Joaquín Cosío: Tres personajes icónicos del actor mexicano

Ciudad Cultura

Fotografía: Cuartoscuro

Joaquín Cosío es uno de los actores mexicanos más importantes de la industria cinematográfica en nuestro país.

La actuación en México es una disciplina artística de mucha tradición. 

Desde los tiempos de la época de oro, el cine nacional tuvo a muchos representantes desde Pedro Infante, Mario Moreno, Jorge Negrete, German Valdés entre otros actores históricos. Ahora el cambio generacional ha pasado sobre actores como Damian Alcazar, Jesús Ochoa,  Daniel Giménez Cacho entre otros destacados.

En el caso de Joaquín Cosío, sus actuaciones nos han traído varios roles icónicos para la cultura popular mexicana e incluso para Latinoamérica. Aquí vamos a repasar algunos de ellos:

Cochiloco: Esta película dirigida por Luis Estrada nos regaló a uno de los personajes más reconocidos del cine moderno en México, Eufemio Mata alias “El Cochiloco” es un narcotraficante para la familia Reyes en un poblado al norte del país. 

La actuación de Joaquín no solo nos dio a la figura más reconocida de la película, sino que nos hizo amarlo al darle diferentes matices al personaje. También nos regaló una frase icónica como <<Esta vida y no chingaderas, ¡es el pinche infierno mi Benny!>>

Mascarita: Matando Cabos del director Alejandro Lozano, no solo nos trajo a Jaque y Mudo, dos chavos chilangos bastante simpáticos y desmadrosos. También nos trajo a “El Mascarita” o Ruben para los amigos.

El mascarita es una sátira de los luchadores mexicanos dentro del mundo cinematográfico. Mascarita cumplía con todos los estereotipos: un luchador exitoso que llegó al estrellato y que por culpa de las drogas y su temperamento lo perdió todo.

Ted: La actuación no sólo es expresión corporal, también cuenta mucho la voz. Joaquín Cosío no solo es un experimentado actor en la pantalla grande, sino también un versátil artista a la hora de hacer doblaje.

Ted, película estrenada en 2012 por Seth MacFarlane presentó al público a Ted un osito de peluche sarcástico, grosero y muy divertido. 

El doblaje para la película estuvo a cargo del actor de Tepic y lo hizo genial. El juego de palabras, lo ingenioso de los diálogos y las bromas para el espectador latinoamericano tuvieron una dimensión distinta gracias a Joaquín.


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