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Nadie debería tener miedo de ir a la escuela

Por: Eridani Palestino

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Los reportes de acoso escolar en la capital aumentaron significativamente, siendo las secundarias y primarias los niveles más afectados

Las escuelas no están exentas de ser entornos violentos: el acoso escolar y el ciberacoso son enemigos silenciosos que están arrasando con el bienestar físico, mental y emocional de millones de infancias y adolescencias en México.

Tan sólo en la Ciudad de México, las cifras son alarmantes: en 2024 aumentaron 205% los reportes de bullying en comparación con 2019, siendo estudiantes de secundaria (45%) y primaria (27%) los más afectados.

De acuerdo con datos del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia capitalino, los casos de violencia escolar también se manifestaron en el nivel medio superior (17%), preescolar (6%) y universidades (4%).

Del total de reportes, 49% tiene entre 12 y 15 años, mientras que 55% de las afectadas son niñas y adolescentes. Entre las formas de agresión identificadas está la violencia física, que representa 29%; verbal, 26%; psicológica, 14%; y sexual, 12%.

Además, el acoso en redes sociales es una preocupación creciente: la violencia cibernética afectó a 11% de las infancias y adolescencias.

Oscar Hernández, presidente del Consejo de Protocolo Antibullying, una organización internacional comprometida con la erradicación del acoso escolar, refiere que la densidad de la población es un factor que podría estar relacionado con esta escalada en la capital.

“Aquí estamos concentrados junto con el Estado de México de una manera importante. La densidad de la población incide, pero también es complicada la vida en la ciudad. Los niños llegan a las escuelas con mucha tensión después de transitar más de una hora en transporte público”, comenta en entrevista con Chilango Diario.

A esto se suma el entorno familiar: cuando mamá o papá no están al pendiente o no dedican el tiempo suficiente por trabajo u otros motivos, las infancias y juventudes se vuelven más vulnerables.

“Hacen vida solitaria con los hermanos o los abuelos. Cuando tienen poca atención dedican su tiempo a distraerse en redes sociales, en ver películas no aptas para su edad y en juegos violentos. Es una afectación común en las grandes ciudades, no nada más de México, sino del mundo”, señala.

En este sentido, expone que los alumnos llegan a las escuelas y “tratan de desahogarse de los problemas de casa, de la falta de atención y de las carencias que tienen. ¿Quiénes sufren? Las niñas, niños y jóvenes más vulnerables”.

La escuela educa, la familia forma

Oscar Hernández enfatiza que las escuelas tienen el propósito de educar y las familias de formar, por ejemplo, en virtudes y valores. Sin embargo, apunta que actualmente las instituciones educativas se encargan de esta última tarea.

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“Esta parte de formación, que anteriormente se hacía en los hogares, hoy los padres de familia lo han transferido. Entonces, las escuelas están teniendo un problema mayor: una parte educativa y una parte de formación”, añade.

Prevención, detección y actuación

Una de las mayores dificultades para enfrentar el acoso o ciberacoso es no saber cómo actuar. Datos de Mexicanos Primero y la SEP, citados por la organización, estiman que 40% de las escuelas públicas en el país no aplican protocolos por falta de capacitación. Además, 6 de cada 10 docentes no sabe qué hacer en estos casos.

“El problema de las escuelas es que no saben cómo actuar, porque nadie les ha enseñado. Hay que darles las competencias en términos de capacidad, conocimientos, experiencias, habilidades. Si no se tienen esos elementos, cualquier profesionista no va a tener las herramientas para atender un problema”, destaca.

En respuesta a este panorama, la organización cuenta con la norma BULL-LI:2015/A, la cual establece estándares para la prevención, detección, intervención y seguimiento del bullying y ciberbullying en entornos educativos de todo el mundo, con el fin de proteger a las infancias y adolescencias.

Actualmente está siendo objeto de revisión completa por  grupo multidisciplinario de expertos en el tema, quienes están concentrados en cuatro comités: salud mental, mejora regulatoria, participación social y entornos digitales seguros.

La nueva norma, que se llamará BULL-LI:2025/A, será presentada el próximo 6 de noviembre para que sea utilizada como una guía de acción para atender este tipo de situaciones y evitar la revictimización entre quienes padecen estas conductas agresivas, intencionales y persistentes.

“El objetivo de la norma es brindar a las escuelas protocolos de actuación que permitan prevenir, esa es la palabra mágica. Cualquier escuela, en cualquier lugar del mundo, podrá tener acceso a esta norma sin costo. El objetivo es sumar nuestro esfuerzo para que disminuyamos el bullying y ciberbullying de una manera importante. Hay que entender que todos somos corresponsables: los dueños de los colegios, administradores, docentes, papás, autoridades y en general la sociedad. El bullying no es cosa de niños, es cosa de todos”, concluye.

El bullying y ciberbullying generan en México un costo anual de más de 7,000 mdp por impactos relacionados con trastornos de salud mental que afectan principalmente a jóvenes de entre 14 y 25 años, según un estudio de Protocolo Antibullying

  • La ENADIS 2022 reveló que de los 11.7 millones de estudiantes de 12 a 17 años que asistían a la escuela en México, 28% experimentaron acoso escolar en los 12 meses previos a la encuesta