23 de enero 2017
Por: José Quezada Roque

Ocho alimentos surreales y chilangos

La capacidad de sorprenderse es una de las cualidad humanas más preciadas. Si crees que ya nada te asombra, te invitamos a que veas la comida chilanga como si fuera la primera vez que te acercas a ella. Te juramos que volverás a ser niño

Chicharrones

¿Quién fue el visionario al que se le ocurrió ponerle crema, lechuga, col, jitomate, aguacate y cueritos a un chicharrón de medio metro? Casi una comida completa.

Pescuezos de pollo

Los pescuezos fritos con salsa roja y limón son la mejor prueba de que, en la Ciudad de México, lo que sea puede terminar siendo una suculenta botana servida en bolsita.

 

Taco con papas

Todos saben que los tacos de guisado no pueden considerarse como parte del desayuno balanceado godín sin su correspondiente porción de papas a la francesa.

Dorilocos

Es difícil definir qué son. Este avanzado coctel representa el nacimiento de una nueva línea incomprensible y misteriosa en la gastronomía chilanga. Seguro has visto que los venden en el Metro.

Guajolota

Hacerte una torta de tamal equivale a ponerle chilaquiles a un taco. Dicho esto, sólo esperamos que ningún emprendedor patente el taco de chilaquiles. ¡Se nos ocurrió primero!

Cervezas con cosas

Las cervezas tienen un proceso de elaboración complejo. ¿Para qué arruinarlas añadiéndoles gomitas, banderillas de chamoy, camarones y todo lo que encuentres en el refri?

Malas mezclas

La hamburguesa hecha con pan de muerto demuestra que en México cada vez es más necesario un órgano que penalice las combinaciones de este tipo. Fast food para Halloween.

Jugo, huevo y jerez

Se le conoce como “Polla”, es un jugo de naranja especial, y sirve como medicina para crudos. La leyenda dice que Chuck Norris la inventó después de una noche de fiesta.

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