Con un auto armado desde cero y su equipo conformado por mujeres, Ingeniería Rosa se lanza a los pits para llevar velozmente la equidad de género a las pistas de carreras
Por Edgar Segura*
Tras crear el primer taller automotriz con una plantilla 90% femenina, Ingeniería Rosa rompió un nuevo techo de cristal al crear la primera escudería de carreras integrada 100% por mujeres. Además, lo hizo con un auto rosa armado en su totalidad por ellas mismas.
“No sabemos si vamos a llegar al podio. Pero lo que sí sabemos es que estamos haciendo historia”, cuenta Beatriz Jiménez, quien encabeza el equipo de Ingeniería Rosa Racing, en entrevista con Chilango.
El camino de esta escudería hasta las pistas ha sido largo. Inició cuando la propia Beatriz decidió convertir su taller mecánico, ubicado en el Ajusco, en un taller rosa con una plantilla integrada principalmente por mujeres.
Administradora de formación, Beatriz se encargaba del control de gastos, la gestión de personal, los reclutamientos, la adquisición de materiales y la optimización de los procesos en el taller del que es socia, ESFE Centro Automotriz. Pero se fue involucrando tanto en el tema que decidió estudiar Ingeniería Automotriz.
El taller de Beatriz se convirtió en mucho más: se volvió un proyecto social donde mujeres encuentran un espacio para romper estereotipos de género, capacitarse de forma gratuita e ingresar a un campo laboral incluyente y libre de discriminación.
Ahora, Ingeniería Rosa sigue creciendo y ya cuenta con su propia escudería que participa en la categoría Súper Turismos Light de la Copa Notiauto, el mayor serial de automovilismo del país.
La escudería rosa del automovilismo mexicano
Quizá la cara más visible de Ingeniería Rosa Racing es la de Stephanie Schinkel, experimentada pilota de autos y motos con más de ocho años de trayectoria. Sin embargo, Stephanie enfatiza: “No sólo somos mujeres piloto. También quienes preparan el coche y todas las involucradas son mujeres. Entonces, es muy bonito formar parte de este equipo”.
A diferencia de Schinkel, las mecánicas de Ingeniería Rosa Racing están viviendo su primera experiencia en carreras de automovilismo. Beatriz dice que se capacitaron en su taller y, tras aprender el oficio, dieron el salto a los pits.
“Vinieron sin saber nada [de carreras], pero con ese gusto de que toda la vida quisieron estar debajo de un coche. Empezaron en el taller haciendo servicios preventivos. Pero les vimos talento y empezamos a prepararlas más en cuestión de conocimiento, de habilidad”, recuerda mientras la escudería se prepara para que su auto rosa corra por primera vez en el Autódromo Hermanos Rodríguez.
El equipo lo completan Schinkel y Ariana Guzmán como pilotas, así como dos ingenieras. “Ellas tienen todo el conocimiento del agarre del auto, la estabilidad, el motor y la alineación”, comenta Beatriz sobre estas últimas.
Deporte de adrenalina
Con Ingeniería Rosa Racing, Schinkel regresa a las pistas tras sufrir un accidente en una carrera de motocicletas en el cual sintió que se le “movió todo por dentro”. “Hasta mi intestino se empezó a ir para atrás”, detalla, enfundada en su traje que hace alusión a la muñeca Barbie.
A pesar de ello, define las pistas como su “lugar seguro” en el mundo. “Básicamente nací en una cuna de gasolina”, destaca, “todos mis fines de semana eran de ir a una carrera. Cuando tuve mi accidente, me dijeron que me bajara de toda esta adrenalina y me pusiera a bailar. Intenté bailar, pero no di una. Y para mí, esto es un baile”.
Schinkel describe que, además de la preparación física que se requiere para manejar, los pilotos y las pilotas deben tener como habilidad principal el control de la adrenalina:
“Todo mundo dice que los pilotos nada más van sentados. Pero también es importante la resistencia mental. Tienes que tomar tantas decisiones en tan poco tiempo que tu mente forma tantas conexiones y gasta mucha energía. Eso también es presión”.
A ello se suma el tener que desempeñarse en un ambiente estereotípicamente masculinizado. Como ejemplo, Ariana Guzmán relata que los autos no están diseñados para cuerpos como el suyo: “Soy de estatura bajita y siempre parece que el mundo es de hombres. El asiento, por ejemplo, está hasta atrás y a mí me queda muy grande. Entonces, hay que adaptarlo con cojines para que pueda alcanzar los pedales”.
No obstante, agrega que Ingeniería Rosa está cambiando este panorama y ver a las chicas ser parte es una experiencia increíble. “Betty ha sido muy ambiciosa con este proyecto, que es único a nivel nacional”.
Armado desde cero
Para que Ingeniería Rosa Racing pudiera participar en la Copa Notiauto, las reglas le exigieron armar un auto prácticamente desde cero. “Tuvimos que desmantelarlo, solamente se quedó el asiento del piloto”, señala Beatriz.

El proceso de armado tardó cuatro meses para cumplir todas las especificaciones: “Estos tubos alrededor del asiento son el seguro de vida de nuestro piloto. Esto es muy importante porque, en caso de cualquier eventualidad, se tiene el espacio y la protección suficiente”, explica la jefa de escudería.
Beatriz asegura que con su debut en la Copa Notiauto, Ingeniería Rosa ya rompió el techo de cristal. Ahora, la intención es seguir avanzando hacia el podio: “En nuestra primera carrera, empezamos lento. Pero poco a poco se fueron subiendo cinco lugares y nuestra piloto, que fue Stephy, tuvo el mejor tiempo. No logró el mejor lugar, pero sí el mejor tiempo, y también eso se califica”.
A la par de las batallas que da Ingeniería Rosa Racing en las pistas, Beatriz Jiménez continúa con su taller en el Ajusco y con su academia para mujeres mecánicas, donde todas son bienvenidas a aprender el oficio
- La primera academia gratuita para mujeres mecánicas en México está en el taller ubicado en Carr. Picacho-Ajusco 668, col. Jardines en la Montaña
*Texto adaptado para Chilango Diario