30 de agosto 2016
Por: Iván Ramírez Villatoro

Por siempre gordos

Aunque la mayoría de los chilangos asegura realizar alguna actividad física, tres de cada cuatro padecen sobrepeso u obesidad.

ARTE: ALBERTO MONTT

Desde hace 10 años, la Ciudad de México tiene un problema gordo. De acuerdo con cifras de la Secretaría de Salud federal, solamente uno de cada cuatro habitantes de la capital está en su peso ideal y el resto padece sobrepeso u obesidad. En la misma línea, el porcentaje de niños y adolescentes con estos padecimientos llega a 35.2% y 38.9%, respectivamente, lo que los ubica arriba de la media nacional.

Tal situación —que afecta la productividad e implica un gasto creciente para las clínicas y los hospitales públicos— persiste a pesar de que tanto las autoridades locales como diversas instituciones privadas despliegan campañas para promover el ejercicio, lo que se refleja en la manera en la que ha crecido la oferta de actividades físicas dentro de la urbe.

Por ejemplo, en la ciudad existen actualmente al menos 300 gimnasios urbanos y gratuitos al aire libre, cada año se celebra un promedio de 100 carreras deportivas y prácticamente cada semana se realizan desde paseos ciclistas hasta clases masivas de zumba o de yoga.

Entonces, si existen estas opciones y alrededor de 80% de los adultos asegura ejercitarse, ¿qué es lo que está pasando?

De acuerdo con diferentes especialistas, el problema radica en que combatir el sobrepeso y la obesidad requiere atender numerosos factores.

“Son muchas las causas. Es por eso que no se van a poder erradicar solamente con aumentar la actividad física. Esto sí sirve y sí es un pilar muy importante, pero no es el único”, dice Lesly Véjar, asesora del consejo local para prevenir y atender la obesidad y otros trastornos de la conducta alimentaria.

En esto coincide Julieta Ponce, nutrióloga del Centro de Orientación Alimentaria, quien menciona que combatir el sedentarismo y vigilar la alimentación son otros aspectos clave, a los cuales no se les presta suficiente atención.

“Lo que va a pasar con un deportista que come mal es que su peso va a mantenerse. Generalmente, lo vamos a ver con el mismo peso mucho tiempo, pero lo que está pasando en el interior de su cuerpo es que disminuye su masa muscular y aumenta su masa grasa”, dice.

Cerca de la grasosa tentación

Una de las principales recomendaciones para mantenerse en forma —o recuperarla— es buscar apoyo de especialistas para tener una alimentación con poca comida industrializada y baja en azúcares y grasas. Sin embargo, algunas cifras muestran que esto no es sencillo en la capital, donde la tentación está casi en cada esquina.

Por ejemplo, la cantidad de restaurantes que ofrecen alimentos con alto contenido calórico —como pizzas, hamburguesas, hot dogs y pollos rostizados— es mucho mayor a la de deportivos y gimnasios administrados por el gobierno capitalino.

En la delegación Cuauhtémoc hay 334 restaurantes de este tipo por nueve espacios deportivos, en Benito Juárez existen 204 restaurantes por cuatro espacios deportivos y en Miguel Hidalgo hay 177 restaurantes por nueve espacios deportivos, de acuerdo con información obtenida a través de la herramienta de MÁS-DATA en colaboración con Data4, la cual procesa y cruza datos de diferentes fuentes oficiales locales y federales.

Si vas a ejercitarte, hazlo bien

Además de la alimentación, coinciden los especialistas consultados, las políticas e iniciativas de activación física deben considerar aspectos como a qué personas están dirigidas y cómo hay que orientarlas para ejercitarse adecuadamente.

Ponce advierte que cada persona debe tener actividades acordes con su edad, condición y capacidades. De lo contrario, puede llegar a sufrir lesiones importantes en músculos y articulaciones, principalmente en rodillas y tobillos.

“No es nada más que el paciente tenga la intención de hacer ejercicio, sino que para los adultos que ya padecen sobrepeso es indispensable, primero, calcular el grado de sobrepeso u obesidad que tienen y las posibilidades que tendrían para realizar un ejercicio”, agrega la especialista.

Para las personas de esta edad, lo mejor no es el ejercicio intenso, sino actividad física moderada, en sesiones de 35 minutos continuos cuatro veces a la semana.

De acuerdo con los especialistas consultados, es previsible que las políticas e iniciativas de activación física locales se mantengan e incluso cuenten con más difusión en los próximos años. Sin embargo, advierten que éstas no darán resultados significativos en el combate contra el sobrepeso y la obesidad, a menos de que tengan un enfoque más amplio e integral.

“Para una política pública [en esta materia], la promoción del ejercicio siempre va a ser un buen gesto público del reconocimiento del problema. Sin embargo, para una ciudad como la nuestra, es un gesto insuficiente y, en realidad, una medida que poco abonará a la prevención directa del problema”, dice Ponce.

Por lo pronto, la próxima Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Enasut), que se realizará este año, servirá para saber cómo está la cintura de los capitalinos, así como qué tanto necesita bajar.

En cifras

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