23 de enero 2017
Por: Karla Almaraz

Tianguis de la San Felipe: no podrás recorrerlo en un día

¡Pásele damita, caballero! que en este sitio encuentra de todo. Y cómo no hacerlo si el tianguis de la San Felipe es el más grande de toda América Latina.

Todos los domingos, desde hace poco más de 40 años, miles de puestos inundan las calles de la colonia San Felipe de Jesús en la delegación Gustavo A. Madero para ofrecer una cantidad impresionante de productos que nunca pensaste ver en un tianguis, desde piezas de automóviles hasta cámaras de 1920.

En este tianguis es imposible no encontrar algo que llame tu atención y es que con el paso del tiempo ha ido aumentando el número de vendedores de manera considerable. Se dice que este espacio comenzó con sólo 17 puestos de herramientas. Curiosamente es lo primero que ves cuando ingresas por la avenida Gran Canal: una extensa variedad de herramientas, que van desde desarmadores hasta pinzas de distintos tamaños.

Conforme avanzas bajo las miles de lonas rosas, te acompañan una serie de olores y ruidos que te harán voltear hacia todas partes. Mientras que por un lado escuchas gente ofertando focos o ropa, del otro extremo de los estrechos pasillos hay un puesto de barbacoa, que con su olor te invita a pasar a echarte un taquito.

No le hacen el feo a nada

A pesar de que la variedad es interminable y existen miles de vendedores, hay algunos que destacan por sus distinguidos productos, pues es algo que raramente podrás encontrar en otro tianguis. Tal es el caso del señor Meza, quien mantuvo un estudio fotográfico en la colonia durante más de 35 años.

Después de cerrar su negocio, y aprovechando que el tianguis se coloca fuera de su casa, decidió salir a la banqueta y ofertar una auténtica cámara fotográfica de 1920 en tan solo 500 pesos, precio que le adjudico debido a que la vende principalmente para adornar negocios.

“Todavía tiene piezas que sirven pero usarla ya es muy caro, los materiales que necesita cuestan mucho porque ya casi no hay”, explicó el señor Meza. Así como él, hay comerciantes que venden productos usados pero con gran valor sentimental o histórico, como pequeños muebles para muñecas que juntos llegan a costar hasta ¡MIL PESOS! En la compra de ellos te dan una muñeca de regalo (pá que no le pierdas).

ESTO TE PUEDE INTERESAR: EL MERCADO DE LA NUEVA VIGA (VENDEN DESDE CAMARONES HASTA MEDUSAS)

Pero eso no es todo, pues a cada paso que das te encuentras con verdaderas joyas antiguas, como cajas registradoras averiadas, máquinas de escribir que aún funcionan, máquinas de coser y muñequitos coleccionables que toodos conocemos de nuestra infancia. ¿Te acuerdas de las figuras de la película Bichos? ¡Aquí los tienen!

Aunque la mayoría de las piezas usadas están en perfecto estado, algunas presentan algunos “detallitos”, como estos artículos de baño que no sabes si están usados, sucios o simplemente muy mal decorados.

 

Llévele, llévele

Los conocedores de este kilométrico tianguis dicen que es imposible que lo recorras todo en un día y pudimos constatar que tienen razón. Una vez que entras y comienzas a curiosear entre los puestos no paras de ver y preguntarte qué habrá más adelante, pues desde el primer puesto ya existe algo que llamó tu atención y te entretiene un rato, ya sea por el insistente pregonar de los vendedores o porque no puedes parar de ver en todas direcciones.

Así, mientras caminas descubres que al lado de un puesto de discos (donde puedes comprar a sólo 15 pesos una pieza poseedora de una sospechosa firma de Joan Jett), puedes adquirir un refrigerador; que justo enfrente de un puesto de trastes existe un hombre ofertando compresoras y que a unos pasos más adelante hay lonas con partes de autos en exhibición (no garantizamos que su procedencia sea lícita).

 

El ingenio ante todo

Uno de los puntos importantes de este tianguis es que cuando te decimos que puedes encontrar de todo no estamos exagerando. Después de caminar un par de cuadras (alrededor de 10)  desde nuestro comienzo en la avenida Gran Canal, descubrimos que no existe objeto imposible de vender-

Así como encuentras lámparas para adornar tu casa, lavadoras y una gran variedad de tenis para el niño, la niña, la dama y el caballero, también hay pedazos de madera (no es broma), que a primera vista, se ven bastante inútiles. En buenas manos se convierten en excelentes repuestos para arreglar muebles o para construir nichos, ¡y sólo cuestan 5 pesos! Aquí nada se desperdicia.

 

Tal como en cualquier otro, en el tianguis de la San Felipe se venden frutas, verduras, ropa y artículos para el hogar; sin embargo este tiene un toque bastante especial: el ingenio y astucia de sus vendedores. Pues así como te sacan risas con un creativo letrero, despiertan tu hambre con olores e imágenes irresistibles. Adiós dieta.

Los comerciantes se esfuerzan al máximo para satisfacer los deseos de sus clientes echándo a volar su imaginación y creando únicas bebidas, como la michelada que, además de la cerveza y el chamoy, lleva doritos, cacahuates y jicama (por si un día tienes antojo de dorilocos y cerveza al mismo tiempo).

Siempre querrás volver

Varias décadas han pasado desde que se puso el primer puesto del Tianguis de la San Felipe, el cual no ha hecho otra cosa que continuar creciendo, actualmente mide poco más de 7 kilómetros.

Entre los vendedores que te conquistan con la comida, con sus chistes y sus productos, este mercado ambulante se ha vuelto en uno de los favoritos de los chilangos y un sitio consentido donde pasar los domingos. Después de cada visita y muy a pesar del cansancio, siempre queda la espinita de volver la próxima para ver qué otra sorpresa u oferta puedes encontrar.

(Fotos: Dulce Ahumada y Karla Almaraz)

Salir de la versión móvil