No es sólo una cirugía, es una decisión de vida para mujeres con alto riesgo de desarrollar cáncer de mama
Por Natyelly Meneses Arias*
En 2013, Angelina Jolie se sometió a una doble mastectomía preventiva tras descubrir que tenía un alto riesgo de desarrollar cáncer de mama. A la actriz se le detectó una mutación en el gen BRCA1, lo que la hacía altamente propensa a padecer la enfermedad. “Cuando supe que esta era mi realidad, decidí actuar de forma proactiva y minimizar el riesgo lo más que pudiera”, escribió entonces en una carta publicada en The New York Times.
En México, las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 afectan a entre el 7% y el 8% de la población, de acuerdo con el doctor Jorge Monges Jones, cirujano oncólogo y jefe de servicios médicos de la Fundación de Cáncer de Mama (Fucam). En entrevista, el especialista explica que estas mutaciones aumentan entre un 60% y un 80% el riesgo de padecer cáncer de mama.
Desde que Jolie hizo pública su decisión, la mastectomía preventiva dejó de ser un tema exclusivo de consultorios médicos para convertirse en una plática abierta sobre prevención y derechos de las pacientes.
¿Qué es una mastectomía preventiva?
La mastectomía es la extirpación quirúrgica de una o ambas mamas de manera parcial o completa que se realiza en pacientes con cáncer de mama. Al hablar de mastectomía preventiva, se trata de practicarla en mujeres que, aunque no padezcan la enfermedad, tienen un alto riesgo de desarrollarla.
“La mastectomía preventiva es retirar la glándula mamaria. La única diferencia que existe cuando es preventiva versus cuando es un diagnóstico de cáncer es justamente que no hay cáncer”, explica Jorge Monges Jones, cirujano oncólogo especialista en cáncer de mama.
Detalla que el propósito de esta intervención es evitar que una persona desarrolle cáncer en el futuro. Las principales diferencias, señala, son que en una mastectomía preventiva se retira la glándula mamaria sin tocar el área de la axila y se puede preservar el pezón. “En este grupo de pacientes una gran diferencia es que en el 95% de los casos preservamos el pezón. Al no haber cáncer, se puede hacer y preservamos también mucha piel”, dice el médico.
El especialista considera que esta diferencia facilita una reconstrucción inmediata, que puede hacerse mediante implantes o incluso con los propios tejidos de la paciente, como el músculo dorsal o el abdomen transverso.
Candidatas a una mastectomía preventiva
El jefe de servicios médicos de Fucam recomienda este tipo de cirugía a las mujeres que tengan una mutación en los genes BRCA1 y BRCA2. Además, sugiere realizarla después de los 35 años de edad. “El otro grupo de pacientes donde se pudiera recomendar son aquellas que a lo mejor tienen una prueba negativa, pero tienen un historial muy fuerte de cáncer de mama”, señala el oncólogo.
Según el especialista, hay un tercer grupo que también puede optar por una mastectomía preventiva: quienes padecen “cancerofobia”. “Las pacientes con cancerofobia, que es el temor a padecer esta enfermedad, también les podemos ofrecer esta cirugía”, señala.
Prueba genética, vital para detectar riesgo
Antes de pensar en una mastectomía preventiva, lo más importante es realizar una prueba genética y acudir con un oncólogo. De acuerdo con el especialista, el costo de estas pruebas para detectar mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 oscila entre $5,000 y $14,000.
Tener antecedentes familiares directos de cáncer de mama es una señal de alerta para buscar asesoría médica y valorar si corresponde hacer la prueba genética y, en su caso, considerar la cirugía. El especialista recuerda que un diagnóstico temprano salva vidas, y que cada decisión debe tomarse con información, acompañamiento y apoyo profesional.
El precio de una mastectomía preventiva depende de si incluye reconstrucción. En hospitales privados puede ir de $150,000 a $350,000, mientras que en fundaciones el costo puede reducirse hasta cerca de $90,000.
- La mastectomía preventiva reduce la probabilidad en pacientes que tenían 80% de padecer cáncer de mama, a un 2% o 3%
- Complicaciones de la cirugía son sangrado, infecciones, necrosis de piel o incluso la pérdida del pezón; también se reduce la sensibilidad erógena
*Texto adaptado para Chilango Diario