Caravana de triquis llega a CDMX para exigir un retorno seguro

Por: Redacción
Compártelo en tus redes...

Más de 500 personas víctimas de desplazamiento forzado de Tierra Blanca Copala emprendieron un nuevo viaje para exigir al gobierno federal cumplir con las medidas cautelares dictadas por la CIDH

Por Juana García

Por segunda ocasión, unas 500 personas desplazadas de Tierra Blanca Copala, Oaxaca, muchas de ellas mujeres, regresan en caravana a la Ciudad de México para exigir al gobierno federal que garantice un retorno seguro a su comunidad para cientos de familias triquis refugiadas en distintas poblaciones desde 2020, cuando fueron víctimas de un ataque armado.

“La vida no ha sido fácil, queremos regresar a nuestras casas, a nuestro pueblo, a trabajar nuestras tierras”, dicen casi al mismo tiempo varias mujeres desde una estrecha cocina de adobe en la Mixteca oaxaqueña, en donde se refugian tres familias desde hace más de un año.

Este es uno de los tantos refugios que han ocupado desde diciembre de 2020, cuando un grupo de personas armadas los despojó de sus hogares en Tierra Blanca Copala. El primero fue una escuela de Yosoyuxi, la cual tuvieron que abandonar cuando reiniciaron las clases presenciales, posterior a la pandemia.

Después de salir del albergue, muchas familias migraron a Estados Unidos, otras a la Ciudad de México, a la ciudad de Oaxaca y a otras comunidades vecinas. Este domingo se volvieron a encontrar para comenzar una nueva caravana hacia la capital del país, en donde exigirán que se respeten sus derechos como víctimas de Desplazamiento Forzado Interno (DFI), además de se cumplan las medidas cautelares emitidas en octubre pasado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).

“Si no reclamamos nuestro retorno, nadie lo hará y así se irán otros tres años como han pasado”, señala a +Chilango una mujer antes de que la inyecte una de sus compañeras, Nallely Rodríguez, quien ante la falta de médicos tuvo que aprender nociones básicas de enfermería. “Anda con mucho dolor en todo el cuerpo y por la tarde vamos a salir en un viaje de tres días, así que le pongo una inyección para el dolor, para que aguante”, explica Nallely.

La noche del domingo, más de 500 personas partieron en caravana de Yosoyuxi Copala hacia la Ciudad de México; hicieron una parada en Tehuacán, Puebla, para finalmente llegar al Palacio Nacional durante la mañana de este miércoles 22 de noviembre.

“Otra decena de familias se agregarán a la caravana por distintas exigencias, para juntos demandar nuestros derechos y una vida digna”, señala el día de su partida Horacio Santiago, vocero del Movimiento de Unificación y Lucha Triqui Independiente (MULTI), organización que acompaña a las desplazadas de Tierra Blanca.

Riesgo de daño irreparable


A finales de octubre pasado, la CIDH emitió medidas cautelares a favor de las familias triquis de Tierra Blanca Copala, que se encuentran refugiadas en distintas comunidades, ante la falta de atenciones para un retorno seguro. En su determinación, el organismo de derechos humanos de la Organización de Estados Americanos (OEA) enfatizó el riesgo de que el daño a las víctimas de desplazamiento sea irreparable.

El organismo solicitó al gobierno mexicano adoptar las medidas de seguridad necesarias y culturalmente adecuadas, para salvaguardar la vida e integridad personal de las familias triquis de la comunidad de Tierra Blanca que se encuentran resguardadas principalmente en Yosoyuxi Copala. En particular, garantizar que puedan regresar de manera segura a su pueblo de origen.

Además, el gobierno mexicano debe informar sobre las acciones adoptadas a fin de investigar “los presuntos hechos que dieron lugar a la presente medida cautelar y así evitar su repetición”, señala la comisión en su informe.


Un nuevo viaje


A punto de cumplirse tres años de los hechos que las convirtieron en desplazadas, las familias de Tierra Blanca Copala emprenden un nuevo viaje. Antes de partir, las mujeres preparan carne de res seca, totopos y chile con sal, para “pasar el hambre” durante los cuatro días de caravana. En un costal guardan cobijas y pertenencias para aminorar el frío, y suben a los autobuses listas para una nueva jornada de protesta que, esperan, las devuelva a su hogar.