Azúcar vs. edulcorantes ¿cuál es menos dañino para la salud?

Por: Redacción
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¿Te crees muy fit por sustituir el azúcar con edulcorantes? Si cambiaste los terrones dulces por sobrecitos de un polvo “sin calorías”, tal vez no estés haciendo lo mejor para tu salud

Por Natyely Meneses*

La condena que pesa sobre el azúcar no es gratuita: su consumo en exceso puede ocasionar sobrepeso, obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Ante este amargo panorama y para no renunciar a los sabores dulces, las y los chilangos abrazamos el consumo de edulcorantes como si no hubiera un mañana: bebidas light, yogurt, chicles, gelatinas, cereales, helados, galletas y hasta chocolates sin azúcar… pero sí con sucralosa, acesulfame K, aspartamo, advantamo, ciclamato, neotame, sacarina o stevia. Entonces, ¿qué es mejor? ¿consumir azúcar o sustituirla con edulcorantes? Para responder, la doctora Ana Lilia Rodríguez Ventura, académica del Departamento de Embriología y Genética de la Facultad de Medicina de la UNAM, diluye algunos mitos sobre ambas sustancias.

El asunto con el azúcar

La sacarosa, que conocemos como azúcar de mesa, es una sustancia cristalina que pertenece al grupo químico de los hidratos de carbono. Tiene un color blanco en estado puro, es soluble al agua y se obtiene de la caña. Hay cuatro tipos de azúcar: mascabado, estándar, refinado y blanco, dependiendo de su nivel de procesamiento. Aporta energía al organismo, da sensación de saciedad y ofrece un efecto antidepresivo.

La OMS recomienda una ingesta reducida de azúcares a lo largo de toda la vida; esto se traduce en que, si se ingieren azúcares libres, aporten menos del 10% del total de calorías diarias. Esto incluye los azúcares de refrescos, los que pones al café y los que tienen los alimentos procesados.

Consumir azúcar en exceso promueve la resistencia a la insulina, lo que puede provocar la aparición de diabetes tipo 2, diversos tipos de cánceres e hígado graso. Además, puede ocasionar caries dental, sobrepeso y obesidad y está relacionada con enfermedades cardiovasculares.

“Cuando se consume azúcar en exceso, al absorberse tan rápido en la sangre, hace que el páncreas libere insulina de forma muy frecuente, lo que puede evolucionar a una resistencia y conducirnos a aumento de colesterol, a prediabetes e incluso a una diabetes”, advierte la especialista.

Las infancias deben consumir un máximo de 4 cucharaditas cafeteras a lo largo del día. En adultos, el máximo es de 6 cucharaditas en el mismo periodo. “Es conveniente usar azúcar mascabado, piloncillo o miel”, recomienda la doctora Ana Lilia Rodríguez.

El asunto con los edulcorantes

Los edulcorantes se pueden clasificar en calóricos y no calóricos. Entre los primeros están la fructosa y los polioles; y entre los segundos, el acesulfamo K, el aspartamo, la sucralosa y la estevia. Una porción pequeña de estos es suficiente para dar un sabor dulce intenso a cualquier producto. Proporcionan un sabor dulce que da una sensación de placer y bienestar sin incrementar calorías.

La OMS desaconseja el uso de edulcorantes para controlar el peso corporal o reducir el riesgo de enfermedades no transmisibles. Advierte que estas sustancias carecen de valor nutricional y pueden ocasionar posibles efectos indeseables de su uso a largo plazo, como un mayor riesgo de diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares y mortalidad en adultos.

Hay evidencia de que alteran la flora bacteriana; además, un alto consumo puede ocasionar picos de glucosa y de insulina en la sangre y una tendencia al desarrollo de diabetes tipo 2. “Los edulcorantes no te dan kilocalorías, pero hacen que tu flora intestinal no sea la mejor para protegerte de enfermedades. Al cambiar la flora bacteriana, estás más predispuestx a desarrollar enfermedades autoinmunes, a tener alergias y también a acumular grasa”, explica la doctora Rodríguez Ventura.

Las infancias no deben consumirlos. No se recomienda el consumo en adultos sanos o reducirlo al mínimo. Si una persona padece sobrepeso u obesidad, debe consultar a un nutriólogo.

No te endulces tanto la vida

  • Elige fuentes naturales de azúcar, como las frutas.
  • Reduce el consumo de azúcar añadida en tu dieta.
  • Si tomas edulcorantes, hazlo con moderación y bajo la supervisión de un profesional de la salud.
  • Apuesta por un estilo de vida saludable que combine una alimentación equilibrada con actividad física regular.

*Texto adaptado para + Chilango