pero solo el 5% de la sangre que se dona proviene de voluntarios

 Solo el 5% de las donaciones de sangre en la CDMX son altruistas, una cifra que puede aumentar si nos volvemos voluntarios

ARTE: ANDREE ÁVALOS

Más del 60% de quienes ingresan al área de terapia intensiva de un hospital requieren una transfusión sanguínea. Y aunque con el paso de los años las personas se han hecho más conscientes de la importancia de donar sangre, en México, regalar este tejido sigue siendo poco habitual.

Tanto a nivel nacional como en la capital, entre el 3 y el 5% de la sangre que se recibe en los hospitales es voluntaria, el resto es de tipo familiar o de reposición, es decir, cuando una persona cercana tiene un problema de salud y debe cumplir con un número específico de donadores.

Según la Organización Panamericana de la Salud, la tasa considerada autosuficiente para países en desarrollo debe ser de entre 100 y 300 donadores por cada 10 mil habitantes anuales. La CDMX registra 418, por lo que desde hace cinco años las reservas capitalinas son aceptables.

Hasta diciembre de 2016, la Secretaría de Salud de la CDMX captó 120 mil 348 unidades de sangre o donaciones. Ese mismo año se realizaron 62 mil 336 transfusiones y, con la cantidad restante como exceso, apoyaron a otras instancias de salud tanto de la capital como del Edomex y Morelos.

“La importancia de la donación altruista radica en la creación de reservas de este tejido y, aunque en la capital los números son positivos, de la misma manera en que la sangre entra, se utiliza, pues el tiempo de almacenamiento es de entre cinco y 15 días. Por eso la donación voluntaria es necesaria”, explica Guillermo Silva, coordinador de Bancos de Sangre y Servicios de Transfusión de la Secretaría de Salud de la CDMX.

En la ciudad, las atenciones obstétricas, quirúrgicas y los accidentes utilizan la mayor cantidad de unidades, y según una encuesta realizada por la Secretaría de Salud, el grueso de la población tiene un tipo de sangre O+ (64.47%); seguida de A+ (23%); B+ (6.08%); O- (2.42%); A- (1.71%) y AB+ (1.55%), mientras que las menos comunes son B- (0.58%) y AB- (0.19%).

“Hay que tener en cuenta dos aspectos: la sangre de los bancos sirve para resolver situaciones de emergencia, como en el caso de desastres naturales —en la ciudad o en cualquier parte del país—, además de que es una reserva que garantiza la existencia tanto de tipos de sangre poco frecuentes como de las más comunes”, dice Silva.

De la necesidad a la solidaridad
La sangre es vital para mantener con vida a una persona y de eso es consciente Gabriel Murillo, quien desde hace cinco años es donador voluntario y de reposición.

“Comencé cuando operaron a mi mamá y nos pidieron 20 donadores, de los cuales solo aceptaron a ocho porque el resto no cumplió alguno de los requisitos básicos”.

Gabriel habló con amigos y conocidos, y hasta pidió ayuda en sus redes sociales. “Muchos me decían ‘quisiera apoyarte, pero no puedo’, ‘no tengo tiempo’ o ‘tengo gripe’. Otros aseguraban que me ayudarían, pero pocos se presentaron en el hospital”, cuenta.

Aunque en este caso se trataba de donadores por reposición, para lograr la meta, Gabriel y otros miembros de la familia tuvieron que pedir favores a desconocidos y a algunos de ellos, confiesa, les hicieron un pago simbólico como agradecimiento.

“Después de vivir esa experiencia desesperada, cada vez que alguien necesita un donador, acudo y lo apoyo. Además, voy dos veces al año como voluntario. Espero no volver a vivir lo mismo”, dice.

Cómo donar

En la década de los 80 surgieron contagios de VIH y hepatitis porque no había restricciones para los donadores de sangre. Hoy, el proceso es muy estricto, pero al mismo tiempo fácil de cubrir para quienes tienen una condición saludable.

Además de haber ayunado cuatro horas previas, para ser donador debes cumplir otros requisitos básicos: tener entre 18 y 60 años de edad, pesar más de 50 kilos, no haber tomado medicamentos, alcohol y no haber padecido hepatitis tipo B, tipo C o VIH-SIDA. En el caso de las mujeres, no estar embarazadas ni durante la lactancia y solo pueden donar cuatro veces al año, mientras que los hombres pueden hasta cinco.

Quienes tienen tatuajes y perforaciones pueden donar después de un año de haber realizado sus intervenciones.

La NOM 253 para la disposición de sangre humana eliminó las restricciones para que los homosexuales fueran excluidos de la donación de sangre, siempre y cuando cumplan con los requisitos básicos.

Araceli Garay es enfermera del Seguro Social y su trabajo consiste en registrar y entrevistar a los donadores. Es el primer filtro, explica: “La mitad de los interesados se retira, pues mientras unos no alcanzan el peso o la estatura, otros llegan con gripe, desvelados o no cumplen con los ayunos”. Para Araceli, vale la pena llegar preparados el día de la donación, pues de eso depende que sea un procedimiento ágil y seguro. “Donar sangre es dar salud y no enfermedades. Implica pensar en la otra persona, regalarle un poquito de vida”, dice Guillermo Silva, coordinador de los Bancos de Sangre de la Sedesa. Si se hace de manera altruista, la ayuda es doble porque significa que siempre habrá disponibilidad de este líquido gracias a donantes desinteresados.

En cifras: 

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