Paternidad: ¿mandato o deseo?

Por: Cristina Salmeron

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Es importante repensar las paternidades y hablar de este tema que va de la broma al tabú

“¿Serías padre sin tener una pareja?”, esta fue una pregunta muy simple que hice a distintos hombres que han dicho abiertamente que desean muchísimo tener hijxs. Una segunda pregunta, “¿tu deseo de ser padre es tan grande que seguirías un proceso de adopción para ser padre soltero?”. La respuesta unánime a ambas fue: “No”.

En las decisiones personales no existen las respuestas correctas o incorrectas. Escuchamos, no juzgamos (como dicen lxs chavxs), pero ciertamente el hecho de que un hombre diga que desea ser padre casi siempre va acompañado de hacerlo en pareja y se asume su deseo de ser padre por el hecho de poder hacerlo al lado de una pareja, mujer, mayoritariamente.

En los movimientos feministas se repite mucho la frase “la maternidad será deseada o no será”, aludiendo a la libertad de decidir sobre nuestro cuerpo y nuestra vida, pero ¿aplicaría lo mismo para los hombres “la paternidad será deseada o no será”? Viéndolo con simpleza, suena hasta ridículo, pues los hombres han tenido mayor libertad para elegir si paternan o no. En un discurso biologicista, ellos no gestan y por esa condición podrían verse impedidos para ser padres, pero reducir el problema de la paternidad deseada a lo biológico es una salida fácil a una reflexión tan laberíntica como necesaria.

¿Por qué no hablamos de paternidades deseadas?

Oscar Godínez Guzmán, sociólogo especialista en perspectiva de género, académico de la UNAM y consultor independiente en el Colectivo Hombres Corresponsables Mx, explica que no se habla de las paternidades deseadas porque no es algo que esté registrado en la configuración de la masculinidad.

“Los hombres pueden procrear y dejar hijos regados, tener un sin fin de parejas y eso no está en cuestión porque parece que se da como algo propio de la masculinidad”, dice.

Agrega que “cuidar no está en la configuración masculina”. De hecho, si se muestra demasiado ese deseo de ser padre y, más aún, no se tiene pareja, se asume que es homosexual.

Tabúes, prejuicios y estigmas

¿Por qué un hombre querría ser padre si no está en una pareja tradicional? ¿Qué tanto existe la paternidad deseada fuera del matrimonio? En México lo socialmente aceptado es la familia conformada por hombre y mujer heterosexuales, y no se concibe que fuera de esta base existan otras posibilidades, mucho menos los padres solteros.

Si se es padre soltero, lo “normal” es que lo sea porque enviudó, porque la madre está ausente por enfermedad o por un divorcio donde él ganó la custodia. La posibilidad de desear ser padre sin pareja es casi inexistente en el ideal masculino.

“A los hombres nos dan miedo diversas tareas, como quedarnos solos con bebés, saber si tenemos la capacidad de criar, contener, y esto obedece a construcciones sociales con las que hemos crecido”, dice Darío Camacho, Jefe de Unidad del Programa Integral de Trabajo con Hombres en la UNAM.

De acuerdo con Óscar Godínez, las normas sociales y religiosas han tenido una gran influencia en el machismo y por eso mismo los hombres no lo hablan, no expresan su deseo de ser padres, mucho menos si no están casados. “¿Quién va a cuidar a la infancia si no hay una mujer detrás? La configuración que tenemos está basada en la división sexual del trabajo, en los mandatos de género”, explica.

No existe un chip biológico que diga que los hombres no desean ser padres igual que las mujeres. Lo que existen son tabúes, prejuicios y estigmas.

¿Instinto paternal?

“Soy ese que te aguarda sin gestarte, un hombre que se extraña de haber nacido hombre, que viste tu contorno y dobla con cuidado, una por una, sus limitaciones”, escribe Andrés Newman en su libro Umbilical, un ejemplo de paternidad deseada. En este diario a su hijo por nacer, el escritor introduce los términos de gozo y realización y no sólo de responsabilidad en el ser padre.

En nuestro cotidiano, la maternidad está más asociada con el tema del cuidado, pero eso se está replanteando, de hecho, se ha rechazado que exista el “instinto maternal” como algo biológico. Así como se dice que la maternidad será deseada o no será, que explica que las mujeres pueden desear no ser madres y desarrollarse plenamente, también es posible plantear la visión de la paternidad lejos de la proveeduría y cerca del deseo.

Tanto Darío como Óscar son padres, y el hecho de que estudien las masculinidades les coloca en una realidad personal distinta. Ambos saben que la frase “instinto paternal” es por demás rara, es mínima en el universo. A los hombres se les enseña que deben prepararse para ser buenos padres pero haciéndolo desde el estudiar, desde el tener un buen trabajo y ganar dinero, nunca desde el aprender a cuidar, educar, cambiar pañales, poder controlar crisis familiares.

Ser un padre que ha deseado serlo “no es un tema sólo de economía, es un tema de saber estar, saber acompañar, saber criar”, recalca Camacho. “Tiene que ver con la división del trabajo que nos hace creer que hay cosas que los hombres no hacemos. Hay un imaginario de lo que implica la maternidad y la paternidad. La idea es ir diluyendo los roles de género”.

Para los especialistas, los hombres no han aprendido a cuidar porque tal vez tampoco fueron cuidados. No fue el ejemplo que recibieron. En este punto, las mujeres han logrado trabajar y cuidar, han asumido el rol de los hombres, pero no viceversa.

No hay políticas públicas para que los hombres puedan ser padres, mucho menos solteros. La más inmediata es la licencia por paternidad, que dura cinco días hábiles, insuficientes para involucrarse en el cuidado y la crianza de un o una bebé

“Los hombres no han aprendido a cuidar porque tal vez tampoco fueron cuidados”

– Darío Camacho, Programa Integral de Trabajo con Hombres en la UNAM
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*Texto adaptado para Chilango Diario