11 de abril 2022
Por: Redacción

3 motivos para visitar Acapulco en Semana Santa

La Semana Santa es una gran oportunidad para salir de la ciudad. Fotografía: Cuartoscuro

La Semana Santa es una gran oportunidad para salir de la ciudad, escapar de la rutina y crear grandes recuerdos con tus seres queridos.

Destinos turísticos en México hay muchos, desde hermosas playas, diversión nocturna en la ciudad, ferias nacionales, entre otras opciones que buscan cumplir con la necesidad de diversión y relajación que se necesita hoy en día.

Uno de los lugares más visitados por turistas nacionales e internacionales son las playas de Acapulco. Extraordinaria opción por su clima agradable, playas paradisíacas, actividades acuáticas y los hermosos atractivos turísticos que tiene.

Si esta breve explicación todavía no te convence para visitar Acapulco, aquí te dejamos tres recomendaciones:

Acapulco y sus atractivas islas

Acapulco es un atractivo natural impresionante que cuenta con una amplia variedad de islas; entre todas, la que nos gustaría destacar es la Isla de la Roqueta.

Extraordinario sitio conocido por su increíble vegetación, oferta cultural, playas secretas y actividades para hacer con tu familia. Dentro de esta isla encontrarás un museo con piezas arqueológicas que te ayudará a conocer más de la cultura local. Sus playas secretas cuentan con aguas cristalinas donde se puede practicar snorkel, paddle board o dar un paseo en kayak.

Conoce el jardín botánico de Acapulco

Fundado en marzo 2002, el Jardín Botánico de Acapulco se creó con el propósito de conservar un espacio representativo de la selva subtropical, proteger las especies de plantas y animales de la región, así como educar y concientizar sobre la importancia de preservar nuestros recursos naturales. 

El jardín cuenta con vista panorámica, plantas acuáticas, estanques, reloj solar, cafetería y senderos para enamorarse.

Atractivos culturales

Acapulco no sólo es playa y vida nocturna, conocer los atractivos culturales son un “must”, por ejemplo el mural de Diego Rivera en la Casa de los Vientos. El mural de la fachada mide 70 metros cuadrados y fue construido en relieve, rellenado por mosaicos de tierra volcánica, fragmentos de azulejo, piedras de cantera y conchas marinas. 

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