Morrissey: el tío medio loco que todos tenemos

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Recapitulemos brevemente lo ocurrido en Manchester el lunes por la noche: un inglés de 22 hizo explotar una bomba en la explanada de la arena local, justo tras finalizar un show de Ariana Grande. El saldo de este ataque terrorista, hasta el momento: 22 muertos y varios heridos

Es, sin duda, un golpe duro para la ciudad de Manchester y para Inglaterra. Para sus habitantes y sus familias. También es un duro golpe para la gente que vive de la música. Las reacciones no se hicieron esperar. La principal, sin duda, es la de Ariana Grande, quien además de manifestar su sufrimiento, canceló el resto de su gira.

Algunas de las estrellas más famosas del pop mundial, como Taylor Swift, Rihanna, Nicki Minaj, Harry Styles, Justin Timberlake, Pink, Kesha, Lorde y muchos más manifestaron su horror ante los hechos y, de manera solidaria, enviaron condolencias a la ciudad y a los afectados. Y por su puesto, la mayoría, a su colega.

Algunos de sus héroes locales —no olvidemos que Manchester es, desde finales de los 70, uno de los grandes epicentros del rock—, como New Order, Liam Gallagher (ex Oasis), Johnny Marr (ex The Smiths) y Guy Garvey (Elbow), también expresaron su dolor y su solidaridad con las víctimas. No era para menos. Además de las imágenes espantosas que arrojó el lamentable suceso —capaces de conmover a cualquiera—, lo deben haber sentido particularmente cerca. “Pudo haber sido cualquiera de nosotros”, dijo Rihanna por medio de su cuenta de Twitter. Y tiene razón. Esta atrocidad pudo haber ocurrido en cualquier concierto masivo. Todo indica que el terrorista (o los terroristas) eligieron este blanco únicamente por la capacidad de convocatoria de la artista y por los asistentes, niños y adolescentes en su mayoría, como los que convoca casi cualquier estrella del pop. Lorde, por el mismo conducto, dijo: “Todo músico se siente enfermo y responsable esta noche. Los conciertos deben ser seguros. Es la peor pesadilla”.

Y más allá de todas estas respuestas mesuradas, sensatas y sensibles, está lo que escribió uno de los grandes embajadores musicales de Manchester, en un mensaje que apareció en su cuenta de Facebook, medio críptico y veladamente antimusulmán. Entre otras cosas, acusó a los políticos de sus tibias reacciones (nunca explica a ciencia cierta qué hubiera hecho él o qué reacciones esperaba) y los acusó de vivir en una burbuja, dejando desamparados a los ciudadanos ingleses. Probablemente cuando escribió esto no contemplaba que el terrorista era nacido en Manchester y seguramente olvidó el asesinato de la representante popular Jo Cox, perpetuado por un ultraderechista, previo al plebiscito del Brexit. Todo Internet se lo recordó. Moz acusó a los alcaldes de Manchester y de Londres. Al primero, de llamarle extremista al autor del atentado sin hacer mención de su religión musulmana. Al segundo, de no hablar del rol del Estado Islámico en los hechos. La columnista de The Guardian, Suzanne Moore, apunta que la transformación del cantante de ícono a vergüenza se ha completado: “… sugiere que la migración es la raíz de todos los males, a pesar de ser hijo de migrantes”. ¿La postura de Moz coincide en ciertos puntos con la retórica de Trump? Sí. Una verdadera pena.

Foto: Cuartoscuro