Muestra “Abismo” las realidades escondidas detrás de la virtualidad

Una niña se queda en una habitación acompañada de un hombre joven. Este se muestra nervioso mientras la pequeña le trata de dar la confianza necesaria para que dé el siguiente paso, para que se decida a hacer lo que quiera…

Este momento no está ocurriendo en la realidad, sino en uno de los tantos reinos virtuales que existen en el metaverso de Abismo, obra de teatro que se presenta actualmente, y hasta el 6 de noviembre, en el Teatro Milán los viernes a las 20:45, sábados a las 18:00 y 20:30, domingos a las 18:00.

Con un elenco compuesto por Pablo Perroni, Verónica Bravo, Sergio Zurita, José Ramón Berganza y Léo Danse Alós, Abismo es una adaptación de The Nether, un thriller combinado con ciencia ficción que estrenó la dramaturga Jennifer Haley en 2013 y que parece una ventana a una de las posibilidades que se podrían gestar en el mundo virtual actualmente en desarrollo temprano.

Lejos de la tecnología que el público tendrá que imaginar, el director queretano Miguel Septién (The Pillowman) destaca en entrevista el dilema ético y moral puesto por la trama.

¿Esta es la primera vez que diriges una historia de ciencia ficción?

Sí es la primera vez que dirijo algo recargado más en la ciencia ficción; sin embargo, creo que como muchas de las grandes obras del género, al final solo es un pretexto para hablar de cuestiones íntimamente humanas, que lo que hace la ciencia ficción es empujarnos hacia las posibilidades que ya estamos vislumbrando en nuestro presente. Abismo habla sobre un futuro cercano donde la virtualidad es tan realista y seductora que las líneas entre la vida real y la “vida virtual” se están difuminando peligrosamente. Si bien el texto plantea tecnología más avanzada que la que tenemos en este momento, creo que los dilemas éticos y morales y filosóficos que plantea ya los estamos viviendo de una u otra manera.

¿Cómo describirías este metaverso donde se está desenvolviendo la historia?

Se supone que ya es una versión muy avanzada del internet, que es prácticamente una realidad virtual. Tú te conectas, creas un avatar y prácticamente entras a otra realidad donde vas a la escuela, trabajas, convives; es como una especie de videojuego extremadamente avanzado y que el 80% de personas de este mundo ya lo viven como su vida diaria. El texto plantea que hay un espacio en particular que se llama El Escondite, un reino extremadamente avanzado en su programación, el más avanzado que existe, de tal suerte que la manera en que percibes la virtualidad ahí es prácticamente real: el toque, el aroma, todos los sentidos se ven estimulados igual o más que en la realidad, es muy difícil separarlo del Intramundo (que es como se llama el mundo real en la obra). El problema es que El Escondite es un lugar diseñado para que las personas puedan experimentar o puedan darle rienda suelta a las fantasías más oscuras que tengan, sobre todo fantasías que tengan que ver con imágenes de niños y niñas.

La actriz Verónica Bravo (“Harina”) da vida a la detective Morris, quien cuestiona lo que ocurre en uno de los reinos del metaverso escenificado en “Abismo”. Foto: cortesía PinPoint

En la puesta hay seis personajes, tres en el mundo real y los demás en la virtualidad. En el primero están Sims, el programador; Morris, una investigadora que cuestiona lo que ocurre en El Escondite, y Doyle, uno de los usuarios de este reino. Los tres se muestran tensos en un interrogatorio muy revelador. En tanto, del otro lado aparecen Papá, el avatar de Sims; el señor Woodnut, uno de los visitantes frecuentes, e Iris, una de las niñas que vive en ese espacio. Ellos, con un estilo victoriano, son el ancla para pensar si lo que pasa en la virtualidad de verdad “desconecta” de la realidad.

¿A qué público está dirigida esta puesta?

A cualquier persona que viva en esta época. La virtualidad y la manera con la que interactuamos con la tecnología es algo de lo que no estamos exentos absolutamente nadie. La obra trata algunos temas sensibles y estamos recomendando que sea para mayores de 15 años por lo que aborda, pero creo que las preguntas que lanza son relevantes. 

Los boletos para Abismo se pueden conseguir en taquilla o a través de Ticketmaster. El costo de la entrada ronda los $450 y $600 pesos.

Léo Danse Alós y José Ramón Berganza interpretan a Iris y Woodnut en la puesta en escena “Abismo”, que muestra un espacio web donde “los monstruos salen a jugar”. Foto: cortesía PinPoint

Lo que está por venir

En el presente (y la realidad), el metaverso sigue estando en desarrollo en manos de empresas tecnológicas como Meta, de Mark Zuckerberg, que lo define como “el siguiente paso en la evolución de las conexiones sociales”. 

Según el CEO de la compañía que abandonó el nombre de Facebook el año pasado para utilizar uno más ad hoc a su nuevo propósito, en algunos años se podrá acceder a este espacio posrealidad que permitirá “socializar, aprender, colaborar y jugar de maneras inimaginables en la actualidad” por medio de dispositivos compatibles con la Realidad Aumentada (RA) y la Realidad Virtual (RV).

Por supuesto, no se trata de un videojuego como Second Life o Fortnite, que son más bien bosquejos de lo que se espera en el futuro, sino de un entorno multiusuario e inmersivo que requiere más que el esfuerzo de una sola compañía y donde organizaciones “tangibles” hoy en día tendrán también cabida.

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