4 de abril 2024
Por: Redacción

Conoce los mitos y creencias prehispánicas de los Eclipses Solares

A lo largo de la historia, los eclipses han cautivado a civilizaciones antiguas, dando origen a mitos y creencias que reflejan la fascinación humana por estos misteriosos fenómenos celestiales


A lo largo de la historia, los eclipses han cautivado a civilizaciones antiguas, dando origen a mitos y creencias que reflejan la fascinación humana por estos misteriosos fenómenos celestiales

El próximo 8 de abril, varios estados de la costa del Pacífico mexicano serán testigos de un eclipse total solar. Este evento, que forma parte de la danza cósmica que fascina a la humanidad desde tiempos inmemoriales. En el crisol de las culturas prehispánicas, los eclipses eran portadores de mitos intrigantes y creencias arraigadas.

Una de las interpretaciones más curiosas se remonta a la cosmovisión azteca, donde se creía que un eclipse ocurría cuando una deidad mordía al Sol, conocido como Tonatiuh. Este fenómeno astronómico estaba intrínsecamente conectado con lo divino, una suerte de mordida celestial.

Durante la fundación de Tenochtitlán en 1325, la colocación de la primera piedra coincidió con un eclipse. La leyenda cuenta que un nopal con tunas rojas y maduras, simboliza los corazones de los sacrificados, presidió el evento. La piedra fundacional, con un águila sobre el nopal y una vírgula saliendo de su boca, era, de hecho, un mensaje codificado que los españoles malinterpretaron como una serpiente que marca el lugar para el establecimiento de la ciudad.

Otra creencia, sugiere que cuando ocurría los eclipses, los mexicas ofrecían sacrificios de personas albinas en honor a sus dioses. En una vertiente más práctica, las mujeres embarazadas colgaban amuletos de pedernal durante estos eventos astronómicos para prevenir el nacimiento de bebés con labios leporinos.

La cultura maya, por su parte, interpretaba los eclipses solares como ominosos presagios de sequía, guerra o muerte. Los eclipses lunares, según sus creencias, tenían una connotación particularmente adversa para las mujeres embarazadas y los niños.

Así, mientras la ciencia moderna nos permite anticipar y comprender estos fenómenos celestiales, es fascinante explorar cómo las antiguas civilizaciones tejían mitos y creencias en torno a los misteriosos juegos de luz y sombra en el cielo.

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