El diablo en el camino te contará una fábula de culpa y redención sobre un hombre que debe enterrar a su hijo en un México místico y destruido
Carlos Armella escribió su nueva película hace 20 años. En sus palabras, “la purgó de su cabeza” porque la imaginó, la escribió y la dejó reposar hasta que encontrara su momento. Luego de reescribirla con base en lo que aprendió becado en Madrid y filmar otras cintas, por fin vio en 2022 la oportunidad de sacarla del cajón para llevarla a la pantalla grande. Así encontró su camino.
El diablo en el camino cuenta la historia de Juan, cuyo hijo ha fallecido y se propone llevarlo a enterrar a El Porvenir, donde se encuentra la madre del niño, tal como se lo prometió en vida. Sin embargo, en un país destrozado por la Guerra Cristera, el trayecto con el ataúd en la espalda se convertirá en una penitencia llena de elementos que remiten a las leyendas mexicanas y la religión.
Es un largometraje que no se inscribe completamente en el terror o en el drama, pero los contiene. Es más realismo mágico. Armella explica que sus principales referencias fueron las películas Macario (1960) y Ánimas Trujano (1961), así como la literatura de Juan Rulfo, José Revueltas y Elena Garro.
Aunque a lo largo de la película se sabe que dentro de la caja va el cuerpo de un niño, el protagonista, Luis Alberti, destaca que en realidad esta historia es muy metafórica. A él le gusta decir que ahí va el alma de Juan o su joya más preciada. Pero el espectador será quien decida al final qué interpretación le dará, incluso a todo el viaje, con su mezcla de luto, fe, culpa, dolor y redención.
“Hay muchas cosas de las que te puedes agarrar a lo largo del trayecto de Juan y eso fue lo que hicimos: encontrarlo, descubrirlo y luego en el set permitir que sucediera el ritual. Para mí fue muy ritual hacerlo, porque finalmente es eso lo que hace Juan, lo que le sucede es un viaje ritual en donde trasciende […]. Es una película muy simbólica, muy poética, existencial, con la que puede conectar todo aquel que tenga conciencia y preguntas acerca del bien y el mal”, expresa Alberti en entrevista.
“Una cuestión que también estaba clara es que, a pesar de las interpretaciones religiosas, espirituales y demás, no era una película ni a favor ni en contra de ella. O sea, puede leerse y puede verse de diferentes maneras mientras el corazón de la película sea el lado emocional, la parte humanista y entender el sufrimiento de este hombre. Mantener eso claro en la mente, el foco de eso, creo que nos hizo poder jugar con los otros elementos”, subraya Armella.
Una historia de época
Hacer cine de época en México no es sencillo, pues puede incrementar el gasto del presupuesto para conseguir todos los elementos que remitan a un momento de la historia. No obstante, trasladar El diablo en el camino a los años 30 no fue un problema en ese aspecto, asegura el director, sino en las locaciones “porque está todo muy contaminado de modernidad”.
“Recrear estos pueblos en los cuales queríamos contar esta fábula fue un rompecabezas, fue agarrar una pieza de aquí y una pieza de allá y de allá y pues armar un plan de rodaje”, especifica sobre la producción que involucró entre 50 y 60 personas en el set y que pasó por Guanajuato, Tlaxcala y Morelos.
La película llegará a cines seleccionados este jueves. Su elenco está compuesto por Luis Alberti, Ricardo Uscanga, Aketzaly Verástegui, Mayra Batalla, Roberto Oropeza y Osvaldo Sánchez.
“Estamos hablando de una película que utiliza lenguajes y simbolismos mexicanos con los que todos podemos conectar de diferentes maneras […] En el fondo somos eso que va ahí caminando pobremente para descubrir lo que somos y transformarlo en un hogar, una luz, esperanza”.
Luis Alberti, actor
- Este 11 de diciembre llega El diablo en el camino a cines comerciales y el circuito independiente del país. Antes pasó por festivales como Málaga y Macabro