Manual
20 de septiembre 2016
Por: Nacho Lozano

¿Por qué nos roban tanto?

Primer disparo
Si tuviéramos expresidentes de los cuales sentirnos orgullosos y a quienes agradecerles el servicio brindado al bendito México y sus habitantes, seguramente estaríamos de acuerdo con gastar en ellos lo que sea necesario y hasta más. No es nuestro caso. No tenemos expresidentes de los cuales enorgullecernos. Díganme uno al que le agradezcan lo buen presidente, a ver, uno. ¡No hay! Bueno, pues no obstante lo anterior, Felipe Calderón, Vicente Fox, Ernesto Zedillo, Carlos Salinas y Luis Echeverría cuentan con un seguro de vida gratuito que permitirá a sus familiares beneficiarios recibir al momento de su muerte montos que van de los 22 a los 35 millones de pesos. ¡Pum! ¿Y adivine quién paga esos seguros? ¡Nosotros! ¿A usted le alcanza para contratar un seguro que garantice estabilidad para su familia después de que muera? Tá-cabrón, ¿verdad? A menos que los bancos se lo cobren voluntariamente a fuerzas, como es su ratera costumbre. Pues los expresidentes tienen el seguro, además de su beca-pensión vitalicia de 205,122 pesos al mes que pagamos usted y yo. Esa cantidad multiplíquela por 108 y hasta 175 meses, y es el total del seguro que pagaría GNP a los familiares tras la muerte de cualquiera de ellos. Y para exprimirles más el hígado, les cuento que las esposas de estos cuates también gozan de un seguro similar.

LEE LA COLUMNA ANTERIOR DE NACHO LOZANO: PREGUNTAS A LOS DIVINOS

Segundo disparo
Estamos en un contexto de crisis en México y por eso hay recortes en el Presupuesto 2017. Bueno, tengo 32 años y desde que recuerdo he escuchado que estamos en crisis. Tengo amigos mayores de 50 y dicen lo mismo. Por lo consiguiente, hay ajustes al gasto, a los programas sociales, a la educación, a la salud, a la seguridad, a la investigación, a la infraestructura… a todo lo que los mexicanos necesitamos. Pero un recorte a los sueldos de los legisladores, nunca he escuchado. Es más, para el Presupuesto 2017, los diputados nos salieron más cobrones que bonitos y querían subirse el sueldo, junto con los senadores y los burócratas del legislativo. ¿No les parece una reverenda chingadera? Al final dijeron que no, que no habría aumento porque son “sensibles y solidarios con el Pueblo de México”. Pero no renuncian ni a sus seguros, ni a sus obscenas prestaciones (les pagamos hasta el celular cuando a ellos les alcanzaría perfecto para pagar la factura). ¿En serio los gobernadores, secretarios de Estado, alcaldes y legisladores locales se merecen los sueldazos, las cajas chicas y grandes, las despilfarradoras prestaciones y los privilegios financieros para ellos y sus familias que nosotros pagamos?
Último disparo
¿Usted cree que algún día en México diremos: “Es muy poco lo que les pagamos a los excelentes funcionarios de gobierno, ¡súbanles el sueldo!”? No se lo merecen. Pero es nuestra culpa por votar por ellos.