La lechuga que hace ensalada a Facebook

Ciudad
Por: Karina Espinoza

La Señorita Lechuga, que hacen la reportera cultural Yolanda y la artista visual Andrea, está rompiendo el internet y trayendo gente a las bibliotecas

Gracias a los enfados que hace cuatro años un novio le hizo pasar, Yolanda Morales se inventó, después de una plática con su amiga Sofía Macías (la escritora de Pequeño Cerdo Capitalista), a la Señorita Lechuga.

“Un día Sofía me llamó por teléfono y me preguntó: ‘¿cómo estás?’ Respondí: ‘¡Aquí como Señorita Lechuga!’ (soltó la carcajada). Me dijo: ‘¿por qué?’ Contesté: ‘es que tengo una actitud fresca, no me enojo, tengo orejas de lechuga y no lo escucho, sólo estoy con él”.

Los días, semanas, meses pasaron y la insistencia con el personaje derivó en una historia completa. “Las llamadas continuaban con Sofía y yo hablaba de una tal Señorita Lechuga para contarle historias cuando estaba presente aquel novio. Él pensaba que era un libro y me decía: ¿Sigues con Señorita Lechuga? Y yo: “Claro que sí, el libro es buenísimo…”. Así nació el nombre que, más que a un personaje, describe una actitud relajada frente a una relación: estar con quien quiera estar contigo, sin reclamos; pensamientos positivos y en paz. Obvio esa relación fracasó al año y medio; él se fue a vivir a otra ciudad y la relación terminó un fin de semana frente al Palacio de Bellas Artes en el D.F. (ahora CDMX… le cambiamos el nombre a la ciudad, pero no le cambiamos la historia)”, dice Yolanda.

Se fue el novio pero la Señorita Lechuga se quedó instalada como una ficción útil para sacar los berrinches y confrontar circunstancias poco agradables en las redes sociales.

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Despúes de un tiempo, y gracias a su trabajo como reportera de cultura en un canal de televisión, Yolanda conoció hace tres años a la ilustradora Andrea Chavarín con quien el clic fue inmediato. “Andrea estaba de vacaciones en Tijuana, y ganó un premio en Nueva York para exponer su obra; le hice una nota y empezamos a conversar. En las Ferias del Libro de Tijuana ella me acompañaba a ver a los escritores, porque a ella le gusta mucho leer. Tenemos pláticas y gustos compartidos. Un día cualquiera en una cafetería de Tijuana, nos citamos para comer y le conté de un personaje que tenía guardado, le compartí la idea de la Señorita Lechuga. Le pregunté si quería abordarlo conmigo, un libro, una agenda, un cómic, la idea ya vendría, pero yo quería que tuviera un rostro o un icono. Andrea, magistral, comenzó a trabajar en darle forma a la Señorita Lechuga. Para enero de este 2016 ya la tenía”.

Ya que los textos los hace Yolanda y las ilustraciones Andrea, ¿cómo es su proceso de trabajo?

Yolanda: ¡Somos amigas! Entonces nos vemos para eso: para ser amigas. Por lo regular comemos juntas una vez a la semana, nos vamos a la playa, a caminar, o nos visitamos en nuestras respectivas casas, salimos a pasear a los perros, entonces todo se da de manera natural, platicamos sobre las frases que posteo, o que ella también propone y comenzamos a imaginar a la Señorita Lechuga. A veces ella tiene una frase y tiene perfecto la imagen; en otras ocasiones sale una frase y ella inicia el proceso de ilustración. También tenemos una editora, Krystel Gómez, una amiga que hace algunos años fue reportera y ahora trabaja en la política, pero todos los días que hay Señorita Lechuga a las seis de la mañana ella tiene un Whatsapp para revisar los textos y da el visto bueno de la historia. Desde Tijuana a CDMX, la Señorita Lechuga cobra vida los lunes y los jueves.

Los textos tienen un sentido claro, pero en la ilustración ¿qué influencias tienen?

Andrea: Mis influencias en el arte siempre han sido muy académicas desde que empecé a pintar. John Singer Sargeant, Ingres, Velázquez. Artistas de realismo que se dejan perder en los detalles para crear obras maravillosas. Poco a poco me empezó a gustar el surrealismo, desde Dalí hasta Francis Bacon. Como estudio Historia del arte y no Diseño grafico, en mis ilustraciones hay mucha influencia histórica. Señorita Lechuga ha sido como un lugar en el que puedo jugar libremente en toda cuestión estética.

Señorita lechuga tiene temas recurrentes como la lectura y el amor, ¿qué más les gustaría explorar?

Y: Sí, es que nos gusta mucho leer. Pero hay otros temas que nos interesan como la política, el#TresDeTres, la ley que recién se discutió y aprobó en el Congreso de la Unión, la economía, el dólar, la frontera, la migración, el feminismo, la inteligencia emocional, la política internacional y la resilencia, esa capacidad que algunos tienen de salir adelante de cualquier crisis. Es que son todos los temas, la agenda personal, los viajes, los estudios.

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Hablando de lo personal, ¿qué emociones quieren despertar alrededor del amor? ¿están enamoradas?

Y: El amor se da por arte de magia (aunque suena a cliché) pero así es. Queremos que el amor sea una cosa de dos partes, de dos seres humanos que se aprecian, que se gozan, que discuten, pero que a pesar de toda una serie de tribulaciones, una pareja es una isla en la cual viven solo dos. Quizá suena idílico, pero quizá de tanto creerlo algún día será realidad.

¿Cómo describen su sentido del humor?

Y y A: Metafórico totalmente, curioso, con una “chispa adecuada”, como dice la canción. Un tanto irónico, tal vez.  Porque finalmente estamos haciendo mofa de ese amor cortés al que hace referencia la literatura medieval, pero a la vez aspiramos al mismo y lo dejamos plasmado en esa ilustración. Nos reímos de él, nos burlamos de la cursilería y del romanticismo pero también se nos llena de mariposas el estómago al pensar en eso.

Hace poco Señorita Lechuga fue elegida como promotora de libros en San Diego y Tijuana, ¿cómo se sienten con eso?

Y: ¡Híjole! Eso fue muy emocionante porque nos buscó la representante del Gobierno Municipal de Tijuana ante California para decirnos que le gustaba mucho nuestro trabajo; nos conoció con la ilustración de Gabriel García Márquez donde hacíamos alegorías de sus títulos. Nos mandó  llamar y nos concertó una cita con la Coordinadora de Proyectos Especiales de las Bibliotecas en San Diego. En aquella ciudad tienen aproximadamente 37 bibliotecas y nos invitaron a exponer una serie de 10 ilustraciones relacionadas con la lectura para promover el uso del español en la Biblioteca del Barrio Logan, una comunidad que está conformada por muchos mexicanos que ya no utilizan mucho el español.

Si le preguntáramos a la Señorita Lechuga, cuál es su estado de ánimo más recurrente y tuviera que ponerle un soundtrack, ¿qué canciones elegiría?

A: Creo que estas primeras imágenes de Señorita Lechuga hablan de un amor del que ella pierde el control, y habla de ese proceso de separacion, así como de felicidad euforica. Y para eso está ‘Me has Olvidado’ de Hello Seahorse! También está ‘Historias’ de Charlie Rodd, creo que esa canción habla mucho de nuestra manera de ver el amor. De un amor que embriaga y que a veces termina pero te deja con tantas cosas que es imposible dejarlo atrás. Habla de un constante enamoramiento.

Quizá también pondría ‘Let’s Dance’ de David Bowie, tan romántica y tan rítmica al mismo tiempo.

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Ya que son lectoras, ¿qué libro nos recomiendan Yolanda, Andrea y Señorita Lechuga como libro de cabecera?

A: Me gusta mucho leer y constantemente ando en búsqueda de más libros. De autores mexicanos contemporáneos te puedo decir que Xavier Velasco y Enrique Serna tienen muchos libros que me hacen sentira México no importa donde esté. A ellos los empecé a leer cuando viví en Nueva York y extrañaba mucho a mi país . Mi libro favorito de Serna es el de La Sangre Erguida, una de las cosas que me encantan de este autor es que constantemente me sorprende, no es para nada predecible.

Y: No puedo decir que tengo un “ libro que me cambió la vida”, como diría Borges, soy los libros que he leído o los que todavía no he leído. Pero hay unos a los que siempre vuelvo: En esto creo de Carlos Fuentes. ¿Hay vida en la tierra?, de Juan Villoro y La Contadora de Películas de Hernan Rivera Letelier.

¿Cómo sería la ciudad ideal para vivir, según su experiencia fronteriza? ¿Qué tendría que tener?

A y Y: Ambas somos mujeres de ciudades, pero ninguna como Tijuana, esta ciudad que es muchas ciudades, como las dos baldradas de Italo Calvino, que hace frontera con uno de los países más poderosos del mundo. “Dos ciudades que se miran, pero no se aman”.  Una ciudad debe ser hogar, madre, patria, con bibliotecas, museos, lugares para caminar, con gente diversa, como lo es Tijuana: entre el mar y la tierra.

Una ciudad que se pudiera recorrer caminando,  con parques, lugares de encuentro, buena comida, árboles y donde el tráfico no hiciera de las suyas.

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De talento a talento

Dos muchachas de tijuana se juntaron para darle vida a una tercera, que a sí misma se describe como Cazadora de auroras boreales y hater del frío. Señorita lechuga es, entonces, producto de una relación de amistad entre dos profesionales que cuentan historias sobre el amor, los libros y la frontera, y que poco a poco, con citas textuales, empiezan a hacer ensalada el internet.