FOTO: EDGAR SEGURA

21 de agosto 2025
Por: Redacción

Vivir en la calle no es un derecho

Personas sin hogar alzaron la voz para exigir acceso a oportunidades laborales, atención médica y vivienda

Por Edgar Segura*

“Muchos escuchan nuestra voz, pero a muy pocos nos hacen caso”, lamentó Gustavo Enrique Aguilar Pastén, mejor conocido como “El Suave”, la indiferencia con la que las autoridades y la sociedad en general tratan a las poblaciones en situación de calle cuando solicitan apoyo. Junto a 40 de sus valedores, participó el martes pasado en la primera marcha de personas en situación de calle realizada en la CDMX.

Bajo la consigna de “¡Que no se caye la situación de calle!”, poblaciones que habitan el espacio público marcharon por Eje Central, desde el Metro Doctores hasta Tlatelolco, con la intención de que su voz deje de ser ignorada. Exigieron acceso al empleo, a la salud, a la vivienda y denunciaron los malos tratos que sufren en albergues.

De acuerdo con un censo realizado en 2024 por el Instituto de Atención a Poblaciones Prioritarias, en la capital habitan 1,124 personas en situación de calle. La mayoría son hombres (86%), tienen entre 18 y 60 años (89.5%) y viven con alguna discapacidad (85.5%). Asimismo, más del 62% se concentra en la alcaldía Cuauhtémoc.

Historias de la calle

Gustavo, de 40 años, vive en la calle desde los 13. Duerme donde puede y recurre al consumo de sustancias para aguantar el frío. Ello le provocó un problema de adición que intenta superar asistiendo a una clínica.

El estigma de no tener hogar le ha cerrado las puertas del mundo laboral. Para sobrevivir junta pedazos de cartón y botellas de plástico que vende por kilo. “Incluso he tenido que recurrir al trabajo sexual”, contó a Chilango durante la manifestación.

Otras personas han encontrado una oportunidad de sustento a través de organizaciones como Mi Valedor. De acuerdo con Mateo Rivera, coordinador de la iniciativa, se trata de un modelo de inclusión laboral en el que venden a la población en situación de calle revistas a un bajo precio y ésta a su vez la vende a un precio más alto para que tenga ganancia.

“Sin embargo, nos dimos cuenta de que uno no puede trabajar si ha tenido problemas de salud mental o si no ha comido. Además, a uno no le van a comprar revistas si no está aseado. Entonces nos dimos a la tarea de expandir nuestro proyecto. Hoy en día les brindamos un programa de salud mental, de artes y de inclusión cultural. Tenemos el programa para recuperar documentos y estamos echando a andar un programa de salud bucal”, agregó.

A través de este programa, personas como Don Erasmo, de 60 años, han podido dejar la calle y acceder a una vivienda. Gracias a la venta de revistas, ahora puede rentar un cuarto en la colonia San Cosme por $2,000.

“Ojalá que todos pudiéramos vivir en un cuarto”, dijo Erasmo, quien no dudó en salir a apoyar a sus valedores que marcharon el martes. “Como ciudadanos tenemos derechos y nos los niegan. La gente siempre comienza a hacernos menos, como si no valiéramos nada, pero somos iguales, valemos lo mismo que el rico, que el político”.

Albergues que “son prisiones”

“¡No son albergues, son prisiones!” fue otra de las consignas que se escucharon en la primera manifestación por los derechos de las personas en situación de calle. Brandon, asistente a la marcha, denunció que en los albergues públicos se viven condiciones indignas.

“Estuve tres meses en un albergue público, pero no hacen nada por ayudar a nadie. La gente pide asistencia médica y la dan cada que se les antoja. Dentro de los dormitorios hay chinches”, detalló.

Agregó que también sufrió el robo de sus pertenencias dentro del albergue. Luego de esa experiencia prefirió volver a la calle, hasta que recibió apoyo de Mi Valedor.

Desde noviembre de 2024, Brandon, de 21 años, vive con uno de los talleristas de esa organización. Toma clases de pintura, música, disfruta de los viernes de cineclub y aspira a ser artista. “Le seguimos dando, no hay que agüitarnos, no hay que dejarnos caer, tenemos que levantarnos”, dijo con optimismo.

*Texto adaptado para Chilango Diario

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