7 de junio 2016
Por: José Quezada Roque

Sé doblemente ecológico con estas bicis de bambú

ESTAS BICICLETAS HAN GANADO DOS PREMIOS: DE DISEÑO Y MEJOR VEHÍCULO; AHORA EL PREMIO GÁNATELO COMPRANDO UNA

Diego Cárdenas tiene 30 años y es la cabeza detrás de Bamboocycles, un proyecto descrito por él mismo como “bicicletas ligeras con el medio ambiente”. Sin embargo, para que las bicicletas de bambú empezaran a circular por las calles, Diego tuvo que hacer coincidir varias experiencias de vida, como un taller que tomó en Francia para aprender a trabajar el bambú, o una tarea que le dejaron cuando estudiaba diseño industrial en la UNAM, la cual le permitió descubrir que en el siglo XIX en Inglaterra las bicis de bambú eran una tendencia.

A finales de 2007, Diego construyó la primer bicicleta de este tipo, pero lo hizo sólo como un gusto personal. En la primavera de 2008, él paseaba ya por las calles utilizando el modelo que había diseñado y construido. “La gente me detenía en la calle, me preguntaba cuánto costaba o dónde la había conseguido. Unos meses después, un tío me propuso hacer mis propios modelos y venderlos”, cuenta el joven diseñador.

“Empecé a trabajar en el diseño, la producción, la fabricación y la ergonomía del producto hasta que en 2010 vendí la primera. A partir de ese momento —y ahora que tiene un equipo— hemos trabajado en perfeccionar las bicis, desarrollarlas más y hacer nuevos modelos”.

Sobre el proceso de producción, Diego dice que es “relativamente sencillo: agarras el bambú, se aplican los cortes, se toman las piezas de metal que van a conformar el centro y las patas, y luego se alinean y pegan. Después, se revisa que todo esté bien alineado y pegado, y se ponen unas camisas de fibra de carbono en las uniones. Luego se pule y se empiezan los acabados hasta alcanzar el punto que queremos. La última parte es sólo armar la bici”.

El precio de una bicicleta de bambú puede ir desde $8,900 hasta $37,000, dependiendo del tipo de componentes y materiales que se ocupen.

Impacto ecológico y social

“El impacto ecológico empieza con la posibilidad de sacar autos de la calle y reemplazarlos con bicis que, al ser fabricadas con bambú, contaminaron menos durante el proceso de fabricación. El bambú genera 30% más oxígeno que los árboles y se cosecha a los tres años de edad; es muy renovable y se da en Veracruz, Yucatán y Puebla. Utilizamos materiales locales: el carbono es de Jalisco y el acero es de Monterrey, por ejemplo. En la medida de sus posibilidades, la empresa busca ser una fuente de empleo en el país”.

Dificultades

Una de las principales dificultades que enfrentó Diego fue acceder a los recursos. “En general, México no es un país que se caracterice por dar facilidades a los emprendedores. Recién está empezando a abrirse la brecha para que haya más oportunidades. Pedir dinero en el banco es dificilísimo y muy caro. Entonces, lo que hicimos fue desarrollar un sistema de producción de trabajo sobre pedido, y esa es la única forma en que hemos podido lograrlo”. Aunque han ganado los premios Quorum 2010 Mejor Vehículo y el Bienal Iberoamericana de Diseño de 2012, sus metas son expandirse gradualmente en todo el mundo.

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