Librerías independientes, una lucha de supervivencia ante las grandes cadenas

Por: Redacción
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En México y latinoamérica, las librerías independientes son un bastión de difusión y promoción de la literatura; hoy enfrentan retos como nunca antes

Todxs conocemos a las grandes cadenas de librerías que vemos por doquier; sin embargo, no muchxs se detienen a observar ese otro ecosistema librero que abarca a los proyectos independientes, comunitarios y de gran importancia en el desarrollo cultural del país. Dora Navarrete, gestora cultural, librera y directora de Casa Tomada, platica para + Chilango sobre el papel fundamental de las librerías independientes y sobre algunos de los desafíos a los que se enfrentan.

¿Cuál es el papel de una librería en su comunidad?

Las librerías son espacios de encuentro entre las personas y los libros. Una librería en la comunidad busca exhibir y difundir iniciativas editoriales que atraviesan las conversaciones, preguntas e inquietudes de las personas que la integran.

Además, son operadas por librerxs que pueden recomendar libros o detonar preguntas a partir de la experiencia de lectura. Son también espacios donde cualquiera puede acercarse para conocer la diversidad de textos, autores y formatos que existen.

Las librerías favorecen la interrelación cultural con las comunidades en la que se encuentran a través del intercambio de ideas.

¿Cuáles son los principales retos que enfrentan las librerías independientes?

Atravesamos una crisis en las librerías y bibliotecas en México. El último censo del Sistema de Información Cultural arroja que contamos con 1,577 librerías distribuidas a lo largo de un país con 126 millones de habitantes. Esto quiere decir que una librería atiende a 80 mil personas aproximadamente.

En ese sentido, 0.6 municipios tienen una librería y un tercio de las librerías se ubican sólo en CDMX. Sin embargo, a pesar de que hay días que amanecemos con la noticia del cierre de una librería (independiente o de cadena), también nos encontramos con la buena donde abren una librería nueva en Querétaro o en Torreón.

A partir del 2020 buscamos generar estrategias para acercarnos a compañerxs librerxs de diversos Estados; el hecho de conocernos, conversar y sabernos cerca nos permite tener una comunidad estrecha. Es importante resaltar que todas las librerías son únicas y ninguna es igual a la otra porque responden a los intereses e inquietudes de los libreros que las integran.

La bibliodiversidad es primordial para el ecosistema, ya que se fomenta la posibilidad de que los lectores accedan a nuevos autores y libros que no están en el rango comercial. No existe un algoritmo tan preciso y sensible como el de los libreros. En ese sentido, ninguna librería compite con otra, así sean vecinas. Necesitamos más librerías para extender el diálogo sobre nuestro presente.

¿Cuál es tu panorama de librerías en la CDMX?

Sólo por mencionar algunas: Polilla es un bonito ejemplo de una iniciativa que surgió entre dos amigos con el objetivo de traer libros publicados en otros países de Latinoamérica que no se podían conseguir en México. Ahora tienen un local en la colonia Roma donde se puede consultar el abanico de editoriales latinoamericanas que están publicando autores vivos y sus conversaciones actuales.

El Tambor, que es una librería y biblioteca comunitaria, está ubicada al norte de la Ciudad en la colonia Industrial y es un esfuerzo por descentralizar la actividad cultural en la capital, donde tienen talleres, ciclos de cine y de conversación sobre diversos temas de interés para su comunidad. La librería U-tópicas en el centro de Coyoacán tiene una selección de títulos enfocados en feminismos y textos escritos por mujeres.

Glaciar es una librería y heladería que acaba de abrir en la colonia San Rafael, su selección de libros va de la mano del interés de los libreros por la ilustración, el diseño y proyectos editoriales enfocados en la gráfica. En Casa Tomada además de la librería de editoriales independientes también somos un espacio de encuentro entre personas que hacen libros (autores, editores, traductores, diseñadores) y las personas lectoras: realizamos talleres, charlas y actividades con el objetivo de que todos puedan intercambiar ideas en un mismo espacio.

Un ejemplo de vinculación

“La librería Somos Voces, ubicada en Zona Rosa surgió hace quince años como una librería con textos de diversos temas como humanidades, movimientos sociales, filosofía y ciencias sociales. Sin embargo, a partir del contexto que la rodea, su ubicación y la escucha a su comunidad, transformó su catálogo para especializarse en textos de diversidad sexual e identidades sexogenéricas. Ahora es un espacio de encuentro a través de los libros para la comunidad LGBTQ+ de la ciudad”.