Durante esta temporada decembrina la gente tiende a engordar y las consultas nutricionales aumentan hasta 70% en los meses de enero y febrero por esta causa. Arte, Alberto Montt

Durante esta temporada decembrina la gente tiende a engordar y las consultas nutricionales aumentan hasta 70% en los meses de enero y febrero por esta causa. Arte, Alberto Montt

21 de diciembre 2016
Por: Diana Delgado

Engordar en estas fiestas

En esta temporada, la gente tiende a engordar por los excesos al comer, lo que se traduce en un aumento de 70% en consultas nutricionales

Durante esta temporada, los excesos al comer se traducen en un aumento de consultas nutricionales de hasta 70% durante enero y febrero.

ARTE: ALBERTO MONTT

Pavo, romeritos, bacalao, lomo, postres y bebidas con alcohol son algunos de los alimentos básicos de la temporada de fin de año; sin embargo, son también los responsables de que, pasadas las fiestas, las consultas nutricionales aumenten hasta 70% durante enero y febrero, según especialistas.

Los estragos alimenticios causan un aumento de peso de entre cuatro y ocho kilos que aumentan las posibilidades de sufrir sobrepeso y dañar nuestra salud. Eso se debe, principalmente a errores de alimentación durante las fiestas decembrinas.

Uno de los principales errores es que, aprovechando la disponibilidad de diferentes alimentos, se come demasiado y se busca probar de todo hasta el punto de sentirse lleno, incluso incómodo.

“Además, la actividad física disminuye drásticamente, pues en general mucha gente tiene vacaciones y prefiere descansar del gimnasio”, dice Irasema Vásquez, especialista en Nutrición Clínica.

Un problema más grande

Esta situación temporal acarrea problemas de salud en la Ciudad de México, donde tres de cada cuatro capitalinos tienen algún tipo de sobrepeso, lo que coloca a la capital como la entidad con más obesidad a nivel nacional. Además, actualmente el país atraviesa por una alerta de salud pública a causa del padecimiento de diabetes.

“En este contexto creo que debemos cuidarnos, porque cada vez estamos más propensos a desarrollar enfermedades cardiovasculares. La temporada navideña debe ser vista con responsabilidad. Así como se recomienda no abusar del alcohol para prevenir accidentes, también se debe recomendar no exagerar en alimentos, grasas y azúcares que puedan repercutir en nuestra salud”, considera Yazmín Quiroga, nutrióloga del Instituto Politécnico Nacional.

Comer sí, pero con moderación

Especialistas sostienen que el problema se agrava porque la gente se olvida de los límites en las porciones de los alimentos al mismo tiempo que disminuyen su actividad física, lo que puede descompensar el cuerpo, pues implica un aumento importante en un periodo corto.

Por ello, expertos aconsejan disfrutar las fiestas de fin de año, pero teniendo claridad de las consecuencias.

“Lo que pueden hacer es comer lo que verdaderamente les gusta y no necesariamente de todo lo que se ofrece en las reuniones. Por ejemplo, si hay tres platillos que te gustan, pues toma de los tres pero sólo el equivalente a un puño, otro consejo es comer despacio para darle la señal al cerebro de que lo que elegiste es lo suficiente y así evites la tentación de servirte otra vez”, recomendó la doctora Vásquez.

Otra de las estrategias que recomiendan los especialistas es que en los días en que no haya reuniones, el cuidado en la alimentación sea más estricto y se trate de comer más ligero, respetar los horarios y evitar el consumo de alcohol, refrescos y postres. El objetivo, explica la doctora Quiroga, es que se nivele el consumo en los días de fiesta frente a los que no lo son.

También debes medirle al alcohol

Uno de los elementos de la alimentación que más se deben limitar durante esta temporada es el consumo de bebidas alcohólicas, que los especialistas recomiendan ingerir en cantidades mínimas, pues generan un aumento de peso no sólo por las calorías a causa del azúcar de la bebida, sino porque el mismo alcohol genera depósitos de grasa. El factor riesgoso aumenta si se utilizan mezcladores, pues generalmente se trata de refrescos y jugos con un alto contenido de azúcar.

“Hay que tener mucho cuidado con la cantidad de alcohol ya que se va directo al depósito de grasa en el cuerpo y hace que fácilmente se suba de peso. Lo que recomiendo es máximo dos o tres bebidas y, aunque no hay ninguna que engorde menos, lo más recomendable es beber vino tinto o cerveza light”, recomienda Irasema Vásquez, quien también es maestra en nutrición por la universidad Anáhuac del Norte.

Las bebidas que tampoco se salvan son las tradicionales, como el ponche —mucho menos si lleva alcohol—, pues esta mezcla contiene demasiada azúcar a partir de las frutas que contiene y del piloncillo que se le agrega para endulzarlo. Los especialistas recomiendan seguir la misma regla que con las bebidas alcohólicas, sólo dos porciones de tamaño mediano y no más.

“Imagínate, en esta temporada comemos mucho y de varios guisados, pero a eso súmale el ponche, los tragos, los postres y se convierte en una cantidad muy alta de azúcar y grasa en un periodo muy corto y como la cantidad de actividad física disminuye en este mes, todo lo que comemos se termina reflejando en nuestro peso”, explica la nutrióloga Yazmín Quiroga.

Para las especialistas, si bien estas fechas no son las ideales para perder peso, lo que se debe evitar es subir más a través de la planeación, pues si hay moderación en la forma de comer durante este mes, se evitará iniciar el año con kilos de más; de esta manera, al tener un control los primeros meses, el resto del año se es menos propenso a subir de peso repentinamente.

En cifras:

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