Un cineclub en una casa de Pantitlán

Por: Redacción

Compártelo en tus redes...

Cine de Paca es uno de los varios esfuerzos por descentralizar la exhibición de filmes más allá de las carteleras comerciales

Por Juan Gómez

“Tiene que tener la identidad del oriente. Y, ¿en el oriente qué se da mucho? Pues las pacas: las pacas de ropa. ‘Cine de Paca’, un nombre muy reutilizable. Y sostenible”.

Así cuenta Abril Lugo el origen del curioso nombre del cineclub que fundó hace siete meses, una iniciativa para acercar el cine a la periferia. Ubicado en Pantitlán, donde convergen rutas de combi, microbuses, cuatro líneas del Metro y miles de personas, Cine de Paca se reivindica como una oferta de géneros subterráneos como el cine de serie B, las películas antiguas y documentales.

Viajar desde el oriente de la capital o del Estado de México a la Cineteca Nacional y otros recintos significa una o hasta dos horas de trayecto. Por eso Abril, junto con Miroslava Lafarga, Emiliano García, Dulce Benjume, Isaac Rivas y Daniel Galván (amigos veinteañeros que viven en los márgenes de la CDMX) decidieron descentralizar la exhibición de cintas: un proyector, bocinas, una pantalla y sillas plegables les bastan para ofrecer funciones semanales, acompañadas de actividades como talleres o conversatorios.

Sostener un cineclub: inversión propia y solidaridad

Según la cartografía del Fideicomiso para la Promoción y Desarrollo del Cine Mexicano (PROCINECDMX), en la capital hay 397 cineclubes, la mayoría concentrados en la alcaldía Cuauhtémoc. Figuran 90 que se sostienen con recursos propios, en 124 sus responsables tienen un trabajo alterno y en 135 trabajan equipos de tres a cinco personas.

De niña, Abril consumía cine gracias a su padre y a las películas piratas que abundan en los tianguis, una realidad gracias a la que millones acceden al entretenimiento. Como muchos, dividió su vida entre el Estado de México y la CDMX, estudió Periodismo en la FES Aragón de la UNAM e hizo servicio social en el Instituto Mexicano de Cinematografía (IMCINE). Fue en el Seminario para Exhibicionistas del Festival de Cine de Barrio (FECIBA)  donde lo aprendió todo.

Para cada función se debe investigar qué institución cuenta con los derechos de una película, tramitar permisos y en dado caso, pagar por ellos. En ocasiones, las distribuidoras independientes otorgan estos permisos gratis,  de esa solidaridad y ganas de exhibir también se sostiene el cineclub.

Cuando una persona llega a Cine de Paca, la recibe un patio techado con un mural en el que destacan los microbuses verdes y los vagones naranjas del Metro. Lo pintó Miroslava, la artista del grupo.

“Piensas en Pantitlán y piensas en el Metro o en micros. Me dije: ‘quiero que estas conecten con la pantalla, que se vea que el fin de ambos medios de transporte es llegar al cine’”.

FOTO: JUAN GÓMEZ

El cineclub abre su zaguán cada viernes en la calle Privada de Estroncio, en punto de las 18:00. El acceso es gratis.

La primera función

“Este espacio no estaba así, fue como endeudarnos con tal de que saliera”, dice Abril sobre la proeza de levantar el cineclub, invertirle dinero propio y sostenerlo. Antes de la función de hoy, Abril y Daniel invirtieron tiempo en barrer el patio, limpiar, acomodar las sillas y preparar los equipos; Armando, hermano de Abril, alistó la dulcería con la que se obtienen algunos ingresos.

Daniel, ingeniero eléctrico, entabló amistad con Abril por sus historias personales con el séptimo arte, cuenta mientras monta la pantalla. En él recae la parte técnica.

“Ya teníamos el mural, invitamos a la gente y pasó algo: no nos dieron el permiso de la película”, así recuerda Abril la primera función.

La situación pudo ser una amarga apertura, pero se resolvió gracias a la solidaridad del director Juan Carlos Carrasco, quien no sólo ofreció proyectar Santos Peregrinos (2004), sino también participó en un conversatorio.

Cine de Paca comenzó con una curaduría de cintas en ciclos temáticos. En enero presentaron “Próxima estación”, un ciclo de cortometrajes sobre transporte público; en febrero “Ni tú ni nadie”, con cintas sobre el amor; en marzo “Vive el cine latino”, con obras dedicadas a la música; en abril “¿Dónde quedo yo?”, sobre infancias complicadas; en mayo “¡A la madre!”, con temáticas maternas, y en junio, un ciclo dedicado a Arturo Ripstein.

“Vienen personas de Oceanía, mucha gente de Neza, hasta de Coyoacán”, dice la fundadora del cineclub. Incluso cuando exhiben películas animadas llegan niñas y niños del barrio, un público alegre que abarrota las sillas. “Me da mucho sentimiento porque cuando vienen niños son los que más participan”, cuenta Daniel.

Aunque reconocen los “números rojos”, el equipo de Cine de Paca es optimista y busca aplicar a fondos económicos para cineclubes, así como mantener las alianzas con distribuidoras e instituciones de fomento cultural.

“Hay más formas de mostrar el cine que sólo hacerlo, y una de las formas que a mí me cautivó fue la de exhibirlo porque creo que cambia muchísimo las vidas de las personas”, concluye Abril.

Cine de Paca cuenta con murales, letreros, dulcería y mercancía muy cool. Su cartelera se publica en redes sociales (@cinedepaca en Instagram, Facebook y TikTok)

  • 397 cineclubes hay en la CDMX, aunque muy pocos al oriente de la capital; la mayoría se concentra en el centro y sur

¿Cómo llego?

Dónde: Priv. Estroncio, Cuchilla Pantitlán

Horario: 18:00, cada viernes

Costo: entrada gratuita