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El reto del acceso a una alimentación sana y nutritiva

Especiales

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-2019, el sobrepeso y la obesidad siguen siendo un problema altamente prevalente en la población de nuestro país

En 1979, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) proclamó el 16 de octubre como el Día Mundial de la Alimentación con el propósito inicial de crear conciencia sobre el problema alimentario mundial.

Mantener una alimentación saludable es muy importante para favorecer nuestro sistema inmunitario. No obstante, es importante reiterar que las dietas varían de un lugar a otro en función de la disponibilidad de alimentos, los hábitos de consumo y la cultura.

A esto se agregan nuevos desafíos como el cambio climático, el crecimiento económico desigual, la sostenibilidad ambiental y los múltiples avances tecnológicos, que a su vez transforman los sistemas alimentarios. 

Datos oficiales revelan que al menos dos mil millones de personas no tienen acceso regular a cantidades suficientes de alimentos nutritivos, mientras que tres mil millones no pueden permitirse dietas saludables y la obesidad sigue aumentando de manera alarmante en todo el mundo.

Malnutrición en México

En el texto “Causas de la malnutrición del mexicano desde una perspectiva económica”, Daniel Chicho Entzana hace énfasis en que la disminución del poder adquisitivo de los mexicanos dificulta a los hogares adquirir una alimentación variada que les permita cubrir sus necesidades nutricionales.

Esto lleva consigo una malnutrición, provocando una serie de patologías muy graves que, a su vez, condicionan el desarrollo cognitivo, especialmente en los niños y las niñas.

La Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2018-2019 comprobó, por ejemplo, que el sobrepeso y la obesidad siguen siendo un problema altamente prevalente en la población mexicana en todos los grupos de edad, todas las regiones del país y tanto en áreas urbanas como rurales. 

Por desgracia, en México, uno de cada tres niños en edad escolar, alrededor del 35% de los adolescentes y más de tres cuartas partes de los adultos presentan estas condiciones.

Es importante agregar que las restricciones por la pandemia de COVID-19 pusieron en alerta la seguridad alimentaria. La vulnerabilidad socioeconómica de algunos sectores de la población les expondría no solamente a la enfermedad, sino que se agravaría su pobreza y la precarización de sus dietas. 

En este caso, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición Continua COVID-19 reveló que únicamente 40.9% de los hogares mexicanos lograron mantener su seguridad alimentaria en 2020.

De tal manera, organizaciones de la sociedad civil, instancias académicas y otros actores involucrados en el estudio de la alimentación y la salud han pedido tanto al gobierno federal, como a las administraciones locales, implementar de manera urgente estrategias entorno a una política alimentaria de emergencia. 

Hábitos alimentarios 

La FAO reitera estos siete hábitos alimentarios con el propósito de que todos y todas seleccionemos, consumamos y utilicemos determinados alimentos o dietas: 

Comer hortalizas y frutas: los tamaños de las raciones pueden variar según el país; no obstante, todas las guías alimentarias recomiendan ingerir muchas hortalizas y frutas frescas por día.

No exceder el consumo de grasas: la recomendación es reducir el consumo de grasas sólidas y saturadas, y se sugiere sustituir las grasas animales por aceites vegetales.

Menos alimentos y bebidas azucaradas: las guías de todos los países recomiendan seguir una dieta baja en azúcares e ingerir fruta en lugar de dulces procesados. 

Reducir el consumo de sodio/sal: esto es para todos los países; en Nigeria, por ejemplo, se sugiere reducir el empleo de cubitos de caldo. 

Beber agua: las guías recomiendan beber agua como mejor vía para calmar la sed y mantenerse hidratado.

Consumir alcohol con moderación: recuerda que no es bueno exceder de cerveza, vino o licores.

Realizar ejercicio físico: para aquellas personas que tienen trabajos o estilos de vida más sedentarios, la recomendación general es hacer 30 minutos de ejercicio al día.