06066 | Gobiernos corruptos generan ciudadanos corruptos

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La ciencia lo confirma: Gobiernos corruptos forman ciudadanos corruptos, que a su vez, se convierten en gobernantes corruptos, así que ¿a dónde vamos a parar?

Si tuviéramos que elegir una palabra que pudiera definir el sexenio de Peña Nieto, sin lugar a dudas esa tendría que ser “corrupción”.    Sin embargo, TODOS sabemos que la corrupción no es exclusiva de nuestros políticos. De hecho, podríamos decir que son nuestros “mejores exponentes”, pero si somos honestos, creo que de alguna u otra forma todos hemos colaborado en esta práctica. ¿Recuerdan el clásico pomo que había que llevar al maestro para festejarlo en su día, que casualmente solía cuadrar con la entrega de finales? ¿Y la “ayudadita” a esas pobres personas que luego madrugan para apartar lugar en las filas de cualquier trámite: pasaportes, visas, licencias o verificación vehicular? Del “chesco” para el policía que tan pacientemente entendió que “teníamos prisa y no podíamos ir al corralón”, mejor ni hablamos, ¿cierto?

A lo largo de los años, varios estudios han demostrado que el ver a un compañero comportarse de forma poco honesta aumenta la deshonestidad del resto de la gente en pruebas de laboratorio. Vaya, incluso hay estudios que han tratado de explicar la corrupción con animales (no, no los que nos gobiernan, sino chimpancés de verdad) sin que hasta la fecha se haya logrado comprobar el verdadero impacto de estas conductas en un nivel sociológico.

Pero esta semana, la revista Nature publicó justamente un estudio liderado por los economistas de las universidades de
Nottingham y de Yale en el cual se afirma que la corrupción no solo tiene un impacto negativo en la economía o políticas públicas de una nación, sino también moldea el comportamiento de
sus ciudadanos.

El experimento contempló a 2,568 participantes de 23 países diferentes. Cada quien debía tirar un dado e informar la cantidad que obtuvieron, bajo la promesa de recibir un pago de acuerdo al número que hubieran informado. Los “más suertudos” fueron los ciudadanos de países como Georgia, Tanzania, Guatemala y Kenia, mientras que aquellos que sacaron números bajos —y, por ende, recibían menos dinero, sin reclamación alguna— fueron Austria, Holanda, Suecia y Alemania.  Lo que nadie sabía es que los académicos que realizaron el estudio conocían los resultados que arrojaba el dado, lo que ayudó a confirmar que entre más corrupto es el país, sus participantes más “inflaban” el número que les había salido.  Un simple estudio puede ser debatido de varias formas, pero  ¿cuántas veces no se nos ha invitado a ser “astutos”, “sacar el colmillo” o “aprovechar las ventajas” que tenemos en frente, para hacernos ver “más listos” de lo que realmente somos?

El problema no es de un sexenio ni de un gobierno, sino de toda una nación, y peor aún, de toda una generación.

(Foto: Shutterstock)