Los tacos son un lienzo en blanco donde los chefs, cocineros y taqueros callejeros pueden expresar su genialidad culinaria y desvanecer sus barreras
Los tacos, esos humildes bocados de felicidad envueltos en tortillas, trascienden las fronteras geográficas y fácilmente podríamos decir que son “el lenguaje universal” en todo México. Más allá de ser simplemente un platillo, los tacos representan una rica amalgama de historia, cultura, gastronomía y emociones que conecta todos los paladares.
Son mucho más que una comida práctica: representan la tradición que se ha transmitido de generación en generación. Desde los tacos de cochinita pibil de Yucatán hasta los tacos estilo Ensenada, pasando por los de machaca y sin dejar atrás a los de guisado, cada región de México tiene sus propias joyas culinarias envueltas en tortillas.
En la CDMX, la diversidad es nuestra fuerza y los tacos son un testimonio de ello. Los ingredientes varían desde el exquisito suadero hasta los deliciosos y bien sudados tacos de canasta. Esta variedad refleja no sólo la abundancia sino también la creatividad y adaptabilidad chilanga.
Los tacos no entienden de barreras sociales o económicas. En esta ciudad, un CEO de una empresa y un trabajador de la construcción pueden compartir la misma banqueta mientras sostienen un plato rebosante. El taco es nivelador social, un pequeño espacio donde todos somos iguales.
No importa de dónde seas, tu edad o tu historia, cuando te sientas en la taquería y tomas el taco en las manos, estás conectando con una tradición que se remonta siglos atrás.
