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16 June, 2023
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Los Ángeles Azules: de Iztapalapa para el mundo

Originarios de Iztapalapa, Los Ángeles Azules fue un grupo creado por necesidad. La mamá de los seis hermanos Mejía Avante quería que sus hijos estudiaran carreras universitarias. Para poder pagarlas, les consiguió instrumentos y los puso a tocar. Empezaron sacando canciones de oído y luego a componer propias. Amenizaban fiestas y poco a poco se fueron moviendo a escenarios más grandes, hasta que, en los años noventa, llegaron a los oídos de todo México. Y aunque estudiaron carreras como Odontología, Derecho y Medicina en la UNAM (nada más Jorge entró al Conservatorio Nacional de Música para cursar la carrera en Composición), a lo que se dedicaron fue a la cumbia. Comenzaron desde abajo y tan no se les ha olvidado de dónde vienen que ni siquiera se han ido: siguen viviendo en Iztapalapa.

“El día que nos vayamos de Iztapalapa no nos vamos a sentir a gusto. Ahí nacimos. Ahí están los moles, las fiestas, las tradiciones, ¿cómo las vamos a dejar?”, dice Elías. “Nosotros que hemos viajado mucho y afuera no es lo mismo”, agrega Lupita.

Aman tanto a Iztapalapa que le han compuesto canciones como “Iztapalapa, te quiero” y “Las Cuevas del Diablo”. Además, el video de “Juventud”, de 1998, lo grabaron en el emblemático Museo del Fuego Nuevo. Por eso les da triple coraje que su delegación esté abandonada y que los gobernantes no sólo no aprecien el patrimonio, ¡sino que lo desaparezcan! El Doc recuerda que, cuando eran chiquitos, los mandaban de la escuela al cerro de La Estrella a recoger tepalcates que todavía se encontraban entre la maleza. “Encontrábamos caritas, vasijas chiquitas, de todo. Tenías que donarlas a la escuela, y se supooooone que la escuela se las daba a la delegación, ¡pero no veo nada de eso! No sé cuántos delegados han pasado, pero se han robado muchas cosas… perdón, se han ‘perdido’”. Además de las piezas arqueológicas, el Doc dice que también se esfumaron el quiosco histórico y las bancas antiguas del jardín principal. “En Iztapalapa teníamos un gran tesoro. Teníamos. No se vale. Nosotros ponemos mucho énfasis en ‘Iztapalapa para el mundo’ en todos lados donde tocamos: en Argentina, Bolivia, Paraguay, Guatemala. Me dicen ‘Quiero ir a conocer Iztapalapa’, pero dime qué voy a enseñar de Iztapalapa. Te lo dejo de tarea. ¿Qué enseño?”.

Pobre Iztapalapa. Dice el Doc “Alguien que tenga el corazón ahí, que haya nacido en los barrios, que haya crecido ahí con la familia”. Alguien como él, pues, o como cualquiera de los Mejía Avante. Pero no les interesa, no ahorita. Su lucha está en otro lado: en las plazas, en los escenarios. Los Mejía Avante no necesitan escribir una canción contra el gobierno. La revuelta de la que habla Elías está en los detalles. En azuzar al público para que baile aunque los guardias de seguridad no quieran dejarlos. En poner a cantar a familias enteras, con miembros de todas las edades, con la misma melodía. En juntar a las clases sociales en torno a la misma canción. En sacar a la gente a la calle, a recuperar el espacio público, como hicieron en Morelia en 2014 después de años sin eventos masivos, después del ataque armado del 15 de septiembre de 2008. Fueron los primeros en volver a reunir a miles de michoacanos en la plaza principal, que dieron piruetas y cantaron y se rieron, y hasta se treparon a los árboles para ver mejor. Los Ángeles Azules acabaron con el miedo.

CIUDAD DE MÉXICO, 05MARZO2016.- Ayer por la noche se presentaron Los Ángeles Azules en concierto como parte del Festival Starlite en el Hipódromo de Las Américas. FOTO: ANTONIO CRUZ /CUARTOSCURO.COM

“Si tocamos en una plaza equis, ahí va a estar el vende la verdura en el mercado, el del pollo, el que da grasa a los zapatos, el que limpia el parabrisas, el chofer de la micro, el maestro que da clases, el alumno, el médico, el gobernador o el presidente. A todos los puedes encontrar en el mismo evento y van a disfrutar lo mismo. ¿Qué quiere decir eso?”, dice el Doc. “Es unión”, agrega Lupita.

Y, valga el cliché, un poco de unión no le caería mal ahorita a México. Tampoco acordarnos de que nuestro estado natural no es estar apachurrados. “Somos alegres, somos fiesteros, ¿cómo nos lo quitan? ¡Ni con las multas nos lo van a quitar!”, remata el Doc.

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Estudió Comunicación en la UNAM, pero en realidad aprendió a escribir en los chat rooms noventeros y luego en los blogs. Es tan fan de la Ciudad de México que tiene el mapa del Metro tatuado en el brazo.