¡Es hora de sacar tu niñx interior! Descubre lo que pueden hacer por tu salud el dibujar y el colorear

Por: Xally Miranda
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Con el Día de las Infancias a la vuelta de la esquina, es un buen momento para que recordemos el gusto que teníamos por dibujar o colorear, una actividad que para nosotrxs, adultos, también tiene beneficios

Entre los deberes adultos puede que no quede tiempo para reconectar con nuestro niñx interior ni para explorar un nuevo hobby. Pero sí deberíamos regalarnos unos minutos de vez en cuando para sacar una hoja en blanco y dibujar o pintar. Estas actividades, que dejamos en manos de peques, tienen beneficios para quienes ya dejamos la etapa de desarrollo, y no debemos olvidar que la necesidad de expresarse artísticamente siempre ha estado en la humanidad. Por eso nos adentramos en algunos datos curiosos para que te pongas a darle color a esta edición.

Desde siempre dibujamos…

El arte nació en el año 40,000 a.C., en la fase final del Paleolítico, creado por el hombre de Cro-Magnon. Las primeras manifestaciones artísticas fueron huellas de manos plasmadas en paredes, las cuales (se cree) ayudaron a descubrir que era posible capturar la esencia de lo real para recordar o comunicarse. 

Luego de ello vinieron las pinturas rupestres, que han despertado la curiosidad de expertos porque, aunque pudo haber razones utilitarias detrás para crearlas, existen hipótesis que apuntan a motivos más abstractos. Una señala que los humanos prehistóricos buscaban capturar la belleza de lo que veían (“el arte por el arte”), mientras otros piensan que con estas intentaban influir en el resultado de una cacería (atrayendo éxito).

Sea así o no, las antiguas civilizaciones reflejaron con pinturas y dibujos tanto sus creencias religiosas como su vida cotidiana. Incluso los egipcios y los griegos vieron en los colores una cura para tratar diferentes dolencias.

…Y lo necesitamos

Fuera de lo histórico, el dibujo es fundamental en nuestro desarrollo humano. A partir del año y medio de edad, lxs bebés entran en la etapa del garabateo desordenado, en la cual no comprenden aún la relación entre las líneas y sus propios movimientos, hasta que poco a poco ven la conexión, desde los 4 años aproximadamente, ganando control e interesándose verdaderamente por representar algo con sus trazos.

La importancia de este proceso está no sólo en el desarrollo cognitivo que permite, mejorando habilidades como la coordinación ojo-mano, la motricidad fina, la memoria visual y la concentración, también les funciona para explorar la creatividad, formas de comunicación, la expresión de emociones y ganar un preámbulo a la escritura.

Sí, también los adultxs

En el artículo “Los beneficios de dibujar y colorear de adulto, aunque no tengas ni idea” de Verne (El País), se menciona que no hay una base científica que sustente ejercicios recomendados en internet como “dibuja flores si estás cansadx” o “haz espirales si te sientes estancadx en tus ideas”. Sin embargo, esto no significa que el dibujo en general carezca de ventajas. 

Dibujar, pintar o realizar actividades artísticas similares estimula al cerebro, lo que combina procesos cognitivos y motores que a su vez nos pueden ayudar (según estudios recientes) en el combate al declive de ciertas funciones cerebrales conforme envejecemos; por ejemplo, así estaríamos ejercitando la destreza manual, la atención y la memoria.

Centrándonos en pintar, Mayo Clinic detalla que mejora la salud a través de promover la atención plena (capacidad de concentrarse y mantenerse en el momento presente); reducir el estrés, porque calma al cerebro y relaja el cuerpo; y permitir que aceptemos nuestras imperfecciones, pues si no lo vemos de forma competitiva, nos hace sentir más cómodxs e incide en el autoestima. 

Regresando al texto de Verne, ahí se explica que el principal motivo por el que dejamos de dibujar o colorear es que “ya no nos divierte”. En concreto, al desarrollarse más rápido el conocimiento que las habilidades motoras mientras crecemos, podemos frustrarnos por no poder plasmar lo que queremos y perder el interés. 

Afortunadamente, los libros llegaron al rescate, al igual que las nuevas formas de entretenimiento. Ante el miedo a ser juzgados, las publicaciones para pintar o dibujar dirigidas a adultxs se han convertido en la solución; pueden usarse en solitario. 

Pero también funcionan para socializar. Si quien usa un libro para colorear decide escalar a algo más profesional, puede acercarse a talleres con ambiente informal (en restaurantes, cafeterías o bares) y, como consecuencia, a otras personas que persiguen el mismo interés. Otro giro son, sin duda, las citas con amistades o en pareja. Sólo se necesitan los materiales para pasar un buen rato sin preocupaciones.