“La música funciona como una imposición”, de eso está seguro Yayo González, cantante y director de Paté de Fuá. Por esa razón considera que su banda, como cualquier otra que sea de calidad y no tenga que ver con el “pop barato y repetitivo” al que la mayoría de la gente está acostumbrada, tiene las mismas oportunidades de destacar en la escena musical que las que tienen artistas como Lady Gaga o Shakira.
A pesar de ello, a los integrantes de esta ‘miniorquesta’ tan chilanga como cosmopolita (la integran seis músicos de Argentina, México, Brasil y Palestina) no les preocupa carecer del perfil o el glamour que muchas veces exige la promoción musical en los medios de difusión. Saben que el éxito que han conseguido, a lo largo de 10 años de trayectoria y en vísperas de sacar nuevo álbum, se lo deben básicamente al interés que su propuesta ecléctica, lejana a todo y no por ello difícil de escuchar, despierta en el público
“No es que nunca hayamos intentado ser mediáticos, pero somos más bien una banda que se ha relacionado con su público, que ha logrado hacer recomendaciones de boca en boca. Nuestro crecimiento ha sido sumamente natural, basado en el interés de la gente por nuestra música. Punto”, asegura el cantante de piel blanca, barba y lentes de pasta mientras toma una naranjada en un bar de la Condesa. Luego agrega con su acento argentino: “Nunca hemos tenido mucho apoyo mediático porque nunca nadie creyó que Paté podía ser escuchado por la gente que lo escucha”.
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Esa diversidad –quizá universalidad–, en la que confluyen distintos géneros musicales e inquietudes de todos sus integrantes, por lo que traen de bagaje desde latitudes lejanas es lo que distingue a Paté de Fuá, en cuyas composiciones puede reconocerse la influencia del tango de la vieja guardia, el jazz tradicional así como música regional de varias partes del mundo.
Tan sólo en la lista de gustos musicales de Yayo figuran los nombres de Carlos Gardel, Caetano Veloso, Louis Armstrong, Jaime Rock, los Beatles, The Rolling Stones, Pink Floyd, Led Zeppelin, Bob Dylan y Silvio Rodríguez, por nombrar algunos.
Para este músico, quien se formó en el Conservatorio Juan Manuel de Falla y en la Escuela del Sindicato Argentino de Músicos (Sadem), en Buenos Aires, el nacimiento de Paté de Fue no fue a partir de una idea, más bien de lo que como músicos iban generando a partir de sus gustos e inquietudes.
“No fue que nosotros escucháramos rock y que se nos ocurriera crear una banda que hiciera esto, sino que teníamos composiciones que tienen que ver con nuestra inquietud como artistas, que tienen que ver con el tango, con el jazz, con géneros populares que podríamos decir que están en desuso. Y así nació Paté, sin aspiraciones en realidad”, dice
Dentro de Paté se trabaja de una forma estructurada para lograr hacer la fusión de todos los estilos. Yayo González y Guillermo Peralta son los compositores. Mientras el primero hace música y letras, el segundo hace los arreglos de todos los instrumentos. Además, 90% de lo que componen está escrito.
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“Hay momentos para la improvisación, sí, claro, de solos, pero en realidad funcionamos como una orquesta. Tocamos música que necesita del rigor de la escritura. Componemos con un respeto hacia la estructura o como una reivindicación de la estructura”, explica González.
El resultado de este trabajo en el estudio es poder entregar al público un producto con mucho contenido tanto musical como letrístico, y al mismo tiempo fácil de asimilar, poco pesado para quienes no están acostumbrados a escuchar en bruto los géneros musicales de los que se nutre la banda.
“Paté termina siendo un conglomerado que hace que la gente que no hubiera escuchado esos géneros de manera pura, los escuche a través de nosotros. Si Paté fuera una droga, nosotros seríamos la mariguana –dicen que es como la entrada de las drogas duras. Sí, eso seríamos nosotros, la mariguana de la música”, bromea Yayo.
A lo largo de su existencia, la agrupación ha tratado de aprovechar cualquier espacio donde le abran las puertas. Prueba de su versatilidad es que lo mismo se ha presentado en bares y pequeños foros que en grandes escenarios para públicos variopintos, como el Vive Latino (2009, 2010 y 2012).
Aunque reconoce que nunca ha tomado como un desafío la supervivencia de la banda en estos diez años, Yayo piensa que el mayor reto para Paté de Fuá ha sido precisamente llegar a su primera década de vida como agrupación este 2016. E insiste: “Creo que el gran mérito de Paté es lograr colar música de calidad y muy sustanciosa a escenarios más populares”.
Ya viene el nuevo disco
Para Paté de Fuá, que el pasado 28 de mayo se presentó en la Carpa Astros, como parte de la Expo Vintage Fest 2016, los festejos por sus 10 años de trayectoria no terminan con ese concierto: seguirán todo el año, asegura Yayo, y una de las cosas que más esperan es el lanzamiento de su nuevo material discográfico.
Se trata de la segunda parte de Película Muda, disco doble con el sello… que incluye 30 canciones y cuya primera parte salió en 2014, teniendo como colaboraciones especiales a Catalina García (Vamos a morir) y Natalia Lafourcade (Mi corazón).
Para el 19 y 20 de agosto, Paté ya tiene reservadas las fechas de los conciertos para presentar Película Muda Segunda Parte. Éstos tendrán lugar en el Teatro de la Ciudad, uno de los recintos favoritos de la agrupación.
Tal como ocurrió en la primera parte de Película Muda, el próximo disco trae duetos. Los artistas que colaboran con estos featurings son Lucía Galán, de Pimpinela; Lila Downs y Armando Manzanero.
