22 de diciembre 2016
Por: Redacción

La CDMX en el tiempo: Alameda Central

Si la Alameda Central hablara nos podría contar innumerables  historias de cada banca, cada esquina y cada fuente. Es un espacio emblemático de la CDMX que ha servido de inspiración para muchos artistas, como Diego Rivera, y como punto de encuentro de turistas y chilangos.

Pareciera que todo cambia después de más de 40 años, pero lo cierto es que la Alameda, junto con los miles de transeúntes que a diario van y vienen, siguen disfrutando de este lugar  mientras conviven con su familia y ven o compran uno que otro souvenir.

Alameda Central

Una mamá con sus pequeños son captados durante la época decembrina en la Alameda Central en 1964. Los niños llevan globos en forma de turbantes o coronas en alusión a los Reyes Magos.

Avenida Juárez

Una toma nocturna de las inmediaciones de la Alameda Central y la avenida Juárez, donde destacan la tradicional iluminación y los globos pintados a mano, en diciembre de 1963. En aquellos días, esta importante avenida tenía camellón y era de doble sentido.

Tradición Familiar

Una tradición familiar durante la época navideña es visitar las plazas publicas; disfrutar de la iluminación, cenar unos antojitos  y tomarse la foto con los Reyes Magos y Santa Claus. Durante varios años, el escenario fue la Alameda Central. En esta imagen del fotógrafo Bob Schalkwijk se ve a un gran número de familias en la Alameda Central en diciembre de 1963.

Turistas en la Alameda 

De todas partes de la república acudían visitantes a disfrutar de la época decembrina en la Alameda Central. En esta toma de diciembre de 1963, se aprecia la tradicional iluminación navideña a todo lo largo de la avenida Juárez, donde destacan el Cine Variadedes y el Hotel Bamer.

Frente al Hemiciclo a Juárez

Un globero ofrece su llamativa mercancía en el camellón de la avenida Juárez, entonces de doble sentido, frente al Hemiciclo a Juárez en la Alameda Central, en diciembre de 1963. Aunque sencillos al compararlos con los actuales globos metálicos, la mayoría estaban pintados a mano e incluso tenían una sonaja.

(Fotos: Colección Carlos Villasana/ Eduardo Carmona/Bob Schalkwijk)

 

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