El presente no es futuro

Ciudad

Su sueño es unirse a la Orquesta Filarmónica de Berlín, una de las mejores del mundo. Paula es violonchelista y todos los días se levanta desde las 5 a. m. para comenzar a tocar. No va a fiestas ni sale con sus amigos, su familia o algún pretendiente. Su vida es la música y su presente es el futuro: el anhelo que persigue.

Con apenas 25 años ya es violonchelista de la Sinfónica Nacional, en México; no obstante, algo que muchos consideran un logro para su edad no es suficiente para ella. Nada lo es. Paula vive siempre insatisfecha y con ganas de superarse; aunque cada vez que lo logra, el triunfo es efímero: siempre quiere más.

¿Es vida aquella que no se disfruta y solo está llena de sacrificios?, ¿cuándo fue que el temor al fracaso se instaló como la primicia para vivir?, ¿hasta dónde llega esa necesidad patética de ser vistos, reconocidos o escuchados?

Asatia, del colectivo Berenjena, reflexiona sobre esos temas. Es una obra sobre los anhelos, las necesidades, las relaciones humanas y el precipicio que significa la derrota.

Con musicalización de Chris McKenzie, el elenco lo conforman Verónica Bravo, como Paula, y Eduardo Orozco, quien interpreta los diversos personajes que aparecen en la vida de la violonchelista: sus padres, un amigo, un escritor (en un ejercicio metaliterario), su roomie y hasta su primer amor. Ambos actores lucen en escena: son divertidos, trágicos e íntimos cada vez que tienen que serlo.

Asatia es una palabra inventada a partir de la mezcla de las palabras sadness e insatisfaction del inglés: es estar lleno de satisfacción pero vacío; la imposibilidad de vivir el presente. ¿Cuánto más se tiene que sacrificar? Quizá solo hay que aprender a vivir con uno mismo, nos dicen en esta obra.

Teatro El Milagro (Milán 24, Juárez)

Lunes, martes y miércoles a las 20:30 h.

Hasta el 14 de diciembre

 

Twitter: @mayvs_