Personas con discapacidad: hace falta más que políticas públicas

Por: Redacción
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Para la directora del Indiscapacidad CDMX, “en México aún estamos transitando del modelo médico rehabilitador al modelo social y de derechos humanos, el cual es punta clave”

Ruth Francisca López Gutiérrez, directora del Instituto de las Personas con Discapacidad de la Ciudad de México reconoce que aún hay mucho camino por recorrer en cuanto a los derechos de las personas con discapacidad: “Hay políticas públicas, pero no quiere decir que la problemática esté resuelta. Estamos trabajando para seguir generando condiciones más adecuadas y que haya una inclusión en igualdad de oportunidades de todas las personas”.

El gobierno de la Ciudad de México tiene programas en los que están incluidas las personas con discapacidad. Por ejemplo, está la tarjeta incluyente, con la cual las personas con discapacidad pueden hacer uso gratuito del transporte público operado por el gobierno capitalino; también están las placas para los carros que manejan o utilizan las personas con discapacidad, para que quienes las porten puedan estacionarse en los lugares asignados, circular todos los días y en algunos casos, por cuestión de movilidad, estacionarse en segunda fila si es necesario.

López Gutiérrez explica que existen tres modelos tradicionales para el tratamiento de la discapacidad: el de prescindencia, el médico rehabilitador (o asistencial) y el modelo social. “En México aún estamos transitando del modelo médico rehabilitador al modelo social y de derechos humanos, el cual es punta clave para que la carga de la discapacidad no se le dé a la persona que la vive, sino que tiene que ver con todo el entorno en donde se desarrolla”.

La titular de Indiscapacidad CDMX subraya que hace falta empatía y solidaridad de las personas, “porque creen que somos población aparte y deberíamos estar separados, pero esta sociedad está llena de diversidad y las personas con discapacidad somos parte de esa diversidad”.

Precarización


El activista anticapacitista, conferencista y comunicador, Guz Guevara, sostiene: “Todavía estamos en una situación precarizada, pues no está garantizado el acceso a la educación, al empleo digno, a la movilidad; estamos en un evidente rezago como para hablar de que existe una inclusión de quienes vivimos con discapacidad”. No obstante, acepta que “ha habido muchos esfuerzos en los últimos años.

Yo me dedico a dar consultorías y asesorías en materia de diversidad e inclusión a las empresas y he notado que en los últimos tres años ha habido un interés creciente, un acercamiento más consciente y verídico, lejos de la simulación, con una actitud más genuina”.

Guz Guevara resalta que no todo depende de políticas públicas, sino también de la conciencia social. “Hay cuestiones como el acceso a la educación, la empleabilidad, las situaciones actitudinales del día a día que no dependen de la voluntad política, nos falta mucha conciencia, mucha educación en materia de diversidad”.

Las personas que no viven con una discapacidad, agrega el activista, “suelen percibirnos como seres no productivos, inútiles, que no aportamos algo al entorno y desde ahí consideran que nuestros derechos no son válidos y no tendrían por qué ser garantizados. Como el mundo está construido para las personas sin discapacidad, incluso se nos ha llegado a considerar que somos una carga económica, social y por tanto pareciera que nuestras existencias no son válidas ni merecedoras”.

Lenguaje incluyente


Para la directora Ruth Francisca López, es importante tener un lenguaje incluyente y ser conscientes de cómo dirigirse a las personas con discapacidad, pues son merecedoras de respeto. “El término correcto es persona con discapacidad, hay que educarnos y aprender a tener un lenguaje incluyente que genere estas condiciones de convivencia sana y una comunicación acorde a derechos”.

Por su parte, el activista Guz Guevara, explica que hay formas indignas para referirse a las personas con discapacidad: “nos dicen el minusválido, el malito, el chueco, el lisiado, todos los diminutivos y las narrativas trágicas nos menosprecian. Lo correcto es referirse en forma asertiva, que no atente contra nuestra dignidad y nos reconozca como personas que somos parte de esta sociedad”.

El domingo pasado se celebró el Día Internacional de las Personas con Discapacidad con una marcha conmemorativa. Al respecto, Gus comenta: “Si existen estos días es para recordar que hay violencias estructurales, económicas, sociales y sistemáticas.

Este es el tercer año que haremos este recorrido y tenemos un símbolo de unidad, el color amarillo fosforescente, y creemos que poco a poco va a ser algo grande y eventualmente en unos años será como las marchas LGTB u 8M. Ojalá adquiramos esa fortaleza que tanto necesitamos, con ese sentido de unión, para tener una mayor incidencia política, pública y social”.