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Guillermo del Toro: “La maldad humana es infinitamente más temible”

Entrevistas

Guillermo del Toro habla sobre La forma del agua, una cinta que conjuga todas sus obsesiones y que llega este viernes a los cines de la ciudad

De acuerdo con el laureado director tapatío Guillermo del Toro, es mucho más fácil entender a los engendros y prodigios producto de la ficción que a los regidores y gobernantes. “El monstruo no miente”, dice contundente. La forma del agua, su más reciente cinta, puede describirse como la historia de amor entre una mujer con un hombre anfibio, que tiene como marco la Guerra Fría. Pero es más que eso. Se trata de una película que conjuga todas las obsesiones de Del Toro: el cine de género, la creación de monstruos, la crítica social y una vehemente afición por el séptimo arte.

¿Por qué crear un monstruo humanizado y sensible en esta ocasión?

Mi encuentro en la infancia con la figura de Frankenstein fue prácticamente espiritual. Me topé con una imagen hermosísima, frágil y de gran empatía para mí. Después, empecé a hacer un santoral de monstruos en casa de mi abuelita, y como no vendían imágenes de muchos de ellos, yo mismo los realizaba. Te confieso que pocos monstruos me han asustado, y cuando esto sucedía fue porque realmente era un chiquillo. El monstruo es la verdad encarnada, son mucho más fáciles de discernir que los políticos o los ejecutivos de cine. La maldad humana es infinitamente más temible.

¿Consideras que La forma del agua es una cinta abiertamente cursi?

La emoción es como el erotismo y el humor. Lo que para alguien puede ser calificado como cursi, para otra persona puede ser algo simplemente sentimental. Lo que para alguien es erótico, para el otro es pornográfico. Creo que nuestro umbral para la emoción está tan bajo que cualquier cosa nos parece cursi. No solo en la ficción, sino en la vida real. El cinismo inmediatamente suena a inteligencia. Esto lo hablo mucho con Alfonso (Cuarón) y con Alejandro (González Iñárritu), y los tres estamos de acuerdo en que la emoción es el nuevo punk. Lo más atrevido que puede hacer alguien es provocarse y provocar la emoción. Desde Rigo Tovar hasta Los Beatles, Buda y Jesús decían que el amor es lo único que necesitas para vivir.

Te suelen ocurrir ideas que, solo después de muchos años, decides transformar en libretos. ¿Qué sucedió exactamente con La forma del agua?

Esta idea empezó cuando tenía seis años. En el Canal 6 de Guadalajara había una cosa que se llamaba Cine Permanencia Voluntaria y pasaban películas prácticamente todo el día. Las cintas se transmitían subtituladas y yo me sentaba con un diccionario inglés-español para checar que la traducción fuese la correcta. Digamos que mi infancia no fue precisamente deportiva. Tenía 6 años cuando vi Creature From The Black Lagoon y me dio algo así como el Síndrome de Stendhal al ver a la criatura nadar con Julie Adams; también me percaté de que ellos no se quedaban juntos, por lo que decidí corregir ese error. Empecé a dibujar la criatura de manera obsesiva.

Guillermo del Toro habla de La forma del agua
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Estás produciendo un documental sobre lo acontecido en Ayotzinapa, ¿cómo te involucraste en este proyecto?

Al día siguiente de que sucedió la tragedia, Bertha Navarro me solicitó cámaras para recoger testimonios. Era importante la inmediatez antes de que todo se oficializara. Este documental no se produce porque pretendamos que tenga una distribución comercial, sino porque creemos que debe existir. Bertha lleva la batuta, pero yo estoy con ella hasta el fin.

¿Cuál es tu impresión acerca de la desaparición de esos estudiantes? ¿De las miles de personas que desaparecen ante la indiferencia de las autoridades?

Es el síntoma más atroz de la descomposición social y de la destrucción de los pactos más básicos de civilidad. Para mí, lo más importante ahora es ver qué puedo hacer desde mi trinchera, desde mi círculo inmediato. Lo demás son encabezados. A mí me interesa un montón lo que yo pueda hacer concretamente. La respuesta al terremoto fue ciudadana. Eso lo ejemplifica todo.

Alfonso Cuarón dijo que esta película trasciende cualquier entrega de premios o festival, pero ¿no sería atractivo ver un Óscar para el tercero de los amigos?

Cuando estábamos nominados, los tres nos decíamos: “¿A ver quién se trae qué?”. Había un sentido de acontecimiento histórico. A los dos años, cuando lo gana Alfonso, los tres dijimos: “¡Ya estuvo!”. Y luego viene Alejandro con dos consecutivos. Estoy consciente de que laboro en un género (la fantasía) que a veces es bien visto y otras no tanto. No puedo darme el lujo de pararme a pensar en el asunto. Vivir así es terrible.

Guillermo del Toro habla de La forma del agua
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Lo que viene para Del Toro

El director tapatío trabaja en un remake de la cinta El callejón de las almas perdidas, cuya primera versión se estrenó en 1947 y fue dirigida por Edmund Goulding.

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