27 de octubre 2016
Por: Fernando Rivera Calderón

El Presidente que no se despierta

“Please, don’t wake me,
No don’t shake me,
Leave me where I am
I’m only sleeping”

John Lennon

 

Dice el presidente Enrique Peña Nieto que él no se despierta pensando en joder a México.

Me parece pertinente su aclaración; en primera porque es una manera de aclararnos que, si acaso jode al país, no es por decisión propia, sino que se trata de un acto condicionado de su voluntad pavloviana o de un simple reflejo involuntario.

Por otro lado, todos sabemos que el Presidente no podría pensar en joder a México fundamentalmente porque no suele pensar cuando se despierta ni cuando se duerme ni en el espacio que existe entre ambos momentos del día.

Me cuesta trabajo aceptarlo, pero en esta ocasión no tengo duda de que el Presidente nos dice la verdad.

Y no, no me llamaron de Presidencia para pedirme que le baje a la crítica y que deje de dar malas noticias. Ellos saben a quiénes tienen en su nómina.

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Lo cierto es que no debe sorprendernos que el presidente Peña Nieto nos diga que no se despierta pensando en joder a México. Si analizamos sus palabras a profundidad, encontraremos que el problema esencial no es si el Presidente piensa o jode; el verdadero problema —diría Arjona— es que el Presidente no se despierta.

Tampoco se despertó de la noche del 26 de septiembre del 2014 cuando sucedieron los trágicos hechos de Iguala, ni suele despertar para atender los conflictos ni las masacres ni los reclamos urgentes de un país en permanente combustión. No despertó cuando Roger Waters le cantó la de “Renuncia” en el Zócalo ni para dar la cara ante el escándalo de la Casa Blanca. Frente a Donald Trump, igual que ante Obama y Trudeau, Peña Nieto evidentemente estaba dormido.

Así lo miran sus allegados: profundamente dormido, como miraban los siete enanos a Blanca Nieves dormida profundamente en su ataúd de cristal. Como la Bella Durmiente soñando que se despierta para decirnos que no se despierta pensando en joder, sin saber que en realidad ni piensa, ni se despierta.

Para el resto de l@s mexican@s es más como un Freddy Krueger pero al revés: jode mientras duerme.

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