FOTO: BRYAN RIVERA

Una flor muy mexicana… hecha en EE.UU. y China

Por: Redacción

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Las flores de cempasúchil que cada año ponemos en nuestras ofrendas provienen de semillas que han sido mejoradas en el extranjero

Por Bryan Rivera

Junto a un riachuelo se encuentra una hilera de casas. Viviendas de altos muros, algunas recientes, que lucen como los hogares de cualquier colonia y no como parte de este entramado acuoso que es el barrio de San Francisco Caltongo, en Xochimilco.

En la avenida Nuevo León, los jardines ofrecen hileras de macetas de cempasúchil. Camionetas y camiones se detienen en esa angosta avenida. Sus cajas y bateas se llenan de un anaranjado que está en su más alto florecimiento. A unos cuantos metros de esa larga avenida están las chinampas donde se produce, entre tantas plantas, la “flor de veinte pétalos”.

La Jefa de Gobierno, Clara Brugada, presumió que este 2025 se alcanzó una producción récord de más de 6.3 millones de flores de cempasúchil en Xochimilco.

En una canoa, Gerardo Olivares acaba de trasladar docenas de macetas desde su chinampa, a casi un kilómetro de distancia de la orilla donde nos encontramos, en un camino de terracería que rápidamente se convierte en un fondo de agua.

Su familia es nativa de Xochimilco. Él y sus hermanos son la tercera generación dedicada al cultivo. Su papá los llevaba de niños a la chinampa y ahí, entre la tierra y el agua, le agarraban el gusto.

Apurado por subir las macetas en la cajuela de su auto, cuenta brevemente que cada año aumenta la demanda de cempasúchil para uso ceremonial o doméstico. Tan sólo la familia Olivares incrementó la producción en un 30% con respecto al año anterior, pues para este año produjeron alrededor de 30,000 piezas para maceta.

Es importante precisar que hay dos tipos de cempasúchil: el ceremonial, empleado en temporadas como esta, de Día de Muertos, y el de uso industrial, usado como pigmento en productos avícolas. En Xochimilco sólo se produce el ceremonial.

Semillas extranjeras en Xochimilco

Felipe, hermano de Gerardo, llega a donde nos encontramos para la entrevista. Es un hombre de expresiones breves, contundente. Con los brazos cruzados, asegura que las semillas usadas para cultivar el cempasúchil ceremonial de Xochimilco son de origen chino, pero no es completamente cierto.

Hay una confusión. Los agricultores de Xochimilco compran la semilla a Ball Akiko, empresa fundada en México en 1990. Durante el 2020, la compañía se fusionó con Ball Horticultural Company, emporio estadounidense con fuerte presencia agroindustrial. Esta compañía hortícola manipula la semilla híbrida de cempasúchil ceremonial, misma que exporta a México para que Ball Akiko la distribuya en el país.

Pese al origen de la semilla, Felipe considera que no es correcto clasificar como “extranjero” al cempasúchil ceremonial, pues su cultivo es mexicano. “Es como los tulipanes: todo el bulbo es holandés”, dice.

Por otro lado, en la agroindustria es común que otras economías acaparen un determinado cultivo, superando a los países de origen. Existen 55 especies de cempasúchil, de las cuales, 30 son nativas de México.

FOTO: BRYAN RIVERA

Desde México, la Tagetes erecta (nombre científico de la planta) fue exportada hacia América central y Sudamérica, indica un artículo publicado en la Revista Bioc Scientia, con información de seis investigadores de la UNAM.

Sus semillas se cultivaron en el norte de África. También llegaron a Portugal, donde la exportaron a la India hacia finales del siglo XVI. Actualmente, la planta es cultivada en Zambia, Sudáfrica, Australia y China.

Y es aquí donde Felipe está en lo cierto. Personas oriundas del país asiático comenzaron a rentar chinampas y asociarse con propietarios de Xochimilco para producir directamente. “Ya aquí hay varios productores que son de China, ya están llegando de este lado”, menciona Felipe.

El imperio chino del cempasúchil industrial

José Luis Sánchez Millán, investigador de la FES Cuautitlán de la UNAM, lleva más de 39 años cultivando y estudiando al cempasúchil de uso industrial, ya que sus “carotenoides” (pigmentos naturales de plantas, frutas y verduras) son usados principalmente para la coloración de productos avícolas.

El doctor indica que México compra a la industria china casi el 100% de pigmento de carotenoides de cempasúchil que la industria avícola nacional utiliza para pigmentar sus productos. Eso equivale a un gasto anual de 70 millones de pesos, según estima.

Guangzhou Leader Bio-Technology, fundada en 2001, lidera la producción de cempasúchil industrial. Dicha empresa llegó al país ofreciendo precios competitivos y una mayor calidad de carotenoides, desplazando rápidamente a las empresas mexicanas a finales de los 90.

El doctor de la UNAM resalta que sólo podrá existir una industria nacional de cempasúchil industrial si se logra una vinculación entre la academia, las autoridades y los empresarios. Sin embargo, desde hace 10 años no hay voluntad política. José Luis Sánchez confiesa que quiere “resucitar a un muerto”.

Por eso, ve con pesimismo que una industria mexicana de cempasúchil industrial pueda surgir a corto plazo. Y mientras tanto, las chinampas siguen convirtiéndose en una gigantesca alfombra anaranjada de origen estadounidense. Las camionetas no dejan de llenarse, listas para ceremonias de chocolate, calacas y papel picado.

Cada año Xochimilco se convierte en el epicentro de la Ruta del Cempasúchil, una experiencia inmersiva que combina trajineras, música, gastronomía y visita a chinampas. Este año comenzó el 3 de octubre y concluirá el 9 de noviembre en dos horarios: 04:30 y 16:00 

  • Tres generaciones suma la familia Olivares dedicadas al cultivo de cempasúchil dentro de chinampas, en el barrio de Caltongo
  • Cerca de 700 productores de flor de cempasúchil hay en la Ciudad de México