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Darte un gustito durante esta temporada de promociones puede derivar en muchas compras que luego dejan dolores de cabeza. Toma en cuenta esto por si te llega a pasar.

Una vez que hayas terminado con tus compras, es momento de sentarte y hacer cuentas. Si descubres que te pasaste de tu presupuesto, no tengas miedo. Haz dos listas, una en la que plasmes cada gasto y expongas cuáles son las formas de pago de cada producto o servicio, y otra donde veas con cuánto dinero cuentas y qué pagos diarios o semanales puedes sacrificar para cubrir más rápido.

A partir de ahí, dale prioridad a lo más urgente; tal como receta de doctor, calcula la “dosis” para cada cosa. Algo en lo que puedes apoyarte es en la misma aplicación móvil de tu banco, ya que algunas permiten separar montos. Si utilizaste la tarjeta de crédito, nuestra recomendación es que evites pagar el saldo mínimo, ya que te llevará más tiempo salir de esa cuenta. 

De ser posible, paga un poco más cada mes para que no te sientas presionado después. Una vez cubiertas todas (o la mayoría de) tus deudas, continúa ahorrando el 10% de tu ingreso; esto te ayudará a solventar el principio de año y tener un guardadito en caso de una emergencia. Ten presente que nunca será una gran idea vender tus bienes (como automóvil o vivienda) para liquidar tus deudas; para ello, evalúa otras alternativas, como una venta de garage, antes de recurrir a esa opción. 

¡Es momento de ahorrar!

Si estableces una meta para ahorrar una cantidad grande en determinado tiempo, es probable que te quedes corto y no logres tu objetivo. Por tal razón, los expertos en salud financiera aconsejan —en muchas ocasiones— fijar metas específicas, más pequeñas y a corto plazo (o por temporada). Es seguro que para el próximo año quieres comprar un nuevo smartphone, salir de viaje en vacaciones o asistir a un concierto; pero no desesperes, ármate un plan financiero y disfruta del 2023 sin remordimientos.