27 de noviembre 2025
Por: Redacción

El guardián de la última panda de Latinoamérica

Elías García ha tenido una conexión profunda por más de 15 años con Xin Xin, la pandita chilanga del Zoológico de Chapultepec

Por Eduardo Alavez*

Xin Xin es una panda un poco nerviosa. Aunque ha pasado toda su vida bajo los reflectores del Zoológico de Chapultepec, la pandita de 35 años prefiere mantenerse lejos de los visitantes. Come su bambú de espaldas a los curiosos, duerme siestas en zonas poco visibles y pasa la mayor parte del tiempo fuera de las miradas ajenas.

El único que la entiende es Elías García Ramírez, el guardián que la ha acompañado por más de 15 años y que sabe (casi a la perfección) cuando tiene hambre, está estresada o simplemente quiere descansar.

Cada mañana, Elías llega al hábitat de la panda gigante para hacerle una revisión ocular. Verifica que esté en condiciones adecuadas, ya sea para un chequeo médico, para darle su alimento preparado por los nutriólogos o una de las cuatro o cinco raciones de bambú que consume al día. “Si ves que requiere algo en especial se le va ajustando de acuerdo con sus necesidades”, explica en entrevista con Chilango.

FOTO: RAFAEL AMED RIVERA

Elías no esperaba convertirse en el cuidador de Xin Xin. Cuando le dieron la noticia, sus compañeros del zoológico le jugaron una broma: le dijeron que, como castigo, lo cambiarían de área. La sorpresa fue encontrarse con Xin Xin y convertirse en una de las pocas personas en el mundo que puede convivir con pandas fuera de China.

Han pasado más de 15 años y Elías parece conocer de pies a cabeza a la querida pandita mexicana. Incluso asegura que la misma Xin Xin le ha enseñado cosas que no aprendió con otros animales. “Me ha brindado mucha satisfacción porque me ha enseñado tantas cosas que, la verdad, no vi con otros especímenes. Todos tenían habilidades distintas, pero ella fue más habilidosa”, cuenta.

Recuerda que, desde que recibió la custodia de Xin Xin, la panda ya era considerada geriátrica. Pese a ello, consiguió aprender varios comportamientos que hoy le siguen ayudando. “Fue una experiencia increíble porque aprendió tantos ejercicios, ¡más de 20! Ahora dices: ‘¡wow, cómo ha sido importante para esta etapa de su vida!’”, menciona.

Un antes y un después

En el pasado, los zoológicos utilizaban distintas técnicas para tratar a los animales. Para hacer algunas revisiones o procedimientos, los contenían en jaulas o los sedaban.

Sin embargo, desde hace más de 20 años, en el Centro de Conservación de la Vida Silvestre de Chapultepec el cuidado de los animales se basa en el condicionamiento operante. Este método ha permitido realizar cualquier procedimiento clínico, según la condición del ejemplar.

“Si anteriormente se tenía que anestesiar para poder tomar una radiografía, hoy ya no se utiliza eso. Ahora, todo se hace por vía voluntaria con el condicionamiento operante, sin estresar ni someter al ejemplar a una contención física”, explica Elías.

Bajo ese esquema, los médicos, nutriólogos y el cuidador de Xin Xin tienen marcadas las fechas en las cuales le corresponde el muestreo de sangre, el frotis vaginal, la revisión de la abertura oral, el chequeo de la frecuencia cardíaca, el cepillado del pelaje, la revisión de garras y ojos e incluso la evaluación de la dureza del bambú que puede comer.

“El observar te ayuda a saber cómo debes colocar los sustratos, a qué altura, a qué distancia. Todo está perfectamente calculado de acuerdo con su comportamiento”, detalla.

El adiós a la panda Xin Xin

El 1 de julio, Xin Xin (cuyo nombre significa “esperanza”), cumplió 35 años, lo que la convierte en una de las pandas más longevas del mundo. La vida de un panda en libertad puede alcanzar entre 15 y 20 años, según la Secretaría del Medio Ambiente de la CDMX.

En cautiverio pueden vivir más tiempo y Xin Xin ha superado la edad de sus padres, tíos y abuelos que también habitaron el Zoológico de Chapultepec: Xiu Hua murió a los 27 años y Shuan Shuan a los 35.

Por ello, los cuidados que recibe Xin Xin son fundamentales para mantener con vida y en buena salud al último ejemplar que existe en Latinoamérica.

“El trabajo que se ha realizado en conjunto de médicos, veterinarios, biólogos y cuidadoras ha sido fundamental para que hoy tengamos a este espécimen en condiciones adecuadas”, señala Elías.

El futuro de esta especie en México es incierto. Mantener a un panda gigante fuera de China representa actualmente un costo anual cercano de un millón de dólares, además de la firma de contratos de al menos diez años. Estas condiciones hacen poco probable que el país vuelva a albergar a un oso blanco y negro en el corto plazo.

Por ahora, Elías prefiere pensar en el presente y seguir con su trabajo como guardián de Xin Xin. Eso sí, invita a los mexicanos y turistas a visitar a la panda originaria de la CDMX. “Que nos dure 100 años y que todo el mundo siga viniendo a conocer a este ejemplar tan longevo que está fuera de China y que no lo van a encontrar muy fácil en otra institución”, finaliza.

La historia de Xin Xin sigue escribiéndose cada día en el Zoológico de Chapultepec. Ahí estará Elías, su guardián, atento a cada gesto y cada respiración. Seguirá acompañando a la última panda de Latinoamérica y la más longeva fuera de China que, sin saberlo, se convirtió en símbolo de toda una época.

Xin Xin es hija de Tohui, la primera panda nacida en México, y del macho Chia Chia, el cual viajó a nuestro país procedente del Zoológico de Londres. Su nombre significa “esperanza” y es símbolo del cariño y compromiso que el país ha demostrado por la conservación de esta especie

*Texto adaptado para Chilango Diario

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