Platicamos con los locatarios de comida de la Plaza de la Información, sitio que hasta hace unos días era una zona de tolerancia cannábica
Por Bryan Rivera
En la Plaza de la Información existe una tranquilidad a la que las personas todavía no pueden acostumbrarse. Algunos se sientan en las jardineras de ese pequeño recuadro, afuera de Metro Hidalgo, donde hasta hace algunos días estaba el plantón de la Comuna 4:20.
Tres policías antimotines cuidan el espacio de forma relajada, visiblemente aburridos. Platican entre ellos como haría cualquier persona que no tiene otra forma de pasar el tiempo, mientras cumplen su turno de pie. Ya no hay un bullicio en los alrededores que opaque a los cerca de cinco negocios de comida que están sobre la plaza. Mucho menos el intenso aroma que muchos locatarios reconocen como molesto, independientemente de su inclinación ideológica sobre el libre consumo.
“Luis Ortega” (nombre elegido para proteger su identidad) es uno de los vendedores semifijos de la plaza. Lleva cinco años con su negocio, tres desde que la Comuna 4:20 se instaló. Recuerda que el campamento inició con una premisa loable: lograr el libre consumo. Sin embargo, pronto se les fue de las manos.
“Llegó gente mala, gente que sólo se dedicaba a vender drogas”, dice este locatario. Añade que la plaza era frecuentada por personas, principalmente jóvenes, que agredían verbalmente a las y los transeúntes. Y el olor, siempre el olor.
Las y los vendedores de comida solían tener problemas con la comuna: discusiones por la prepotencia de algunos consumidores; la “invasión” de sus espacios de trabajo y algún encontronazo porque a veces comían sin pagar.
Aun con eso, el campamento tenía un impacto favorable en los vendedores de comida de la Plaza de la Información. Tras su reubicación, las ventas bajaron considerablemente, pues, dentro de todo, ellos eran sus principales clientes.
“Simón porrívar”, la nueva comuna cannábica
El Monumento a Simón Bolívar tiene un uso que era impensable cuando se inauguró en 1964, como parte de una ampliación al Paseo de la Reforma. Era uno de los espacios menos visitados dado su carácter como punto de intersección, pero ahora docenas de personas están sentadas en sus limitadas áreas verdes, en un triángulo por donde cruzan peatones, consumiendo marihuana de forma recreativa.
Y es que, desde el martes 5 de agosto, la administración de Clara Brugada habilitó tres nuevos espacios para el uso lúdico de la marihuana, reubicando los campamentos que se ubicaban en lugares como la Plaza de la Información. Uno de esos nuevos sitios fue el Monumento a Simón Bolívar, en la intersección de Paseo de la Reforma y la calle Violeta, en la colonia Guerrero.

Hay quienes planean una estancia de varias horas, así como los amigables grupos que se echan un toque mientras esperan alguna reunión. Incluso hay una área reservada únicamente para mujeres y personas LGBTIQ+. Este nuevo espacio es un collage de múltiples estilos y modas, conformado por rostros y cuerpos plurales. Ya no es la glorieta Simón Bolívar, sino “Simón Porrívar”, como lo bautizó la Comuna 4:20.
Una enorme manta sobre los derechos humanos cruza de extremo a extremo, fungiendo como entrada al campamento. “Popeye”, uno de los organizadores, informa amablemente a la banda sobre las reglas, principalmente que está prohibida la venta y ofrecimiento lúdico de mariguana, por lo que cada quien debe llevar su dosis.
Hace un esfuerzo por quitar a la Comuna 4:20 el estigma y prácticas que afectaron a la sede del Metro Hidalgo, ubicada a 650 metros. Con un tono que manifiesta un consenso, resalta que la comuna de “Simón Porrívar” es un espacio con presencia gubernamental.
Eligieron esa glorieta tras un análisis minucioso. Estar en el cruce de Paseo de la Reforma impide que el aroma de la mariguana afecte a terceros.
Mientras conoce el nuevo espacio, una mujer delgada, de cabello largo y negro, reconoce que en el Metro Hidalgo había un caos. La venta era descarada, en parte propiciada por intereses que dañaron internamente a la comuna. “Popeye” reconoce que suelen existir intereses en temas relacionados al consumo, pero evita entrar en detalles. “Nosotros somos activistas”, dice.
- Hasta 100 personas por día se agrupan en torno al nuevo campamento en el Monumento a Simón Bolívar
- 2 sitios de tolerancia cannábica se habilitaron además de “Simón Porrívar”: la Plaza de la Concepción y la Plaza de Lectura José Saramago