06066 | La tragedia del Aquarius

Opinión

Voluntarios de Médicos Sin Fronteras y SOS Mediterranée han dedicado los últimos dos años al rescate de inmigrantes que intentan cruzar nadando el mar Mediterráneo desde Libia y otros países de África para ponerlos a salvo en la embarcación Aquarius

En su última operación, el barco con 629 inmigrantes a bordo ha pasado más de 96 horas en alta mar sin poder tocar tierra firme, después de que los gobiernos de Malta e Italia les impidieran desembarcar en sus costas.

“El Mediterráneo es el mar de todos los países con salida a él y no se puede imaginar que Italia continúe afrontando este fenómeno gigantesco sola”, declaró en un comunicado el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini. “Por ello, pedimos al gobierno de Malta que reciba al Aquarius para dar auxilio a los inmigrantes de a bordo”.

Sin embargo, el Ministerio del Interior de Malta rechazó la petición al considerar que el barco realizó el rescate en una zona que no es de su competencia, y señaló que “el rescate se realizó en la Zona Libia de Búsqueda y el rescate fue coordinado por el Centro de Coordinación de Rescate de Roma, así que Malta no es la autoridad que ejerce jurisdicción sobre el caso”.

Por si fuera poco, Malta no solo se negó a recibir al Aquarius, sino que el primer ministro maltés Joseph Muscat aclaró que no dejó entrar al navío por respetar las reglas de migración internacionales y acusó a Italia de poner en riesgo a las más de 600 personas que viajaban en él, entre las que se encuentran 123 adolescentes entre 13 y 17 años que viajan sin compañía, 11 niños y siete mujeres embarazadas, todos rescatados por las ONGs.

Tras las negativas de ambos países, SOS Mediterranée aclaró que contaba con agua y ropa para los migrantes rescatados, pero solo les quedaba comida para muy pocos días, por lo que su situación estaba a punto de volverse crítica.

Finalmente, el nuevo presidente de España, Pedro Sánchez, levantó la mano durante la tarde del lunes para dar la bienvenida al buque en costas españolas. Pero en un principio, Médicos Sin Fronteras advirtió sobre el riesgo que significaba el viaje de tres días desde las costas italianas hasta Valencia en un barco que marcha a su máxima capacidad, por lo que la operación ha tenido que esperar más de la cuenta, enfrentándose también a las inclemencias del tiempo.

El Aquarius cuenta con una larga historia. En 1977 fue construido por la guardia costera alemana bajo el nombre de Meerkatze, pero después de 31 años de servicio fue vendido a la firma Research Shipping, que lo equipó como una nave de investigación y lo inscribió bajo bandera de Gibraltar.

No fue sino hasta el 2016 cuando la SOS Mediterranée lo adquirió y adaptó para el rescate de personas con la colaboración de Médicos Sin Fronteras, salvando a miles y miles de migrantes que buscan alejarse de la guerra y mejorar su calidad de vida, huyendo de África a través una de las rutas de migración más peligrosas del mundo.