14 de agosto 2019
Por: Sarayd Luna

El miedo nuestro de cada día

Todo era risas y diversión, hasta que terminamos pecho tierra. Cosa rara en estos días, era una tarde-noche sin lluvia ni frío. En el plato tenía una rebanada de pizza Margarita, en el vaso una cerveza, a mi lado mi güerito pelo de otoño y enfrente a una amiga que se va a Suecia para terminar una maestría. Era su despedida, había más amigos de ella y la plática fluía en todos los sentidos. 

Teníamos mesa en la calle, así que el ir y venir de personas era parte del paisaje. Pasó un joven de suéter amarillo que llevaba a un perrito con correa. Más tardó en dar la vuelta a la esquina que en regresar corriendo, despavorido, gritando: “Están asaltando aquí al ladooo…”. 

En segundos que parecieron siglos y un alboroto que tenía lugar como en cámara lenta, lo vi meterse al restaurante seguido de varios comensales. Algunos optaron por asomarse a la esquina para ver de qué hablaba, otros simplemente se paralizaron. Nosotros quisimos alejarnos de ahí, pero escuchamos que se rompía un vidrio y volvimos al restaurante.

Todos estaban pecho tierra. Familias con niños, parejas, grupos de amigos… abrazados, cubriéndose la cabeza, atemorizados sin saber bien qué ocurría. Aparecieron varias patrullas, los meseros bajaron las cortinas del local y aguardamos casi en silencio.

Después de un rato el color regresó a los rostros y las respiraciones a su ritmo normal. “Todo está bien. No pasó nada”, decían los trabajadores del local mientras repartían trozos de pan #porquemexicanos y casi todos volvían a las mesas por sus bebidas #porquedoblementemexicanos. Solo los turistas extranjeros se fueron.

Terminamos de tranquilizarnos intercambiando impresiones y el joven de amarillo finalmente nos contó lo sucedido: dos chavitos que estaban robando un departamento se dieron cuenta de que los había visto y le sacaron la pistola. El balazo no lo alcanzó, pero lo asustó tanto que desató una histeria colectiva.

¿Cómo culparlo si pocos saben reaccionar ante una situación de peligro y la mayoría vivimos aterrados en esta ciudad donde tan solo en el primer cuatrimestre de 2019 se registraron 263 robos con violencia a casa habitación y 2,205 sin violencia, según cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública?

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