El gobierno convocó a la ciudadanía a nominar árboles que, por sus características excepcionales, puedan ser declarados como Patrimonio Natural de nuestra ciudad
Los árboles en las grandes metrópolis son más importantes de lo que imaginas: no sólo embellecen las zonas urbanas o tienen efectos positivos para los humanos, sino que representan conexión, memoria y una continuidad generacional.
En esta ciudad existe la misión de reconocer y proteger a aquellos ejemplares arbóreos que, por sus características excepcionales, poseen un valioso legado ambiental, histórico, cultural o simbólico para nuestra capital.
La Secretaría del Medio Ambiente local (Sedema) publicó en junio de este año una convocatoria para que las y los habitantes nominen árboles que merezcan ser declarados como Patrimonio Natural de la Ciudad de México.
La iniciativa, que lleva por nombre “Guardianes del Tiempo”, busca identificar ejemplares ubicados en espacios públicos (de cualquiera de las 16 alcaldías) que tengan una altura mínima de 20 metros y una edad aproximada de 100 años o más.
Además, deben cumplir con al menos uno de los siguientes criterios:
- Ser especies nativas o endémicas de México.
- Presentar forma o estructura inusual.
- Tener valor ecológico, paisajístico o educativo.
- Pertenecer a especies poco comunes en la ciudad.
- Estar vinculados a hechos históricos, personajes, celebraciones, tradiciones o relatos comunitarios.
Identificación, documentación y protección legal
La convocatoria va dirigida a toda persona interesada en contribuir a la conservación del arbolado urbano. No es necesario contar con formación especializada, basta con reconocer el valor de un árbol en su entorno y querer compartir su historia.
El registro de nominaciones estará disponible hasta el 31 de diciembre de 2025 y puede realizarse a través del micrositio Árboles Patrimoniales de la Sedema.
Una vez concluida esta fase, la dependencia capitalina llevará a cabo un proceso técnico y jurídico para evaluar las propuestas. De enero a marzo de 2026 realizará una revisión documental, así como visitas de inspección a campo.
De abril a junio del mismo año promoverá la declaratoria oficial de los árboles seleccionados ante la Secretaría de Cultura local, conforme a lo establecido en la Ley de Patrimonio Cultural, Natural y Biocultural de la Ciudad de México.
Finalmente, la Sedema publicará el listado oficial de los árboles declarados como Patrimonio Natural de la Ciudad de México en su portal institucional. También serán incluidos en un mapa interactivo y contarán con fichas descriptivas.
Además, cada árbol tendrá una placa identificativa. Esta permitirá visibilizar su importancia ambiental, histórica y cultural, fortaleciendo el vínculo con la comunidad y promoviendo su protección activa.
Resistencia a la invasión urbana
La Jefatura de Gobierno publicó recientemente en la Gaceta Oficial capitalina dos decretos en los que se declaró oficialmente a los árboles “Laureano”, en Benito Juárez, y el “Viejo del Agua”, en Azcapotzalco, como Patrimonio Natural de la Ciudad de México.
De acuerdo con el documento publicado el 4 de agosto, “Laureano”, ubicado en la calle Miguel Laurent 48, esquina con Fresas, es un arbóreo de la especie Ficus microcarpa (Laurel de la India), con una edad atribuida de 35 años y características morfológicas relevantes: su altura es de 23 metros y el ancho de su copa es de casi 20 metros.
Dicho ejemplar forma parte del entorno urbano e histórico de la colonia Tlacoquemécatl del Valle, en un área que comparte raíces con el antiguo pueblo de San Lorenzo Xochimanca, asentamiento de origen prehispánico, cuyo nombre en náhuatl significa “lugar donde se ofrecen flores”.
De acuerdo con una estimación del gobierno local, este árbol captura y almacena dióxido de carbono equivalente a 9.98 kilogramos por año, contribuyendo a la mitigación del cambio climático.
La Sedema lo clasificó en la categoría de “Árbol Singular”, la cual reconoce aquellos ejemplares que, por su morfología inusual, porte excepcional o características poco comunes, poseen una importancia paisajística o cultural local.
La declaratoria de “Laureano” se dio luego de que vecinos de la zona lograron frenar la tala del árbol, el cual estuvo en riesgo por un proyecto de construcción.
En tanto, “El Viejo del Agua”, ubicado en la calle Central 20 de Azcapotzalco, es un arbóreo de la especie Taxodium mucronatum (Ahuehuete), con una edad aproximada de 700 años, una altura de 27 metros y un ancho de copa de 30 metros.
Forma parte del entorno urbano, histórico y simbólico del barrio de Santa Catarina Atzacualco, el cual es considerado uno de los asentamientos originarios de Azcapotzalco, antiguamente llamado “Atzacualco”, cuyo nombre en náhuatl significa “lugar donde el agua se detiene”, de ahí el apodo que recibió el árbol.
De acuerdo con una estimación del gobierno local, este árbol captura y almacena dióxido de carbono equivalente a 4.15 kilogramos por año, contribuyendo también a la mitigación del cambio climático.
Debido a sus características, alcanzó las categorías:
- “Centanario”, por su longevidad excepcional.
- “Histórico”, por su estrecha vinculación con la memoria colectiva y la identidad cultural del barrio de Santa Catarina Atzacualco.
- “Notable”, por sus dimensiones extraordinarias, porte sobresaliente y alto valor paisajístico y ambiental.
Los árboles son testigos vivos de la historia urbana de la CDMX. Reconocerlos y protegerlos es una forma de preservar la memoria viva y el patrimonio natural de nuestra ciudad
- En 2024, el gobierno de la CDMX declaró a “Eugenio”, un fresno de 150 años y 30 metros de altura, en la colonia del Valle Centro, como patrimonial
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