El mundo de las filmaciones y las imágenes es para todos; así lo creen en Pohualizcalli, que posee una oferta académica gratuita e incluyente para hacer el sueño realidad
Estudiar cine en la Ciudad de México no es cosa sencilla. La mayoría de las escuelas especializadas más prestigiosas de la capital son del rubro privado, además de ubicarse en zonas alejadas de la periferia. Y si son públicas, aun así hay cuotas por cubrir o requisitos que limitan el acceso a sus espacios.
Es en este panorama que Pohualizcalli Escuela de Cine Comunitario y Fotografía ha buscado posicionarse. Su objetivo principal es ofrecer una oportunidad a la población en general de estudiar eso que siempre ha soñado para poder estar detrás o al frente de una cámara profesional.
“Todos sabemos que el cine y la fotografía siempre han sido (perdón por la palabra, pero es real) elitista. Es decir, no cualquiera tiene acceso a poder aprender cine o fotografía. Y creo que era un pendiente por parte de las autoridades, que por primera vez creen, confían en los proyectos culturales y deportivos. Eso fue lo que detonó la creación de este gran proyecto”, comenta el director de Pohualizcalli, Jesús Villaseca, en entrevista.
Un proyecto que ha crecido
Éste ha sido un sueño que Villaseca ha llevado de la mano desde hace 22 años. El también fotoperiodista refiere que todo comenzó en el Faro de Oriente, donde las clases se impartían en un tubo de drenaje profundo convertido en túnel.
“Las aulas eran para 16 alumnos y yo tenía una demanda de más de 100, les pedía espacio y me decían ‘no hay presupuesto, no te podemos construir un aula grande’. Hasta que decidimos, o decidí tomar, uno de los tubos de drenaje profundo que se utilizan para pasar de un patio a otro. Me quedé ahí 16 años”, cuenta.
Fue hace apenas un lustro que, como un cangrejo ermitaño, la “casa de las historias” comenzó a mudarse para seguir creciendo. En la época de la pandemia llegó a la Utopía Papalotl y desde 2024 se instaló en la Utopía Ixtapalcalli (Ermita Iztapalapa 1385, Barrio San Pablo), donde actualmente se imparten 22 talleres de fotografía y 27 enfocados en cine, todo totalmente gratuito.
Villaseca recalca que el poder ofrecerle a una comunidad lo que se necesita para seguir soñando con ser director de cine, actor, actriz, productor o fotógrafo fue lo que los movió. “Yo tengo 80 exalumnos colocados en los mejores medios, no sólo nacionales sino internacionales… Lo único que faltaba era tener una oportunidad de estudiar esto, que no nos costara”, enfatiza.
Soñar en comunidad
Pohualizcalli indica que es una escuela de cine comunitario. Y esto, de acuerdo con su director, tiene diferentes razones. El sueño siempre fue crear una escuela con instalaciones dignas y grandes profesores que permitiera contar “el otro cine”, es decir, ese donde las periferias produjeran sus propias historias y pudieran verse reflejadas. Pero también tiene el propósito de fortalecer el tejido social como un proyecto cultural serio.

En ese segundo punto, Villaseca señala que un proyecto como éste reactiva la economía local al incentivar a los alumnos a que pongan en práctica sus nuevas habilidades y conocimientos. Así se puede generar empleo, ya sea que diseñen algo para o con los vecinos o negocios locales, y de esta manera retribuyan a la comunidad, o también logren insertarse en el mercado laboral creando algo propio o ingresando a instituciones o empresas, liberándose de estigmatizaciones.
“El proyecto comunitario es uno donde cabemos todos, todas, todes, sin discriminación, sin racismo, sin clasismo. Y eso se le dice a la comunidad desde el primer día. Somos un espacio libre de violencia. Además, aquí tampoco nos guardamos nada, les digo ‘por favor, no se guarden el conocimiento, todavía no hay testamentos para heredar los cerebros; si alguien sabe más que otro, por favor, compártelo con el de al lado’”, dice el director, quien resalta que aquí también nacen crews de trabajo.
El conocimiento es para todos
En Pohualizcalli se toman muy en serio que el conocimiento es para todos. Los cursos están dirigidos a jóvenes, niños (a partir de los 6 años), adultos y personas de la tercera edad. Se imparten talleres de actuación, animación, apreciación cinematográfica, guión, edición de video, sonido, producción, iluminación, foto callejera, de estudio, nota roja, revelado y técnicas de imagen; que han sido impartidos por personalidades de la industria como Juan Carlos Rulfo y Michael Rowe. Hay para todos los niveles y en algunos cuatrimestres se han incluido cursos de foto para personas con ceguera o debilidad visual o con síndrome de Down.
Con clases en formato presencial y en línea, hasta extranjeros han solicitado un lugar para estudiar. Pero entre todo ello hay una particularidad: en esta escuela no existen calificaciones para los alumnos, sólo para los profesores. Villaseca explica que así se busca evitar que los estudiantes se desmotiven; es eliminar esa idea de que un 10 te hace buena persona y reprobar, una mala. Actualmente sólo entregan diploma de reconocimiento y una constancia.
Para el director, es mejor que tengan la experiencia de “foguearse” haciendo prácticas que, presume, han llevado a algunos a presentarse en festivales como Shorts México o Docs MX. Y también el trabajo de la escuela ha hecho que productoras de cine y plataformas de streaming los volteen a ver.
A finales de diciembre o principios de enero saldrá la convocatoria para el primer cuatrimestre (de dos que se imparten en el año) de 2026. Puedes consultar la oferta académica en pohualizcalli.cultura.cdmx.gob.mx
- 23,000 alumnos aproximadamente han pasado por Pohualizcalli en menos de 5 años. 2,577 fueron aceptados este cuatrimestre y 2,400 quedaron fuera en esta ocasión
- 49 talleres conforman la oferta académica: 22 de fotografía y 27 de cine. Por ahora, cuentan con 27 maestros y 72 grupos
- Del 15 al 17 de noviembre festejarán su aniversario y aprovecharán para practicar con la alfombra roja y galardonar a personalidades del medio. Este año reconocerán a Emilio Morenatti y Antonio Turok