26 de agosto 2016
Por: Luciano Pascoe

La fuerza silenciosa

Conocí a Carlos Cruz hace años; durante los últimos 15, Carlos ha dedicado su vida a abrir espacios para que los jóvenes de la Ciudad –y ahora de seis estados– tengan alternativas frente a la violencia y el crimen.

Esta semana, Diego Rabasa publicó en estas páginas una entrevista que le hizo al fundador de Cauce Ciudadano, lectura recomendable para entender mejor de dónde viene Carlos y qué hace el colectivo que encabeza.

La violencia que vivimos y de la que a diario nos sentimos acechados es parte de la ciudad, aunque no debería serlo. El crimen común y el organizado son caminos a la mano de cualquiera que parecen fáciles frente a la falta de oportunidades.

Cauce Ciudadano lo sabe, sus fundadores han vivido de cerca la violencia, han sido parte de ella y han sabido salir; hoy cuentan con un modelo que permite tener un enfoque para atender la inseguridad desde su origen.

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Durante demasiado tiempo, la principal preocupación de los mexicanos ha sido la inseguridad; una espiral que no parece tener solución a menos que se le ataje desde la calle, desde el inicio de la cadena de desamparo, soledad, marginación y violencia que deja a miles de jóvenes a la deriva, sin rumbo y sin destino.

Las organizaciones como Cauce Ciudadano ofrecen alternativas de fondo en la prevención del delito; ellas viven y entienden la vida cotidiana de nuestra sociedad en su estrato más vulnerable.

Desde ahí, para todos, se deben concebir las leyes y su acceso; desde ahí se debe pensar la Constitución de la Ciudad de México, para plantear nuestras prioridades desde lo más importante y no desde las coyunturas o lo urgente.

En febrero, Carlos Cruz fue seleccionado como una de las 28 personas que redactarían la propuesta de Constitución; su enfoque es fundamental.

La fuerza silenciosa de cambio entre individuos y colectivos que a diario viven y sobreviven la violencia de esta metrópoli debe ser escuchada y atendida por todos.

La Constitución debe pensarse para construir una mejor sociedad; para promover lo mejor de  nosotros y desincentivar lo peor; para alinear estímulos y generar los incentivos adecuados que nos permitan crear una ciudad innovadora, creativa y con oportunidades; una ciudad con futuro.

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