FOTO: MARÍA DANIELA ORTIZ

Tenochtitlán: entre el mito y la historia

Por: Redacción

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La Plaza de la Aguilita es conocida por ser el sitio donde los mexicas supuestamente encontraron un águila sobre un nopal devorando una serpiente

Por María Daniela Ortiz*

En el icónico barrio de La Merced, entre puestos, marchantas y edificios coloniales y modernos, se encuentra la Plaza de la Aguilita. En ella, justo al centro, hay una estatua que representa un águila parada sobre un nopal devorando una serpiente.

Seguramente sabes que el escudo nacional, símbolo patrio de México, tiene plasmada esa imagen que, de acuerdo con la historia, representa la leyenda de la fundación de Tenochtitlán en la época prehispánica.

La estatua está colocada en esa antigua plaza pública en el corazón de la CDMX porque (se dice, se cuenta) fue ahí donde los mexicas encontraron dicha águila en señal para fundar su imperio.

Hoy te contamos más de este mito y sobre qué tan cierto es que esto ocurrió en ese lugar.

La señal para fundar México-Tenochtitlán

De acuerdo con información del sitio oficial del Museo del Templo Mayor, aproximadamente en el siglo XII, el pueblo de Aztlán emprendió un peregrinaje en búsqueda de un lugar para asentarse.

Esto, según refiere, fue por mandato del dios Huitzilopochtli, quien les indicó que la nueva tierra en donde debían establecerse se les revelaría a través de un símbolo: un águila posada sobre un nopal devorando una serpiente.

El mito de la fundación narra que el sitio que encontraron se ubicaba en un islote en el Lago de Texcoco. Siglos después, sería la CDMX que habitamos y conocemos.

Fuentes históricas señalan que la fundación de México-Tenochtitlán ocurrió en el año 1325. Fue la capital del imperio mexica hasta que Hernán Cortés y sus hombres llegaron desde España a capturarla en 1521.

¿Donde el mito se hizo realidad?

Del Lago de Texcoco no queda nada más que las anuales inundaciones en la ciudad. Y aunque el islote donde hallaron al águila desapareció, no lo hizo su recuerdo.

Pasaron los años y en el centro de la Plaza de la Aguilita, que oficialmente se llama Plaza Juan José Baz, se colocó una estatua para representar la creencia popular de que ahí se encontró al águila devorando, por supuesto, su consabida serpiente.

Desde entonces, este espacio público ubicado entre las calles de Mesones, Misioneros, Jesús María y Roldán, conmemora el lugar donde los mexicas hallaron la señal divina de Huitzilopochtli y fundaron México-Tenochtitlán.

No obstante, a lo largo de la historia algunos antropólogos han afirmado que no se puede asegurar ni desmentir que la Plaza de la Aguilita es el sitio exacto del mito de la fundación, ya que esto pudo ocurrir cerca del Templo Mayor. Pese a ello, la creencia popular es más fuerte.

FOTO: MARÍA DANIELA ORTIZ

De acuerdo con el artículo “El águila y el nopal en el centro”, publicado en la revista Km Cero del Fideicomiso del Centro Histórico de la Ciudad de México, el águila posada sobre un nopal que está en esa plaza es una réplica.

La escultura original de cobre dorado laminado y cincelado, elaborada en el siglo XVII y reconstruida en el siglo XVIII, estuvo en la Plaza Juan José Baz y después en la Plaza de Santo Domingo antes de ser resguardada por el Museo Nacional de Historia.

Otra versión es que, según un estudio del arquitecto restaurador Vicente Flores, la pieza original se habría perdido e incluso la que se halla en el museo sería una réplica.

Herencia histórica

En 2010, durante un proyecto de rehabilitación de plazas públicas en la ciudad, el gobierno de la CDMX restauró el espacio con el fin de preservar la memoria histórica.

Se añadieron dos jardineras recubiertas de talavera poblana y la imagen de 42 piezas de mosaico que resumen la evolución iconográfica del escudo nacional. Van desde el más antiguo, que data del año 500 d.c., hasta el escudo actual, que es de 1984.

Fue realizada por la casa poblana Talavera de la Reyna en conmemoración del bicentenario de la Independencia.

Es importante recalcar que la plaza está rodeada de edificios coloniales que sirven de departamentos y locales. Por su cercanía a la calle de Mesones hay comercios de papelería, vecindades, la histórica cafetería Bagdad y los típicos puestos de garnachas que cada día sacan la bocina y ambientan con cumbias, salsas y banda.

La Plaza de la Aguilita es una fotografía análoga que se mueve, un pedazo de barrio capitalino y un lugar mítico. Edificios viejos, rastros de décadas que moldearon a la CDMX, como un letrero de teléfono público antiguo, se mezclan con el transitar de las personas y de las actividades culturales que se realizan.

Es un espacio público y simbólico. Al centro está la representación de una señal divina que marcaba el final de una peregrinación y el inicio de una nación. Frente a la estatua, dos jardineras enmarcan la importancia de un símbolo como identidad nacional.

Recuérdalo la próxima vez que andes por el centro comprando tus materiales o quieras descansar en la cafetería Bagdad y mires la estatua del águila devorando una serpiente que se alza al centro de la Plaza Juan José Baz o, como los chilangos la conocemos, la Plaza de la Aguilita.

El nombre oficial de la plaza, Juan José Baz, es el del funcionario liberal que en 1861 dirigió la destrucción de los conventos de Santo Domingo, La Concepción y La Merced

  • Huitzilopochtli es la deidad mexica principal asociada con el sol, la guerra y el patronazgo de México-Tenochtitlán
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*Texto adaptado para Chilango Diario