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Contando aves en comunidad

Por: Juana García

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El pajareo ha ayudado a mujeres de Iztapalapa a generar un espacio seguro donde pueden conversar sobre las múltiples situaciones y violencias que las atraviesan

Sostener una vida digna en las periferias de Iztapalapa, alcaldía estereotipada como una de las más inseguras en la Ciudad de México, es casi imposible para muchas mujeres. En ese contexto algunas decidieron organizarse para pajarear y observar aves como excusa para generar un espacio seguro para ellas.

Desde el Área Natural Protegida (ANP) de la Sierra de Santa Catarina, ubicada en la colonia de San Miguel Teotongo, en Iztapalapa, las integrantes del colectivo Chalchiuhtlicue conversan con Chilango Diario sobre cómo fueron organizándose para recuperar y apropiarse de espacios hasta registrar aves en la zona, todo con el propósito de generar un espacio seguro para las mujeres que atraviesan situaciones de racismo y violencia en las periferias.

Ante la falta de espacios culturales, recreativos y artísticos, en 2019 un grupo de mujeres se juntó para conversar sobre situaciones que vivían en esta zona limítrofe con el Estado de México. “En ese entonces no teníamos la Casa de la Cultura, ni los programas culturales y artísticos que ofrece Pilares, ni otros”, dice una de las integrantes del colectivo.

Al principio iniciaron con temas de agroecología, sobre cómo y cuándo sembrar, cómo rotar los cultivos. Pero en 2020, con la llegada de la pandemia de COVID-19, casi todas las actividades pararon.

Aunque Iztapalapa es la tercera alcaldía con mayor superficie, también es la más poblada de la capital. “Los espacios son muy chiquitos, hay mucho hacinamiento, en una casa conviven varias familias, en otros casos, las familias son muy extensas”, explica Angelina Martínez, integrante de Chalchiuhtlicue y observadora de aves.

En medio de la emergencia sanitaria este grupo de mujeres tuvo que modificar sus actividades originales y comenzó a aprender a observar aves y registrar su actividad en bitácoras. Les dieron acceso a los espacios de la Sierra de Santa Catarina donde se empezaron a reunir y a pajarear.

Observar aves, un acto de amor propio

Las integrantes del colectivo Chalchiuhtlicue aprendieron poco a poco a llevar sus registros de aves. Con una beca de la Universidad de Cornell de Estados Unidos se capacitaron. “Fue entre andar caminando, viendo, observando. Luego nos metimos a cursos y poco a poco empezamos a nombrar las aves y terminó gustándonos. Las áreas verdes nos daban ese espacio para relajarnos, desestresarnos y sobre todo para convivir en toda la pandemia de manera sana… Comenzó ser un espacio para platicar de cosas que nos pasaba a nosotras las mujeres”, resalta Angelina.

El espacio y el pajareo no sólo ayudó para escucharse entre ellas, sino a compartir lo que pasaba en sus hogares, los problemas que tenía cada una: “Nosotras asociamos la observación de aves como el pretexto para juntarnos y convivir entre nosotras. Entre mujeres empezamos a ver que coincidimos en problemas, sólo por ser mujeres”.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del INEGI, en el primer trimestre del 2025 la percepción de inseguridad pública en la alcaldía de Iztapalapa fue de 73.8%, siendo la más alta de las 16 demarcaciones de la capital. Y cuando se desglosa el dato por sexo, la sensación de inseguridad es mayor entre las mujeres iztapalapenses (78.9%) que entre los hombres (67.8%).

Luego de adentrarse en el estudio de las aves, otras mujeres se acercaron para aprender. Angelina dice que “les gustó el ambiente porque nos agarraron confianza, porque nos escuchábamos, nos contábamos. Fue cuando nos dimos cuenta que las mujeres no tenemos espacios seguros para hablar, ni para reunirnos dentro de la comunidad”.

En este contexto, las aves han sido su bandera de amor propio y amor a los espacios que han estado habitando con otras mujeres. “El pretexto de las aves es para unirnos porque somos como las aves, andamos revoloteando por aquí y por allá, pero nos junta un espacio”.

La colectiva inició con cinco mujeres y con el tiempo se han sumado otras de Teotongo, ampliación Emiliano Zapata y la colonia Miravalle, así como de otras alcaldías.

De acuerdo con su último registro de 2024, en la Sierra de Santa Catarina hay evidencia de 120 especies, entre ellas, el gavilán pecho canela, también conocido como gavilán americano, un ave rapaz pequeña con alas relativamente cortas y redondeadas.

Iztapalapa y los estereotipos

Aunque observar aves es fácil, las mujeres de Teotongo han visto el rostro del racismo, además del estereotipo de siempre, la inseguridad.

Las mujeres lo confirmaron cuando salieron a pajarear en otras alcaldías de la Ciudad de México. “Nos dimos cuenta que por ser de Iztapalapa, una zona marginal, por ser mujeres, por no tener una carrera relacionada a las ciencias biológicas y no pertenecer a la academia, nuestros conocimientos que creamos los hacían menos”.

La mayoría de los grupos de observación de aves se conforman por especialistas y académicxs de áreas biológicas, además de ser liderados por hombres. “De repente se invisibiliza el trabajo local que se hace, como que se menosprecia y se deja eso de lado, como si no importara”.

Aunado a ello también prevalece la inseguridad. “Nosotras ya nos habíamos dado cuenta que, si queríamos salir a registrar aves en la Sierra de Santa Catarina, teníamos que ir en grupo porque aquí hay muchos asaltos para la gente que vive acá”. Sin embargo, tales adversidades no frenan a estas mujeres resilientes, quienes no piensan dejar de pajarear.

Las pajareras han tomado conciencia de cómo el calentamiento global y la contaminación ponen en peligro a las aves: “Ya no es sólo hablar de aves como un objeto, sino que forman parte de nuestro hogar”

  • 120 especies de aves ha registrado el colectivo Chalchiuhtlicue en la Sierra de Santa Catarina
  • 2019 fue el año en que este grupo de mujeres se empezó a reunir originalmente para aprender agroecología