La Casa del Lago se llena de versos

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Hip hop mexicano, poetas jóvenes, una pieza inspirada en un poema épico maldito y un memorial por el 2 de octubre del 68 integran el programa del festival Poesía en Voz Alta

Poesía en Voz Alta es el nombre de un grupo teatral fundado en 1956 que exploró a fondo las posibilidades escénicas y que fue respaldado por Octavio Paz y Juan José Arreola. El proyecto continuó hasta 1963, tiempo que bastaría para que se convirtiera en una referencia ineludible del teatro y la cultura mexicana.

Cuarenta y dos años después de su último programa, en 2005, uno de los festivales más importantes de América Latina fue bautizado con el mismo nombre. El festival cobró vida en el que, en ese entonces, fuera su principal centro de operación, la Casa del Lago. En efecto, no se trataba del mismo proyecto, pero su espíritu alternativo y la exploración de la oralidad reencarnaron.

Desde hace tiempo, el festival ha dado cabida a manifestaciones poéticas laterales: el performance, el spoken word y un amplio abanico de experimentación. En sus 14 ediciones han participado artistas internacionales como Juan Gelman, Patti Smith, Raúl Zurita, Michel Houellebecq y Thurston Moore. Mientras que en el ámbito mexicano destacan los nombres de Juan José Gurrola, Francisco Hernández y Luis Felipe Fabre.

Este año, el festival tendrá varios ejes: lo interdisciplinario, el diálogo entre música y literatura; los 50 años de la matanza del 68; la presencia del hip hop en español y el centenario del natalicio de Juan José Arreola.

Sobre la marcada presencia que tiene el hip hop en el programa de este año, José Wolffer, director de la Casa del Lago, dice que “se trata de otra vertiente de la actividad poética contemporánea. Sin duda, habrá poetas que cuestionarán una aseveración como esta, pero si pensamos en la vigencia y en la capacidad que tiene para movilizar y entusiasmar a la gente, estaremos llegando a la esencia del acto poético mismo”.

El entusiasmo por lo multidisciplinario no solo obedece a una necesidad cultural de borrar fronteras artísticas. “Incluir en un mismo programa hip hop y poesía es una forma de cuestionar estas distinciones típicas entre alta cultura y cultura popular, que dañan más de lo que aportan. Así como está presente el hip hop, también hay poetas más apegados a la vertiente tradicional de la actividad poética. El mensaje es mirar con ojos igualmente interesados en distintas direcciones”, continúa Wolffer.

El acto inaugural es un reflejo de esta voluntad por explorar las periferias de la poesía: un artista internacional, el compositor y chelista neoyorquino Erik Friedlander —quien ha colaborado con figuras de la talla de John Zorn y Courtney Love— regresará a Maldoror, su primer trabajo como solista, 15 años después de haberlo estrenado. Dicho álbum fue una improvisación musical inspirada en diez fragmentos de Los cantos de Maldoror, poema épico, alucinado y maldito que escribió el enigmático Conde de Lautréamont.

Este evento, por supuesto, no se centra en la oralidad y lo vocal, sino en su reverso y en los bordes en los que la música y la literatura se conectan.

El otro evento inaugural es la presentación de una pieza que recapitula los sucesos del 2 de octubre de 1968. “Hay muchos límites que hace falta atravesar. Uno de ellos es nuestro entendimiento de la poesía. Tenemos que dejar de verla como el arte de las palabras bonitas y reconocerla como una respuesta politizada a un momento concreto, una coyuntura histórica que en esta ocasión nos ocupa: la conmemoración de los 50 años del movimiento estudiantil”.

La idea surgió al platicar con uno de los asesores de esta edición: el poeta Hernán Bravo Varela. Wolffer le propuso seleccionar textos internacionales sobre el 2 de octubre para leerlos en voz alta, grabarlos y montar una instalación sonora multilingüe. Hernán le sugirió centrar la pieza solo en el ámbito mexicano: los textos que Reyes, Paz, Castellanos, Fraire, Sabines, Pacheco y Huerta hicieron al respecto podrían bastar. Entonces, se les pidió a escritores como el propio David Huerta y Rodrigo Márquez Tizano que prestaran su voz, y el compositor y músico electroacústico Pablo Gav utilizó las grabaciones para hacer una instalación sonora.

Respecto al otro eje, el centenario de Arreola, Wolffer cuenta que se dio mientras Alonso, nieto del escritor, le hablaba sobre la memoria prodigiosa del autor de Confabulario. “Se nos ocurrió hacer un concurso en el que calificaríamos la habilidad de la gente para aprender algunos textos del Bestiario, así como la forma en la que los presentan”.

Sobre este tema, Danger —uno de los principales exponentes del hip hop mexicano— señala que “Arreola escribió cosas geniales y no ha tenido con nuestros lectores jóvenes la misma popularidad que sus contemporáneos, como Borges, Rulfo…”.

Danger personificará a Arreola y lo enfrentará, al ritmo de rap y durante tres rounds, contra otra leyenda, Rosario Castellanos, quien será personificada por Ximbo. Además, Danger será juez en el concurso de freestyle y participará en “Improversadores”, una batalla que tiene como base las reglas de la métrica. En este último evento estarán Aczino, Grizzy y Yosef, Hernán Andablo y el Trío Amanecer Huasteco.

En el programa, también habrá poetas jóvenes como Galo Ghigliotto, Elisa Díaz Castelo, Hubert Matiúwàa, Robin Myers y Yelitza Ruiz, y conciertos de Hispana, La Banda Bastön y Mime 871. Se celebrará del 10 al 12 de agosto de agosto. Más información en casadellago.unam.mx.